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La magia, la alquimia y la medicina

en el Antiguo Egipto (Parte I).

Por Dr. Jos� Ignacio Velasco Montes.

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�Lo esencial es invisible a los ojos�. [Antoine De Saint-Exupery.]

A MODO DE PROEMIO.

Quiero pedir perd�n y al mismo tiempo licencia, para caminar en este trabajo por la cuerda floja, verdadero �Hilo de Ariadna�(1), que hace de frontera entre lo ortodoxo y lo heterodoxo. Por un peque�o espacio, a veces aqu�, a veces acull�, aparecer�n y ser�n tra�dos a colaci�n aspectos que pueden estar a un lado u otro de la citada linde. Negar lo que existe, no querer abrir los ojos a lo trascendente, practicar el ocultismo, o emplear el sistema de la inexistencia, existiendo, sin dar m�s explicaciones, no es el mejor camino para orientar al que quiere ser orientado.

Es por ello que voy a tomar, bajo mi responsabilidad y no la del IEAE, el poder decir un poco, no demasiado escaso desde luego, sobre ese otro mundo si no paralelo, al menos que acompa�a e interfiere en ocasiones con la egiptolog�a m�s ortodoxa.

La cultura egipcia ha dado lugar, al menos, a dos caminos diferentes:

1.- El llano y claro de la egiptolog�a ortodoxa basada en los hallazgos arqueol�gicos.

2.- Al desarrollo de un enfoque distinto, no totalmente ortodoxo, de sus arcanos que vierte, a lo largo del tiempo, casi tanta tinta como lo ortodoxo y que, err�neo o no, tiene un gran n�mero de seguidores.

Dentro de este mundo, a veces paralelo, otras convergente o divergente, hay aspectos desde absurdos e imposibles a otros cuya verdad o mentira se separa apenas el grueso de una hoja de papel tal, como ocurre entre los bloques de granito de la Gran Pir�mide. Y es que todo queda muy lejos y esos dos mundos, como dir�a Descartes, aunque sean el mismo, son diferentes pues se observan desde �pticas distintas.

Pero�, siempre hay un pero, no debemos olvidar que existen aspectos en los que ese mundo del Antiguo Egipto no est� claramente definido, no es inmanente al menos de momento. Ese mundo impreciso, que empieza a ser transcendental, es precisamente el que incluye aspectos como la medicina, la alquimia, la magia e incluso claros sectores de la religi�n, todos ellos en un �totum revolotum�, un �caj�n de sastre� en el que es dif�cil ordenarlo todo, para siguiendo a Descartes(2) en su m�todo, hacer surgir la verdad absoluta e indubitable.

Pero es evidente que, al igual que la filosof�a parte de la idea de que todo debe ser analizado, intuido y discutido para llegar a la verdad, es igualmente necesario no quedarnos en la may�utica socr�tica: preguntar y no aceptar m�s que un tipo de respuesta.

Hay otros caminos y otras manifestaciones, por lo que debemos ir tambi�n a la dial�ctica de Plat�n (3), disc�pulo de S�crates, y dialogando tratar de encontrar esos l�mites imprecisos.

Fig 1.- Plat�n.

Por ello, por revolver a mano desnuda pero con la mente abierta, en ese caj�n que casi es una �Caja de Pandora�, pido perd�n a los que se puedan sentir a disgusto. Pero aunque trato de ser ortodoxo al 100%, no dejo de inferir que en ese sector limitado del que vamos a tratar, si hay aspectos que todav�a no muestran claramente cu�l es su perfil, si ortodoxo o heterodoxo. Pero eso es otra historia. Gracias a los que traten de comprender lo que quiero exponer sin ser, por ello, tachado de disidente o her�tico.

LOS CONCEPTOS DE MAGIA Y RELIGI�N.

La magia, Heka en el Antiguo Egipto, es una palabra que siempre suena en los o�dos como �algo� especial, fuera de lo corriente. Se enfoca, para muchos, como algo pret�rito, un arcano que ya ha desaparecido y con el que hemos perdido toda conexi�n. Para otros es una realidad que conserva todo su poder. � Egipto fue la madre de la magia �, escribi� San Clemente de Alejandr�a en unos tiempos en los que el recuerdo de esa magia estaba a�n muy reciente: 150-215 d. C.

La magia es aceptada y va ligada a la credulidad de unos y es rechazada sistem�ticamente, por lo contrario, por otros. Muchas personas piensan que en tiempos lejanos exist�an unos poderes en manos de los magos que ya no existen en la actualidad. No es cierto. Hoy se acepta la prestidigitaci�n, que en nuestro consciente hacemos sin�nima de truco, m�s o menos sofisticado, m�s o menos vistoso, pero siempre ligado a una depurada t�cnica esc�nica, a trucos de cine o a sistemas de �morpho� por ordenador.

Sin embargo, otro grupo de poblaci�n, quiz� �menos o m�s? numeroso, conf�a en una magia, en una hechicer�a real con poder y capacidad de unas pocas personas especialmente dotadas para realizar esos prodigios. Se aceptan los milagros por un reflejo condicionado religioso. Se admite, por una relativa �minor�a o mayor�a?, los efectos beneficiosos de curanderos y brujos; y lo hacen por un deseo de sentirse mejor, por una fe en algo que creen y que no logran encontrar en los m�todos ortodoxos que les ofrece la medicina oficializada. Ese recurrir a caminos paralelos, m�s bien divergentes en su mayor�a, se basa en la credulidad, en el boca a boca entre personas y una ilimitada fe en lo heterodoxo. Esta aceptaci�n, les lleva a realizar y reconocer unos conceptos y acciones que no pasan el m�s elemental an�lisis de verosimilitud, al menos visto desde la �ptica de un m�dico que ejerce dentro de la ortodoxia.

Sin embargo, esta magia heterodoxa actual no difiere, en sus ra�ces, de la magia de momentos perdidos en el tiempo y en los recuerdos. Unas evocaciones que, ligadas a la cultura personal son tamizadas precisamente por ese nivel de conocimientos que dan la lectura, el sentido com�n y otros aspectos ligados al nivel intelectual. Ello no es �bice para que personas con mente clara y un nivel de conocimientos altos, crean en m�todos que para otros son clasificados autom�ticamente de supercher�a.

Podemos encontrar libros, escritos con seriedad, con una gran riqueza de datos en los que se clasifican de forma clara las m�ltiples posibilidades de la magia. As�, cap�tulos como: magia de las im�genes, poder m�gico de las palabras, jerogl�ficos y magia, amuletos y talismanes, la magia por el fuego y el agua, y un largo etc�tera, pueden encontrarse en libros (4), (5),(6),(7) , que est�n en ese l�mite, en esa frontera. Pero el n�mero de estos libros y el nombre de estos autores llenar�an una larga lista. Y eso en cuanto a magia, alquimia y medicina. Si ampli�ramos un poco m�s, tocando el tema de las pir�mides, la intervenci�n de atlantes, extraterrestres y otras posibilidades, la lista se har�a casi interminable.

