El noble príncipe, el escriba real Amen-Hotep, 

hijo de Hapu

Por Teresa Bedman.

Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

Correo: [email protected]


Hay hombres que  pasan a la historia por su particular brillantez en las artes, en las ciencias, en la guerra..., pero pocos son los que perduran por ser fieles a sus principios y  más aún,  por ser leales a quienes quieren y sirven. Este es el caso de nuestro personaje, y esta, bien pudiera ser su historia. La historia del Noble Príncipe, Escriba Real, Amen-Hotep, hijo de Hapu.

Amen-Hotep, es uno de esos raros casos que nos ha guardado el tiempo, y que aún hoy, tres mil años después, sigue ejerciendo para aquellos que se acercan a él, una especie de halo mágico, de hechizo, que nos lleva irremediablemente a profundizar en su mundo. Pero lo que no sabemos muy bien es, si la propia historia, o él mismo, se encargaron, de que el misterio de su vida no nos fuese revelado, alimentando, si cabe aún más, esta pasión que emana de su propia persona.

Le tocó la suerte de vivir durante la época más maravillosa de toda la historia de Egipto: la dinastía XVIII[1]. Debió nacer nuestro personaje muy posiblemente a finales del reinado de Thutmosis III o al principio del de Amen-Hotep II; viviendo bajo los reinados de Thutmosis IV y Amen-Hotep III. Murió o le hicieron desaparecer hacia el año 30/31 de este último rey, según parece desprenders

         “Su colega, el Noble Príncipe, primer amigo entre los amigos, grande de los........,Administrador del Sur y del Norte, Gobernador de los reclutas, Amen-Hotep, justificado en la Necrópolis”[2].

          Si tenemos en cuenta estas fechas, esto quiere decir que nuestro Amen-Hotep, tiene aproximadamente 50 años cuando accede a la corte. A tenor de estas consideraciones, la pregunta que nos surge inmediatamente es ¿cómo es posible que un hombre de tan avanzada edad llegase alcanzar las cotas más altas de la administración del estado sin que sepamos nada de su pasado?. Muy sencillo: él lo quiso así. Sabemos de él, tan sólo lo que él mismo se encargó de contarnos y poco más.

         Se nos antoja que debió ser un hombre solitario en medio de un mundo que amenazaba con caer de golpe y hacer añicos casi dos mil años de tradición.  Sus estatuas (nueve en total), nos transmiten la serenidad del tiempo. No hablan de un hombre corpulento, de rasgos dulces y armoniosos, que sabía escuchar y que dejaba que se acercasen a él con la generosidad que sólo los grandes poseen.  De su rostro se desprende inteligencia, lo que le permitió abordar  toda la problemática, que suscitó el conflictivo  reinado de Amen-Hotep III, al que, por otro lado, sirvió fielmente, lo mismo que a los dioses Amón y a Maat:

         “Soy... un hombre que no quiere cambiar nada de las costumbres que existían desde los tiempos antiguos...”[3]

         Era  conocedor del legado que tenía en sus manos como fiel guardián de las tradiciones, y que las nuevas corrientes que emanaban del seno de la propia familia real amenazaban con arrastra y tragar de golpe. Y sin embargo sorprende las excelentes relaciones que mantuvo con ellos o mejor dicho con el propio rey,  prueba de esto son los títulos de Depositario del Sello del Rey del Norte, Portador del Flabelo a la derecha del rey y primer amigo entre los amigos (del rey), Administrador del dominio real de la hija y esposa real Sat-Amón.

         “Soy un verdadero ser de élite en medio de la masa de humanos: un hombre cuya inteligencia comprende todo, cuando recorre la sala del Consejo, y a quien las cosas más excepcionales le parecen naturales; saca las lecciones de los acontecimientos incluso cuando las conclusiones son oscuras; es un maestro de perspicacia que satisface el corazón del soberano que hace cosas magníficas para su Horus...”[4]

          En ninguna de sus estatuas nos habla de la “Señora de su casa”, pero también sabemos que amó. En una  relieve localizado en la mencionada  tumba de  Ramose, existe la única representación de Amen-Hotep hijo de Hapu y una joven y misteriosa mujer,  que está sentada a su al lado, en un escabel oliendo una flor de nenúfar. Están en diferente plano, para darnos la sensación de que era más pequeña o como apuntan algunos autores para indicarnos que el estatus de ella era diferente al de las otras mujeres representadas en la tumba. Se apunta a que pudiera ser una sirvienta. Pero sirvienta o esposa tenía para Amen-Hotep tal importancia, que su amigo Ramose quiso representarlos juntos. No sabemos quien es, no hay nombre para ella. Con una visión más romántica, podemos ver  en esta omisión  la prueba  de como la amaba, pues, siendo un hombre de avanzada edad, conocedor como era de todos los secretos, viendo como el equilibrio de Kemet se tambaleaba peligrosamente entre dos mundos antagónicos, eran Horus y Seth de nuevo en lucha, y sabiendo que cuando desapareciera, el Egipto que él había tratado de sostener con sus manos, podría caer en el oscurantismo tragando de golpe siglos de tradición. Y también, como conocedor de su pueblo y de la condición humana, bien pudo  prever como podría ser el final. Pudo prever que su memoria sería dañada, del mismo modo que la de todos los que hubiesen estado cerca. Omitir su nombre no fue un olvido casual. Una vez más, cuando su mano ya no pudiera alcanzarla, quiso seguir protegiéndola,  tal y como lo había hecho en vida, logrando de éste modo estar  juntos por toda la eternidad...