El ser humano es evidente que ha evolucionado a tenor con el paso del tiempo. Pero en los subconscientes personal y colectivo queda, ha permanecido grabado, el recuerdo de unos momentos en los que el �nico camino para resolver enfermedades era confiar en el brujo, en el mago de la horda, del clan o de la tribu, dependiendo del momento y el desarrollo del grupo social y �tnico en el que viv�an. Un hechicero es aquel al que por diversas razones, generalmente conocimientos heredados de padres a hijos, se les acepta ese poder de controlar la fenomenolog�a de los hechos cotidianos que afectan a la vida. Son esos conocimientos y su evoluci�n a lo largo del tiempo, guardados en la memoria familiar y mantenida de forma oral o epigr�fica, lo que constituye el fundamento del poder del brujo. Y este demiurgo primitivo, conocedor de arcanos y hacedor de milagros, no s�lo es capaz de solicitar lluvias, cosechas y buena caza, sino que, adem�s, es el m�dico del grupo �tnico en el que desarrolla su labor. Y ya desde su inicio, es consciente del uso de un uniforme y un gesto, prerrogativa que va a conservar e implementar a lo lago del tiempo como una parte muy importante de su teleolog�a. � Si eres como los dem�s, no es posible que tengas poderes �, y los brujos, los chamanes, los sacerdotes, etc�tera, todo aqu�l que va a ejercer algo relacionado con la magia, se viste, se manifiesta o establece unas normas que lo separan de lo vulgar como camino b�sico para conseguir un manifiesto ascendiente sobre los dem�s.

El humano siempre ha dependido de sus creencias para justificarse ante un entorno m�s o menos hostil. El polite�smo ha sido la norma durante muchos siglos antes que lo contrario, el monote�smo, fuera cambiando unas ancestrales costumbres. Inmerso en una naturaleza que no comprende, sujeto a unas leyes f�sicas que le superan, convierte en entes buenos y malos cada aspecto que influye positiva o negativamente su vida. Y surgen as� dioses para todo: la lluvia, la cosecha, la fertilidad, la tormenta, y cientos de dioses m�s van creando un pante�n que forma parte del acervo cultural de su sociedad.

A lo largo del tiempo, all� donde surge un dios, aparece alguien que por consenso o por irrogaci�n, es nombrado o se nombra intermediario entre esos dioses y el m�sero mortal. El humano solicita favores de esos dioses que cree le pueden ser favorables y desea una defensa ante aquellos a los que considera perniciosos. En medio de esas relaciones con los dioses aparece, y con el tiempo se multiplica, una casta especial, que asume unos poderes, que crea un arcano cuya transmisi�n queda encerrada en una m�stica a la que s�lo tienen acceso unos pocos: los �Iniciados�, como mejor acepci�n. De otro modo podemos llamarlos brujos, magos, hechiceros, mistagogos, hierofantes y chamanes ( El c hamanismo es la forma de magia y hechicer�a de algunos pueblos de religi�n naturista que, por medio de la t�cnica del �xtasis, se pone en contacto el �Cham�n� con los esp�ritus y realiza viajes m�sticos al cielo o al infierno, todo ello acompa�ado de fen�menos �parapsicol�gicos? ),

Con el tiempo estos grupos van a evolucionar de forma clara hacia unas tradiciones, unas sociedades, que en la actualidad, con tres religiones monote�stas: Cristianismo, Juda�smo e Islamismo y otros conceptos religiosos, como los orientales: Tao�smo, Sinto�smo, Budismo, Animismo, Totemismo, y una larga serie de ��ismos� (8), como pod�amos decir el �Tabu�smo� (perm�taseme la licencia), presente desde el inicio del humano en el para�so en el que Dios �le indica y le proh�be, --aparece el �Tab��--, que coma de un determinado �rbol: el �rbol de la ciencia, del bien y del mal �. Pero estos otros aspectos religiosos se salen de las posibilidades de este trabajo que no est� dedicado a la Teolog�a, la Teogon�a, la Teosof�a, la Teocracia o la Hierocracia, y tantas otras formas de ver esa relaci�n del hombre con los dioses, sino a los supuestos poderes de obrar prodigios que tienen esos intermediarios, prerrogativas supuestamente cedidas por ese dios del que se dicen, y se han autonombrado, administradores.

Es precisamente la existencia de esos intermediarios entre los hombres y dios --esos regentes, intendentes y administradores de los conocimientos, ll�mense Sacerdotes, Imanes o Rabinos, y esto s�lo para las religiones monote�stas que son, para nosotros, las m�s conocidas--, lo que ha dado lugar a una serie de dicotom�as y sucesivas nuevas divisiones que han hecho del planeta Tierra un puzzle de religiones en las qu�, si se rasca ligeramente en esa superficie que parece separarles, encontramos que el trasfondo siempre es el mismo y son s�lo unos condicionantes, m�nimos e interesados por parte de algunos, los que cortan las piezas de lo que pod�a ser una continuidad: el amor y la adoraci�n a un �ser superior�, se le llame como se le llame. Los intermediarios entre Dios y los hombres son a veces los ps�quicos, que predeterminan su vida futura y fortalecen sus creencias. Marque aqu� para experimentar m�s https://apnews.com/press-release/newmediawire/lifestyle-astrology-2dedd388f78d1eb61cc070295b12d84d.

Pero no es de �Teos� de lo que trata este art�culo, por lo que b�stenos con lo dicho, como bot�n de muestra del andamio que soporta incuestionablemente a la magia. Ser� suficiente decir, para ir entrando en materia, que siempre religi�n, mito y magia han ido paralelos e �ntimamente ligados en un error de trasfondo que el humano debe aprender a separar con claridad.

Ante los hechos citados, y ya en tiempos actuales, la mentalidad el humano con respecto a la magia le lleva a enfrentarse o a soslayar esta cuesti�n --por estos conceptos religiosos que le influyen como un lastre-- vi�ndose obligado a tomar dos caminos: el creer en ella o el rechazo total. Y esta bipolaridad de debe a un conocimiento poco profundo, o tendencioso, sobre su significado.

LA PALABRA MAGIA Y SU SIGNIFICADO.

El diccionario Maria Moliner(9) define la magia como el � Arte de realizar cosas maravillosas en contra de las leyes naturales por medio de ciertos actos o con la intervenci�n de esp�ritus �. En cuanto al aspecto pragm�tico de la magia se acepta que para ejercerla se precisa de un entorno y situaci�n especial: � La capacidad para activar la magia requer�a de un ambiente y de palabras y t�rminos sagrados, acompa�ados de signos y rituales.

Dentro de estas acepciones sobre la magia aparecen paralelamente, no como sin�nimos sino como coadyuvantes, las palabras �Hechicer�a�, �Prestidigitaci�n�. Hay otra terminolog�a, de uso com�n que, de forma secundaria, no debemos olvidar pues es la realidad cotidiana, y nos encontramos con los curanderos, los �veedores� [de ver: posos de caf�, hojas, palos, huesos, etc�tera], los mistagogos, los ocultistas, los echadores de cartas (incluyendo aqu� el �Tarot�, supuestamente egipcio) y todo el grupo de las diversas especialidades de las �Mancias� y otras supercher�as (perm�taseme mi opini�n personal por la que pido perd�n si molesto a alguien).

Todo esto �ltimo no ser�a magia en el m�s exacto y estricto sentido de la palabra, aunque se les incluye de forma gen�rica dentro de ella. En consecuencia hay que admitir que dentro del concepto general de magia se admiten desde la hechicer�a a la supercher�a e indica que se aceptan diversos medios e instrumentos para usar ese poder con el que se realizan los actos de magia.

Por otra parte, el citado diccionario, define al Mago como � la persona que realiza operaciones de magia o con capacidad o especial aptitud para esa actividad �. Y hace sin�nimo la palabra magia de tropel�a [magia o prestidigitaci�n] y al mago de tropelista [persona que practica la magia o la prestidigitaci�n](10). Pero�, en todo caso, el concepto de � m�gico � es el de � maravilloso �.

Hay, se pueden encontrar, una gran cantidad de definiciones o ideas sobre la magia. B�stenos una pocas para poder empezar a intentar penetrar en ella. As�, el egipt�logo y escritor Christian Jacq, la define: �� la magia puede definirse quiz�s como la energ�a esencial que fluye a trav�s de las esferas divinas y humanas ��. O dentro de un cinismo muy aceptable en la opini�n de algunos, podemos decir que: � La pol�tica no es sino un disfraz de la magia �. Si lo enfocamos desde una �ptica cat�lica, vemos que la Enciclopedia Cat�lica define la magia como: � El arte de llevar a cabo actos m�s all� del poder del hombre, con la ayuda de otros poderes distintos del poder divino. � Debemos tener en cuenta que en Roma hasta el siglo IV, momento en el que aparece la Constituci�n de la Iglesia Cat�lica, la magia y la religi�n hab�an ido juntas. La Iglesia Cat�lica crea la divisi�n y separaci�n entre ambas, pero, como dice Naydler: � Religi�n y magia no estaban separadas: la religi�n era m�gica.�

La magia ha sido clasificada de muchas formas seg�n la manera de enfocarla, la visi�n exot�rica (vulgar) o esot�rica (oculta o s�lo para iniciados), o de otras diversas formas con la que por distintos caminos o intenciones, diferentes autores y estudiosos han enfocado el fen�meno, pues de un fen�meno se trata, aunque algunos autores prefieran considerarlo como un caso de epifenomenalismo, es decir, de poderes claramente situados por encima del fen�meno en s� mismo.

�QU� ES LA MAGIA?

La magia es la � antigua ciencia y la acci�n de los poderes ocultos que pueden emplearse para establecer comunicaci�n con los seres �superf�sicos� o establecer un dominio sobre los planos inferiores para originar unos efectos visibles �. La magia se clasifica en te�rgia (magia blanca o natural, siempre de car�cter ben�fico, consistente en producir efectos especiales con medios naturales.) Y la goecia (magia negra, con propiedades mal�ficas, que es la hechicer�a, pues se usan medios no naturales. ) (11)La magia supone un procedimiento que permite la realizaci�n de ciertos prodigios que resultan imposibles bajo las leyes ordina�rias conocidas. Pueden utilizarse objetos reales o mentales, gestos, im�genes, el pensamiento, la mirada que hipnotiza, el fluido emergente de las manos, o el poder cedido por los muertos, el espiritismo, o recurrir a medios f�sicos modernos, como lo fue el �mesmerismo� en su momento. Es decir, en el rito de la magia se usa, se ha usado y se usar�, todo lo que pueda encontrarse en el �inmenso caj�n de sastre� que todo el mundo tiene a su alcance y que siempre estar� lleno de sorpresas. En la magia no importan mucho las categor�as del ser dentro del espacio, el tiempo o la casualidad. Lo significativo, afirma Carter Scott,� es la convicci�n de que el mago posee esa potestad �, o est� convencido de ser due�o de:

1�.- Ese � poder m�gico �.

2�.- Que se dan � todas las circunstancias para obtener el resultado m�s favorable �. Y aqu� ya nos encontramos con un aspecto de gran importancia en el desarrollo de la magia: la fe, la convicci�n, la seguridad, por parte de donante y receptor, de la idea de que dicho prodigio puede producirse.

La magia y las maravillas que se consegu�an con ella, eran de hecho algo tan com�n en aquellos lejanos tiempos que b�stenos con poner un ejemplo sobradamente conocido: Mois�s (12)y la apertura del Mar Rojo. Es un hecho que se encuentra expuesto en la Biblia y sobre el que ha gastado un r�o de tinta y en ocasiones ocupa mucho espacio en los foros de Internet. Para profundizar en ello hay que ir al Libro II de Mois�s, cap�tulo 30. Lo que se narra s�lo es explicable por dos caminos:

1�.- Magia de alto nivel y gran poder.

2�.- Tecnolog�a punta en explosivos fabricados en y con el Arca de la Alianza, seg�n se ha llegado a decir y escribir. Pero esto ser�a otro tema, para hacer con �l un largo trabajo.

TIPOS DE MAGIA.

La magia ceremonial .- Siguiendo a Scott (13), es la que resalta todos los elementos externos, ya sean decorados, objetos y rituales, o pretende que llamen la atenci�n los aspectos m�s visibles que, o como, pueden ser las apariciones y los milagros.

  • La magia natural. Es aquella en la que se imita a la naturaleza en el proceso m�gico, ya sea para modificar el esp�ritu y el cuerpo de los hombres y mujeres recurriendo a los poderes ocultos. Esto es lo que hacen los alquimistas en su incansable b�squeda de la �Piedra Filosofal�, el elemento que transformar�a los metales en oro.
  • La magia negra. Es la parte negativa o infernal de la magia, denominada tambi�n �goecia", �arte negra� "nigromancia", "hechicer�a", etc�tera. Es la magia a la que se recurre para destruir a los enemigos o para causar da�os a las propiedades de �stos.

En alquimia se llama magia negra a la actitud negativa que llev� a muchos practicantes de la �Obra Alqu�mica� a recurrir al demonio, luego de comprobar que las invocaciones a las divinidades consideradas 'blancas", los dioses o los santos, no les permit�an conquistar la Piedra Filosofal. Tambi�n se llama �magia negra� al hecho de sustituir los metales b�sicos de la alquimia por materia org�nica, como se supone que hizo Gilles de Rays al sacrificar ni�os para servirse de su sangre en las operaciones de la b�squeda de la ansiada piedra que transformar�a todo en el preciado metal.