         Pero dejemos que sean sus propias palabras inscritas en el granito negro las que nos hablen y que sus grandes ojos almendrados nos muestren el mundo que le tocó vivir. 

         Como todos los grandes servidores de Amen-Hotep III, era originario del Delta, concretamente de Athribis, la antigua hwt hry ib “El castillo (que está) sobre el corazón (centro)”, capital del nomo X del Bajo Egipto, llamado Km Wr “ El gran (toro) negro”. Su padre fue el escriba real Hapu y Superior de los sacerdotes en el templo de Horus Jenty-Jety; su madre, la dama Itu  sólo poseía el título de “Señora de la casa”. Se ha sugerido en ocasiones que el origen de la familia de nuestro personaje pudiera ser humilde pues se sabe que cuando Amen-Hotep alcanza cierto nivel se ocupa de dar un mejor enterramiento a sus progenitores. Esto por sí sólo no considero que deba ser tomado como una prueba de su condición social, más bien deberíamos tomarlo como una muestra de amor, respeto y piedad de un buen hijo hacia sus padres. Por otro lado, tenemos los dos títulos del padre que aunque si bien es cierto no son indicativos de un alto estatus, si parecen mostrarnos un posible origen de antigua familia de nomarcas locales.

         Su carrera administrativa tiene tres etapas bien diferenciadas, y nos son conocidas gracias a los datos que él mismo se encargó de facilitarnos en su llamada “estatua de los 80 años”, que fue localizada en el patio central del templo de Karnak detrás del III pilono y delante del VII pilono, de Thutmosis III[5]. El primer dato que  nos da es que es nombrado Escriba Real bajo las ordenes directas de su Majestad :

         ”El Buen Dios, el rey del Alto y Bajo Egipto Neb-Maat-Ra (Amen-Hotep III), el hijo primogénito de Hor-ajty habla en mi favor y él me nombra Escriba Real. Yo penetré entonces en la literatura religiosa y conocí los trabajos útiles de Thot. Me convertí en conocedor de las ideas inaccesibles al común de las gentes. Comprendí todos los pasajes oscuros (de los textos)...”[6]

         Este texto es de trascendental importancia pues nos está indicando que, al igual que el dios Thot de Hermopólis considerado el escriba de los dioses, creador de la escritura y del lenguaje, conocedor también del significado profundo de las palabras, y considerado por tanto el Gran Mago, él era también un iniciado en el misterio del conocimiento de la naturaleza de las cosas. El acceso que le otorga el mismo rey para poder consultar los libros que contenían los rituales ancestrales de los cultos, le hacen ser un hombre poderoso, temido por sus enemigos, pero al mismo tiempo se convierte en un hombre que genera una gran bondad,  en el que todos confían y al que todos consultan. Y aunque no era sacerdote fue nombrado Gran celebrante del dios Amón.[7]

         En la segunda etapa de su carrera :

         ”Después mi maestro, el rey del Alto y el Bajo Egipto renueva sus favores y me nombra “Escriba Real, Jefe Superior de los Reclutamientos” y pone bajo mi autoridad a numerosas personas para censar y colocarlas en los puestos apropiados”[8]

         De él depende  toda la población de Egipto pues es quien dictamina en cada momento el grueso de personas que ingresarán en las filas del ejercito, en los campos o en las obras públicas. También sabemos que a partir de este nombramiento también es el encargado de organizar la vigilancia en las fronteras, sobre todo en los Dos Desiertos, controlando la idas y venidas de los asiáticos. También organizó las guarniciones del Delta con la ayuda de la marina real y se sabe que fue nombrado Comandante de este cuerpo. Así mismo se encarga de la seguridad interior,  por lo que es nombrado Gobernador de los soldados del Señor de las Dos Tierras[9]. El ejercicio de este cargo conlleva a su vez el de los rebaños Escriba de los soldados del Señor de las Dos tierras, e Intendente de Ganado Mayor de Amón en el Alto y en el Bajo Egipto. Es decir, por un lado, nuestro Amen-Hotep se  convierte en una especie de Gran General en Jefe, y de otro, era el encargado de proveer de toda clase de alimentos al clero de Amón. 