  • La magia sexual . Se da este nombre a todos los recursos m�gicos que pretenden despertar, fortalecer o controlar los apetitos sexuales. Tambi�n se puede pretender modificar la libido, para que en lugar de buscar el placer f�sico se convierta en un deseo de alcanzar la energ�a c�smica y usar ese car�cter divino que llega a brindar la inmortalidad a trav�s de la procreaci�n. Una persona se perpet�a en la vida, se hace en cierto modo inmortal, al engendrar un hijo que tiene tus esencias ontol�gicas, con posibilidad de sucesi�n en el tiempo y en el espacio. Un hijo no es el padre, es evidente, pero si es una continuidad, una prolongaci�n en el tiempo de su progenitor y el hijo de �ste, sigue siendo, haciendo una abstracci�n, lo que era su abuelo. Al menos hay quien as� lo acepta y considera.

Dentro de todas las religiones y sociedades secretas se dan muchas formas de magia sexual. Los tao�stas llaman � pr�ctica de la alcoba � a los ritos m�gicos que facilitan el incremento de la potencia viril, aseguran la procreaci�n y proporcionan longevidad. Carter Scott todav�a afina m�s en esta cuesti�n cuando expone que los practicantes del Yoga, tienen el concepto de � marcha contra la corriente �, proceso m�gico que permite a la pareja el don de controlar la emisi�n seminal, de tal manera que �sta llegue principalmente al cerebro, para que el hijo concebido con este proceso pueda disponer de una poderosa mente y un gran esp�ritu.

LA MAGIA EGIPCIA

Debemos recordar que se considera al rey Keops (Figura 2) como el m�s antiguo alquimista y autor del primer tratado de alquimia. L a afici�n del rey Keops a la magia est� basada en la historia. Cuentos egipcios as� lo muestran (14) , (15),(16), (17) , y en los cuales siempre es Keops el interesado en la magia. La literatura �rabe indica siempre que el primer tratado de alquimia fue escrito por el rey Keops. Precisamente el t�rmino �alquimia� viene de Kemit (Egipto) con el prefijo �rabe �al�: �al-Kemi� origen de la palabra �Alquimia�. Y la alquimia no es sino una muestra m�s del tema que nos ata�e: la magia.

Fig 2.- El gran mago Keops.

La religi�n egipcia era, como en �casi� todos los pueblos primitivos, animista --el alma constituye la ra�z de la existencia (junto con la salud) y el inicio del pensamiento de cada ser humano-- y totemista , una religi�n como lo eran casi todas las sociedades africanas y que es considerada como la primera y m�s arcaica forma de religi�n, siendo el t�tem un animal, una planta o un objeto sagrado, como lo era la piedra Benben o Tejenu, para los egipcios (18) . El � Benben o Betilo Ben � e s el Piramidi�n, una piedra irregular y arcaica (se cree que era un meteorito), sagrada y situada en Heli�polis y que tiene forma piramidal y que fue dedicada al culto al sol. Esta piedra representa la colina primordial que sirvi� de modelo para los piramidiones y obeliscos, que se consideraban rayos de sol petrificados. La piedra era el s�mbolo del �centro sagrado� en el que desembocan todos los niveles de existencia: cielo, tierra e infierno. Eso hac�a que fuese el centro del mundo la piedra del templo de Onu que un�a el cielo y los dioses con la tierra. Esta era la misi�n de las columnas-fetiches (como los piramidiones y la piedra benben) y los obeliscos, (Figura 3) que no por ello dejar�a de ser un T�tem (Figura 4).

Fig 3.- Obelisco: �un t�tem?

Fig 4.- Un t�tem canadiense.

Para muchos autores este mismo concepto de verticalidad lo refieren y asocian a un car�cter f�lico, haciendo que el obelisco egipcio, los menhires, los diversos t�tem de todo el mundo, el lingam del Indo, etc�tera, no ser�an sino una manifestaci�n itif�lica, como lo es el pene del dios Min (19) .

P ero en Kemit la evoluci�n es r�pida y pronto de posconceptos de dioses iniciales se va a formar una trinidad formada por Horus, Ra y Osiris, como parte de un polite�smo, zoom�rfico en gran parte, que va a ser durante 3.000 a�os --menos el epis�dico bache de Amarna-- la religi�n normal de Kemit, hasta casi el final de su historia, �pocas baja y periodo Ptolemaico en la que todo se altera.

Durante la evoluci�n de la historia del �Pa�s de los Dos Orillas�, la magia, en manos de los sacerdotes iniciados en Per-Anj, las Casas de la Vida y en los templos, alcanza niveles dif�ciles de igualar para aquellas y posteriores etapas de la historia. El ser mago, es en Egipto un aspecto m�s del mayor nivel del iniciado ya que es o suele ser, adem�s, escriba y m�dico (swnw) tema ya expuesto en esta misma biblioteca virtual (20). Y es que en Kemit, podemos decir que era axiom�tico, que � cuando falla la medicina, aparece la magia �, pero la medicina, en cualquiera de los casos, siempre iba acompa�ada de magia pues era inherente a su misma naturaleza(21) . Pero hab�a tratamientos f�sicos que acompa�aban a los conjuros, tan asquerosos y malolientes, que s�lo cabe pensar en un sistema negativo: el de alejar a los malos esp�ritus causantes del mal.

La �nica diferencia, podr�amos decir, es el hecho que en unos casos lo fundamental es la magia y un poco de ayuda f�sica; al contrario que en otros en los que lo principal es la medicina f�sica con un poco de magia coadyuvante. Es pues, evidente, que los enfoques y posiblemente los resultados, fueran diferentes seg�n la proporci�n de cada uno de estos dos componentes.

Por consiguiente, no har� menci�n a las diversas categor�as de m�dicos y solo hablaremos de aquellos para los que la magia era lo fundamental y los remedios f�sicos quedaban en manos de otros swnw, de los que ya hemos hablado en �Los Swnw I a IV�.

Hay un aspecto que queda muy claro al investigar sobre los magos y la medicina. Y es que van tan indisolublemente unidos, que intentar separarlos es casi imposible. Detr�s de la enfermedad esta siempre la magia y, en cierto modo la viceversa. Es por ello que hemos decidido hablar de la magia en general, apostillando en cada momento lo que haya intr�nseco en ella de medicina f�sica no m�gica y medicina m�gica no f�sica.

LOS MAGOS.

El concepto de mago en el Antiguo Egipto es amplio y complicado. Su t�tulo era el de �Escribas de la Casa Divina�. A lo que se le ha venido llamando �Mago�, realmente ser�an los �Sacerdotes Lectores�. Realmente, la palabra Mago proviene de Persia y se aplicaba de una forma vaga, impersonal o general a una serie de personas que eran los sabios, los astr�logos y los interpretes de sue�os (22) . No podemos por menos, al llegar a este punto que indicar, para todo aquel que quiera profundizar en este mundo del que estamos escribiendo, debe usar, como libro fundamentales el escrito por F. J. Mart�n Valent�n: Los magos del Antiguo Egipto (Figura 5) y en segundo lugar el de E. A. Wallis Budge, Magia Egipcia (Figura 6) . En la bibliograf�a general ser�n citadas otras obras en las que, de modo circunstancial, hay puntos en los que se trata la magia. Hay relatos, como el de � Josir y el brujo � (23) en los que la lucha entre dos magos puede ser �pica y muy larga en el tiempo.

El origen de la magia hay que ir a buscarla a los tiempos prehist�ricos y protodin�sticos, en las que los futuros egipcios cre�an que la Tierra, como planeta y su mundo interior, al que denominar�n con el tiempo �M�s All�, as� como el aire y el cielo, estaban poblados por seres que, visibles o invisibles, se mostraban con respecto al humano amigables o enemigos seg�n las circunstancias. Pensaban que estos seres eran parecidos a ellos, con los mismos problemas y pasiones. La magia serv�a para establecer un contacto con ellos y adquirir un poder que les permitiera controlarlos (24),(25).

Esa magia inicial era la recepci�n de poderes de esos seres para que, aunque fuera por un tiempo, el humano pudiera obtener prerrogativas sobrenaturales que le permitieran sobrepasar las dificultades de ese u otros malos momentos venideros, en una contemporizaci�n que le fuera positiva. Inicialmente eran dibujos, figuritas o palabras especiales que ten�an, a modo de sortilegio, el poder de hacer cobrar vida a esos medios. Al hacerlo, estos dibujos o palabras deb�an cumplir los deseos del solicitante, haciendo de intermediario entre los dioses y los humanos. Pero para esa relaci�n surge r�pidamente un intermediario, capacitado y con conocimientos espec�ficos. Es un humano especial, diferente de los dem�s, un elegido, es decir: el mago, con posibilidad de hacer �magia�.

Fig 5.- Un magn�fico libro de magia.

Fig 6.- Otro tratado m�gico o de magia.

�Magia ser�a el arte o capacidad de obrar cosas maravillosas� , aunque desproporcionadas, por su grandeza, a los medios empleados para conseguir el hecho. La magia era pues una categor�a del conocimiento del que solamente dispon�an unos pocos. Se empleaban.

1.- F�rmulas m�gicas.

2.- Destrucci�n de figuras de barro, cera, cer�mica (figurillas de execraci�n)

3.- Pociones de amor o de odio.

4.- El poder del la palabra.

5.- La magia del �nombre�.

6.- El poder del papiro con inscripciones.

7.- La interpretaci�n de los sue�os. Posteriormente, conforme la civilizaci�n avanza, cuando los conocimientos se desarrollan, cuando la �lite de los magos ha acumulado una �biblioteca� de experiencias, cuando se empieza a conocer la materia y su naturaleza, surge una magia a�n, en teor�a, m�s poderosa: � la alquimia �.

La magia egipcia, en la que se han basado todas las posteriores, era de dos tipos como ya hemos dicho:

1.- Positiva o de hacer el bien.

2.- Negativa o causar el mal a los enemigos de cualquier tipo o naturaleza. La magia � exig�a �, que no solicitaba o rogaba, es curioso constatarlo, la ayuda de los dioses en la mayor�a de los casos. La magia no era d�bil y salvo excepciones, apostaba fuerte.

Se hac�an peticiones o exhortos al mago, o se le ped�a que interpretara los sue�os: la oniromancia existiendo sacerdotes magos especializados en los sue�os: los oneirocrite. E incluso, aunque se us� muy poco y tard�amente, se emple� la astrolog�a. Se emple� un sistema llamado la �incubaci�n�, consistente en dormir dentro de un templo para obtener una respuesta de los dioses que estaban en �ste y que hablaban por boca del �or�culo�. Y por supuesto se emplearon los amuletos, los talismanes, los sortilegios y una larga lista de medios y caminos para conseguir lo deseado, como el escribir f�rmulas en papiro nuevo, virgen, nunca usado anteriormente. Lo que lo dotaba de poder.

A lo largo de la historia se ha considerado al mago egipcio como el m�s famoso y se habla de �l en los textos b�blicos como asociado a los conceptos de: encantador, adivinador, hechicero, sabio, interpretador de sue�os, transmutador de materias, alquimista, etc�tera y capacitado para cambiar las cosas aparentemente inanimadas en seres vivos y terribles. Todas ellas, y m�s, ser�an las cualidades que se un�an y configuraban la personalidad del mago egipcio. Fue considerado el mago de m�s calidad de todos los que existieron en el �creciente f�rtil� [zona que inclu�a todo lo conocido: Sumerios, Hititas, Hicsos, Babilonios, Persas, Libios, Nubios, Sirios e Indos] del entorno y coet�neos. Curiosamente fueron los hebreos, el � pueblo elegido �, los que se han encargado de informar al mundo del poder de los magos del �Pa�s de las Dos Orillas�(26). Mois�s era � poderoso de actos y palabras � y toda su sabidur�a la aprendi� de los egipcios, en Kemit, y su vida se encuentra plena de actos que demuestran este poder (27) . La frase �poderoso de palabra� viene a significar casi lo mismo que lo que se dice de la diosa Isis, que era �poderosa de lengua� pues ten�a el poder de pronunciar correctamente las palabras adecuadas sin alterar su voz, es decir, un dominio total sobre la palabra en s� misma y en su modulaci�n, siendo �sta el m�s potente instrumento de magia, como ya veremos m�s adelante.

El mago es el practicante de la �verdad� y de la �Heka� [Heka = Magia], es decir: de la magia verdadera o mejor a�n: � de la verdad m�gica� . El modelo m�gico se basaba en gran parte en el � poder de la palabra �. Medicina, magia y religi�n estar�an �ntimamente unidas en el Antiguo Egipto. Si se indaga un aspecto siempre se le encuentra asociado con los otros. Se considera {a posteriori} que la magia era un mundo aparte de la religi�n, una disciplina inferior o un subproducto de �sta. Pero este concepto es netamente err�neo. La magia no era el fruto de la superstici�n, realmente se encontraba muy por encima y fuera de ella. Los egipcios conocieron siempre, con peque�os errores, las leyes que rigen el universo y veneraron las potencias del mundo, de la Tierra, que no eran para ellos sino una manifestaci�n de lo divino. Y lo hicieron con la clara idea de que eran de un orden superior, desarrollando de forma clara, y en profundidad, esta visi�n del universo.

LA MAGIA Y LOS DIOSES.

Para acercarse al mundo de los dioses, al mundo de lo divino, a un mundo que consideraban con raz�n superior, emplearon unos caminos y unos sistemas de contacto con los dioses que no eran sino � la magia �.

As�, cualquier cosa que necesitaran: curar una enfermedad, hacer que el Hapi Nilo subiera de nivel y se consiguiera una buena cosecha, tener un buen parto y que sobrevivieran madre e hijo, se consegu�a o se trataba de conseguir mediante la magia. Para lo cual se deb�an realizar acciones agradables a los dioses y al entorno tratando de alcanzar un estatus de complaciente compenetraci�n con la naturaleza, con el h�bitat y, por ende, con los dioses que eran, a fin de cuentas, los que deb�an fijarse en el pobre mortal que suplicaba ayuda y dignarse concederle lo pedido.

Los dioses crearon el mundo mediante el verbo. Es por ello que: � La palabra es la base de la magia � . Los magos hacen remontar sus conocimientos inici�ticos al mundo de los dioses. �stos crean el universo entre luchas, enemigos, odios, enfermedades y todo lo logran por medio del poder m�gico que poseen. Los primeros actos m�gicos los ejecutan los dioses cosmog�nicos para crear el mundo.

Por los �Textos de las Pir�mides�, que son los textos religiosos m�s antiguos que se conocen [Dinast�a V y VI � 2.600 a. C.], sabemos c�mo imaginaban el universo antes de ese momento. No hab�a NADA que no fuera un abismo, un vac�o lleno de nada, llamado NUN y en �l exist�an las semillas esenciales de todo lo que habr�a de ser o cosa que pudiera llegar a ser o existir en un futuro �infinito?, pero que, en aquel momento s�lo eran una posibilidad tan remota que pudieron no haber sido nunca nada. En el Nun flotaba un esp�ritu divino, indefinido, que llevaba las simientes de todas las existencias que vendr�an despu�s a lo largo del tiempo: su nombre era Tum o Atum que significa la NADA y la TOTALIDAD al mismo tiempo. Estaba en un estado amorfo, cambiante, inestable y carente de una conciencia clara de s� mismo, llevando as�, intr�nseca e inherente, una parte inmedible del infinito. Cuando al cabo de eones de tiempo fue volviendo a una conciencia de s� mismo, sinti� la necesidad de realizar una creaci�n. Not� que deb�a salir de aquel caos realizando una actividad hacedora de vida para todo lo que pudiera existir despu�s y a partir de ese momento de su creaci�n. Saliendo del Nun se alz� y, en ese instante, se hizo la luz y existi� el sol. En esa �nfima fracci�n de tiempo se pas� de la no existencia a la existencia y comenz� la creaci�n�

Cuando todo esta creado, cuando el m�sero humano pulula en un mundo hostil, precisa, necesita y solicita una ayuda de ese mundo de dioses que son los que tienen el poder de otorgar o no, � todo aquello que le pueda ser necesario al humano �, incluida su vida, su existencia. Y para realizar esta comunicaci�n aparece la magia. Una magia que a lo largo del tiempo va a adoptar las m�s diversas formas y caminos para conseguir una v�a final lo m�s �ptima posible en cuanto a logros y consecuciones.

Es el momento en el que se empieza, con titubeos, con errores, pero siempre en una �aparente o real? mejora del camino de la comunicaci�n con los dioses y, por consiguiente, de los resultados a obtener gracias a la Heka. Esta palabra es la forma de designar al � Dios del poder m�gico � o, lo que es lo mismo, �la Magia�. Los egipcios consideraron la magia, o el encantamiento, como una energ�a universal, una fuerza elemental. La magia � cre� el mundo y es ella el que lo conserva y lo protege �. La magia lo impregna, lo cubre, lo envuelve, lo llena todo, desde la religi�n a la medicina y rige la vida de todos y en todos los aspectos de la vida.

LOS HEKAY.

La palabra �Heka� significa tambi�n jefe, pero realmente es el t�rmino empleado para magia, siendo el �Hekay� la designaci�n del mago: � el que tiene el poder de desarrollar y ejecutar la magia �. Los magos eran una casta cerrada y en su mayor�a eran sacerdotes, hierofantes de m�s o menos nivel, e iniciados o Khery-Secheta, que son las personas que han penetrado y est�n por encima del misterio y son los poseedores de los secretos de la vida y la muerte.

Ten�an que ser escribas por supuesto [s�lo el que sab�a leer y escribir era alguien en Kemit], pod�an o sol�an ser m�dicos y ten�an los m�ximos conocimientos del momento. Estaban dotados al menos aparentemente, de la capacidad para sanar y, tambi�n, para causar males. Son los �maestros del misterio� y los �jefes del secreto�. Exist�an tambi�n los Mantis y otras categor�as de magos, de otros pa�ses y con otros conceptos, cuyos m�todos, conocimientos y capacidad de acci�n eran un mundo aparte, totalmente diferente del cl�sico Hekay egipcio. Estas categor�as les distingu�an netamente entre ellos.

As�, seg�n se dice por autores esot�ricos, los sacerdotes de la diosa Sekmit (Figura 7) estar�an especializados en el manejo del rayo verde de cuya materializaci�n saldr�a la esmeralda en conjunci�n y �con la ayuda de la �Leona Celeste�? La supuesta luz verde vendr�a del sol zodiacal desde la constelaci�n que actualmente llamamos del Le�n. Esta acci�n maravillosa, en el lindero de la alquimia, ser�a la que pod�a realizar el milagro de condensar el rayo verde en manos de muchos sacerdotes {magos y alquimistas}, pero s�lo era una materializaci�n temporal ya que, la piedra obtenida, se la pod�a ver, pero se desnaturalizaba o desmaterializaba despu�s del acto m�gico y volv�a a su esencia. S�lo, supuestamente, los alquimistas verdaderos, de esp�ritu puro, sin deseos de riquezas, lograban estabilizar las �Grandes Obras�: la conversi�n del rayo verde en una esmeralda o conseguir el oro a partir del cobre, lo que ser�a el verdadero estado de �ste. Volveremos sobre ello m�s adelante.

Fig 7.-La "Leona celeste".

Magos y alquimistas estar�an bajo la advocaci�n del dios Ptah. Por otra parte, en el aspecto de la magia encaminada a la medicina, los hekay estaban bajo la advocaci�n del dios Thot, que ser�a el dios sanador. Naturalmente toda una serie de estos aspectos forman parte de algo intangible y no verificable pero de lo que se habla en diversos tratados que se encuentran situados en la frontera, en la linde de la realidad y la leyenda. El dios Thot, al que culturas posteriores convertir�an en Hermes Trismegisto, el � tres veces grande �, realmente forman parte de una cultura muy posterior, helen�stica y ya pr�xima a convertirse en un cambio claro de la forma de ejercerse la magia, que no ser� aceptada por una religi�n que va a ser la cristiana.

Realmente todo lo referente a este aspecto de los libros sagrados escritos por Thot, forman parte de aspectos esot�ricos en los que no vamos a entrar ya que no forman parte de la ortodoxia del Egipto que estudiamos, pero que no debo por menos que citar a efecto de los estudiosos que deseen comparar lo ortodoxo y lo que no lo es,(28),(29),(30),(31),(32). Sobre este aspecto, no ortodoxo existen una gran cantidad de libros en los que se repiten, con mayor o menor imaginaci�n, una serie de conceptos esot�ricos y exot�ricos, que realmente no tienen nada que ver con las ideas y conceptos de la heka de la que estamos escribiendo en este trabajo. Son trabajos en los que lo ortodoxo, lo heterodoxo, lo esot�rico, lo exot�rico y lo fant�stico forman una miscel�nea dif�cil de separar. Sin embargo, todo estudioso de la magia en el Antiguo Egipto, debe conocer una serie de conceptos que al menos le servir�n para perfilar y distinguir. Es por ello que vamos a dedicar unas pocas l�neas a la obra del dios Thot cuando el paso del tiempo lo ha convertido en Hermes Trismegisto.

THOT, HERMES TRISMEGISTO Y LO NO ORTODOXO .

Es el mundo del hermetismo, de los libros prohibidos, del ocultismo y toda una serie de aspectos que vienen a ser, seg�n indican muchos autores, un derivado del saber egipcio que se hab�a perdido y despu�s ha sido encontrado. En ellos se encuentra toda la m�stica y los conocimientos de la sabidur�a y los arcanos que se iniciaron en el �Pa�s de las Dos Orillas�.

Con perd�n por mi atrevimiento, hablar� muy ligeramente de este tema tan controvertido, �nico para unos y absolutamente rechazado por otros. No tomamos parte, s�lo exponemos.

El �Corpus Hermeticum� o Herm�tica (resumiendo) son el conjunto de textos que recogen el pensamiento de Thot, Imhotep, etc�tera. Los textos herm�ticos fueron finalmente puestos por escrito por amanuenses helenos, adaptados a Egipto y que conoc�an su lenguaje secreto y menos secreto �jerogl�fico e hier�tico-- y que viv�an en Alejandr�a en una �poca tard�a: entre un siglo antes de Jesucristo y el segundo siglo de nuestra era. Hay, entre ellos, dos tipos de texto en esta obra:

A.- Los filos�ficos, dedicados s�lo al conocimiento y al pensamiento.

B.- T�cnicos o Alqu�micos, en los que hay aspectos materiales y metal�rgicos.

Este cuerpo herm�tico de libros estuvo desaparecido por muchos siglos y vuelven a encontrarse en 1460, momento en el que son enviados a Cosme de M�dicis (el Viejo), Duque de Florencia y �Padre del Renacimiento Italiano�. El primero de ellos es el Poimandres, que es traducido por Marsilio Ficino. En aquella �poca la religi�n, la inquisici�n y tantas otras cosas hacen que desaparezcan e incluso se quemen a los que creen un tanto, aunque fuera un m�nimo, en ello. Como consecuencia de ese momento crucial los libros acaban desapareciendo, al ser escondidos de nuevo. Y as� hasta que en 1945 fueron encontrados en Nag Hammadi, en el Alto Egipto. La obra se compone de 21 piezas: 18 libros y 3 extractos y fragmentos.

Poimandres no est� claro que es, pero posiblemente no es una persona como algunos afirman, sino que ser�a un concepto, el �Intelecto Divino�, es decir, � la mente de Dios, que NO imparte la sabidur�a divina y el conocimiento a otro que no sea el mismo Hermes-Thot �. Ser�a el concepto griego NOUS � �Inteligencia divina� o �Inteligencia de la Autoridad Suprema�.

Seg�n recientes estudios de Peter Kingsley (1993), Poimandres ser�a y vendr�a de P-eime-neter-Re , que significar�a: � El conocimiento de Ra �. Este primer libro de la Herm�tica, � Libellus I Poimandres indicar�a que: � Yo soy Poimandres, la inteligencia de la Autoridad Suprema �. Se puede asegurar que Z�simo de Pan�polis hab�a le�do y estudiado la herm�tica, unos conceptos y una teor�a que proviene de Hermes Trismegisto [� Hermes el Tres Veces Grande �] que es y debemos identificar como el dios egipcio de la sabidur�a m�gica, es decir � THOT, que ser�a, en el Egipcio Antiguo: Dyehuty y que es tan antiguo que ya es sobradamente conocido en el periodo Tinita. Era �Mago�, �Patrono de los Escribas y de los que detentaban la sabidur�a�, y era tambi�n �Juez�, rigiendo las �Casas de la Vida�, entre otras m�ltiples funciones que se le achacan(33) .

Entre sus ense�anzas, una de las m�s importantes m�ximas, se encuentra el pensamiento: � Lo que est� arriba est� abajo, y que, necesariamente, son las cosas existentes arriba las que han organizado en su conjunto, y llenado de seres, la naturaleza entera que est� abajo �. Concepto que resumido, que es como m�s se le conoce, indica: �Lo que est� arriba es lo mismo que lo que est� abajo�. Ya volveremos sobre ello.

Otro libro de gran difusi�n, una verdadera "Biblia� del amigo del �hermetismo� ser�a el Kybalion de Hermes Trismegisto (34), considerada como la obra cumbre de la filosof�a herm�tica en la que uno de sus pensamientos, muy en la l�nea de concepto de la filosof�a desde tiempos de Plat�n, se indica la importancia que tiene el escuchar para aprender. De aqu� la frase del Kybalion que dice: �Los labios de la sabidur�a permanecen cerrados, excepto para el o�do capaz de comprender�. Y esta obra es tambi�n la obra maestra del ocultismo universal escrita por Hermes es decir, el dios egipcio Thot, el gran escritor, con m�s de 42 libros en su haber, considerado como el mayor, el supremo y el m�s antiguo maestro del pensamiento (35). En este libro herm�tico, se encuentran toda una serie de pensamientos y ense�anza sobre temas tan diversos como: filosof�a, los �7� principios herm�ticos, la alquimia, el universo, la paradoja divina, el todo y la nada, y toda otra serie de conceptos m�s que no hacen al caso que estudiamos, pero que ah� est�n.

Hay otros libros en la misma l�nea, pero que lo enfocan de otras formas, aunque siempre fuera o en la frontera de lo ortodoxo (36), (37) , y en los que verdad y supercher�a se superponen en un puzzle dif�cil de separar.

Es por ello que, tras este peque�o bloque dedicado a lo ortodoxamente no aceptado, volvemos a lo que se considera m�s real pues se comprueba arqueol�gicamente y es universalmente aceptado.

LA MAGIA DEL VIAJE SOLAR.

El continuo viaje de Ra sobre la barca solar acompa�ado de dioses es una cotidiana lucha en una zona situada entre poniente y saliente, es decir por el submundo de la Tierra. Y este viaje es una permanente Heka, un logro de la magia para conseguir estar en el punto en el que surge el sol, cada amanecer, al d�a siguiente (38).

Ra forma parte de la tripulaci�n de la barca solar �compuesta por una gran pl�yade de dioses--, en la que va en la proa detr�s y al lado de Isis, la �Gran Maga�. Fuera de la barca, mientras atraviesan las sucesivas puertas de las cavernas subterr�neas, se encuentran los monstruos con los que tienen que luchar pues los atacan e intentan volcar la nave para destruirlos. Son los peligros del otro mundo, pero sobre todo la m�s peligrosa es la gigantesca serpiente Apofis, enemiga irreconciliable de Ra. La gran variedad de dioses que van en la barca le ayudan y siempre vencen en el viaje. De esta forma, Ra aparece por la ma�ana vencedor en el horizonte, dando lugar a otro d�a. Como curiosidad, merece la pena decir que no se sabe el n�mero de dioses que lo acompa�an en el viaje. Es m�s, ni siquiera conocemos quienes son la mayor�a de ellos. Este desconocimiento forma parte de la idea egipcia sobre los dioses puesto que: �el verdadero aspecto de un dios lo constituye su secreto�. En la proa va Isis, la diosa �diestra en astucias� y a su lado el dios Heka, el dios de la magia, los dos grandes pilares para vencer, cada noche, en el gran laberinto subterr�neo, lleno de monstruos y peligros que solo la magia puede superar.

Si esto ocurr�a con Ra, que siendo un dios ten�a sus conflictos y contrariedades, hay que presumir que las dificultades del humano en viajes similares, para ir al �M�s All� ser�an muy superiores. Es por ello que el difunto va tratar de hacer su traves�a con el m�ximo de talismanes, protecciones, papiros, exhortos, es decir, una gran dosis de magia de protecci�n, pues igualmente debe enfrentarse con la serpiente Apofis. En el otro mundo, en el �M�s All�, el difunto iba, ten�a que ir, lo m�s protegido posible de los ataques en los que tendr�a que luchar para vencer. En el Libro de los Muertos, el cap�tulo XXXIX se titula: � Para rechazar al demonio Apofis �, cap�tulo que es un amplio sortilegio destinado a alejar el poder de la serpiente mal�fica. (39),(40) , (41).

LA MAGIA DEL NOMBRE Y DE LA PALABRA.

Ra adoptaba diferentes caras mientras realizaba el viaje nocturno, pero sobre todo ten�a 12 nombres secretos que s�lo Isis lleg� a conocer mediante una a�agaza. Para ello utiliz� una serpiente que ella hab�a fabricado con la baba de Ra y el barro del Nilo e hizo que mordiera a �ste (42). Ra, que ya estaba viejo, empez� a encontrarse muy mal por la mordedura de la serpiente y lleno de dolores, recurri� a Isis para que le liberara con su magia del problema. Isis le oblig� a decir sus 12 nombres y le liber� del maleficio de la serpiente. Este conocimiento sobre Ra le hizo adquirir todo el poder de �ste y as� se convirti� en la �Gran Maga� o �La que es grande en magia�. Era pues una mujer de gran inteligencia, � con un coraz�n m�s h�bil que 1.000.000 de hombres y un discernimiento mayor que 1.000.000 de dioses �. El hecho de saber los 12 nombres secretos de Ra le daba, tambi�n y adem�s, su gran poder. As� se convirti� en soberana de los dioses y al traspasar esos poderes a Horus, su hijo, �ste adquiri� del mismo modo una gran fuerza m�gica.

Era, adem�s, la �Madre del Dios�, porque el rey viviente era identificado como Horus, lo que hac�a a Isis igualmente fuerte en la materialidad de Kemit. Pero tambi�n se la representaba como una vaca con el disco solar entre los cuernos (esto es ya en un periodo muy tard�o = Ptolemaico) Por su uni�n con Osiris es la diosa protectora del matrimonio y s�mbolo de la fidelidad conyugal.

La Situla o �teta de Isis� (43) era un vaso con forma de pecho femenino, muy adornado y que en la parte opuesta al pez�n dispone de un asa de transporte, que se utilizaba para las ofrendas de leche y agua en las ceremonias religiosas, pues esa leche estaba dotada de una gran Heka. Isis es la �Iniciadora�, la �Maestra� del mundo. Isis, que es la de �los muchos nombres� o la de los �10.000� o �incontables nombres�, como tambi�n se la conoce. Isis (44), �La gran maga�, ten�a sus propios templos y en algunos de ellos, sobre todo de �poca tard�a, se pod�a leer en el front�n una f�rmula que dec�a: �Yo soy todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que ser�, y mi velo jam�s ser� levantado por ning�n mortal. El fruto que he engendrado ha sido el sol�. Ese misterio en torno a Isis y a su magia, la ha convertido en el arquetipo del misterio y son cientos de libros los que usando su nombre y con teor�as racionales o de f�bula, emplean su apelativo para tratar de descubrir toda una serie de arcanos de dif�cil soluci�n. Entre ellos cabe destacar el de Helena P. Blavatsky (45), � Isis sin velo �, una obra con cuatro vol�menes de nada f�cil digesti�n, del que se han hecho muchas reimpresiones en todo el mundo, lo que nos indica la gran curiosidad existente en torno a la parte heterodoxa de Egipto y su magia.

S in embargo, se consideraba ya por los egipcios, que la magia era peligrosa, como se pretende demostrar en un relato llamado � Setne Jamwas y el libro de magia � (46) , si bien es un libro tard�o, que hace referencia a un hijo de Rams�s II, que estaba muy interesado en la Heka y en un libro secreto de magia que se supon�a escrito por Thot.

Casi todo en el �Pa�s de las Dos Orillas� estaba marcado, dirigido, por la magia. Por ejemplo, la determinaci�n de los d�as ven�a estudiada por una biorritmia ya muy antigua. Hab�a d�as buenos, los d�as fastos y d�as malos, los d�as nefastos. Y esta posibilidad de bien o mal, estaba determinada, como casi todo por la magia. Es evidente que exist�a una gran credulidad sobre este tema y en gran parte, aciertos o errores, se basaban en un empecinamiento en determinadas teor�as. Los m�todos de trabajo en aquella �poca no eran muy cient�ficos y exist�a una gran tendencia a la repetici�n de los errores debido a un modo de pensar muy especial: �S e cre�a, de forma manifiesta, en los conocimientos de los antepasados y, por tanto: en la autoridad m�gica de la palabra escrita�. � Si estaba escrito, era v�lido�. L o cual llevaba a que todo lo existente se copiaba, se reengendraba en s� mismo, cual Ben�, o �Ave F�nix� que renac�a de sus cenizas cada 500 a�os (47) , un mito que se ha perpetuado en el tiempo. Realmente en el modo de pensar egipcio hab�a un continuo volver a los or�genes, como lo m�s adecuado.

La magia ten�a una enorme cantidad de sistemas de acci�n, siendo quiz�s los m�s conocidos los �Textos de execraci�n� y el uso de las �Vasijas rotas�. Este �ltimo, con cierto parecido a los �vud�� actuales, consist�a en el uso de cer�mica para causar el mal. Se hac�an figuras de barro o vasijas con nombres de reyes y princesas asi�ticas, nubias y libias, que fueran hostiles a Egipto; o de modo m�s dom�stico, del vecino o vecina con el que se ten�a un enojo. Estas vasijas rotuladas se usaban para aplastarlas, romperlas, es decir, usarlas en �Magia Negra� que, junto con los conjuros, serv�an para tener la ilusi�n de que se les hac�a mal. </font