         El clero de Amón era todo un poder dentro de las estructuras del Estado. Para su propia subsistencia poseía tierras, ganado y  personal que garantizaban el abastecimiento diario del templo. Se sabe que en los primeros años del reinado de Amen-Hotep III, existían tres Sumos Sacerdotes de Amón. Amen-Hotep, hijo de Hapu cambiará también esto: sustituye las funciones propias del sumo sacerdote, y se las atribuye a un personaje civil de su entera confianza y de la del rey, para así controlar el poder de éste clero, que iba creciendo de tal modo que incluso podría amenazar la estabilidad de la corona.

         Como consecuencia directa de los cargos anteriores es nombrado Jefe de todos los trabajos del Rey:

         “Mi Señor me renovó una vez más sus favores...me nombró Jefe de todos los trabajos. Yo he establecido sólidamente el nombre del rey para siempre”.[10]

         Waset (Tebas), era la capital de un vasto imperio que abarcaba desde el Eúfrates hasta el corazón de África. El nuevo aspecto urbanístico que adopta la ciudad, durante todo el reinado de Amen-Hotep III hasta el año 30 del rey se debió, en gran medida,  a este fiel servidor que se encontraba entonces en el cenit de su carrera. Sus  grandes conocimientos religiosos unidos a sus dotes en arquitectura, y  teniendo en sus manos el poder económico y humano del país, Amen-Hotep hijo de Hapu se dispuso a embellecer  Waset, cómo no lo había sido nunca. A pesar de que no tenemos una lista detallada de todas sus edificaciones, sabemos que es responsable de la construcción del templo Mut, del de Ja em Maat, en el recinto de Montú y del de Jonsu dentro del gran complejo templario de Ipet-Isut “El más selecto de los lugares” (templo de Karnak); del Ipet-resyt “El harén meridional” (templo de Luxor); del templo de millones de años para Amen-Hotep III en Kom El Hettan; así como de innumerables estatuas reales entre las que destacamos los colosos de Amen-Hotep III delante del X pilono de Karnak, las de los templos jubilares  de Soleb (Nubia) y de Sedeinga (Sudán):

         “Yo he hecho imágenes suyas de las canteras en la Montaña de Arenisca ya que él es el heredero de Atum. He actuado con todo el amor de mi corazón dirigiendo la reproducción de sus facciones, en este su gran templo, en toda clase de materias sólidas como el cielo. Ciertamente jamás persona alguna había hecho estas cosas ni las hará desde los tiempos de la creación de las Dos Tierras. Yo he dirigido los trabajos de sus estatuas grandes en su altura y anchura más que su columnata cuya extremidad eclipsaba el pilono y cuya altura era de cuarenta codos en la impresionante Montaña de Arenisca a los costados de Ra y Atum. Construí un barco de ocho brazas (de calado), hice remontar por el Nilo a ese monumento que fue instalado en este gran templo, estable como el cielo. Estos serán mis testimonios para vosotros, los que vendréis después de mi...”[11]

         Además de los títulos ya citados Amen-Hotep hijo de Hapu, llevó otros títulos menores tales como Intendente de los rebaños de Amón en el Alto  y Bajo Egipto; Gran Celebrante de Amón; Administrador del dominio real de la hija y Esposa Real Sat-Amón; Jefe del ejercito de Menfis; Sacerdote Sem en la Casa del Oro; Jefe de los Profetas del Horus Jenty-Jety; Señor de Kem-Ur.  Estos dos últimos títulos son muy queridos por Amen-Hotep hijo de Hapu pues se trata de una distinción relacionada con el dios protector de su ciudad natal. Se sabe que embelleció tanto la ciudad como el templo, dotando a este de estanques, jardines, aumentando las ofrendas diarias, etc...

         “Yo soy un hombre que convierte a su pueblo en estado y quien hace que desaparezca la pobreza en todo el lugar. Mi maestro hace cosas útiles para mi dios Jenty-Jety e hizo una morada para el dios local... Mi maestro agrandó mucho mi ciudad”.[12]

         Mantenerse fiel a las costumbres y tradiciones del pasado, debió costarle la vida. Ya su propio nombre, Amen-Hotep, nos indica que fue un fiel servidor del dios Amón, dios primordial y creador del mundo así como  a la diosa Maat. El sabe que debe todo a la protección de ambos dioses.  De Amón dice:

         “Yo he venido cerca de tí !Oh Amón¡, Señor de los Tronos de las Dos Tierras, pues tú eres Ra que aparece en el cielo, que ilumina la tierra  con las perfecciones de su ojo brillante, que ha salido de Nut, que ha aparecido por encima del agua primigenia, que ha creado cada cosa, que ha formado la gran Eneada de los dioses, que ha conocido su propia carne y que se ha engendrado en sus propias formas”[13] O en  este otro texto donde su obediencia a Amón queda patente:

Estatua donada como testimonio de favor hacia un familiar del rey para el templo de Amón de Karnak, al noble, encargado del palacio blanco de Geb, el escriba real, el escriba  de las levas, Amen-Hotep Justificado, hijo de Hapu del nomo de Athribis. El dice: Yo he actuado como mandatario real de su Majestad cuando ha sido necesario llevarle gentes de Tebas que estaban sujetos al dominio del rey para consagrarlos por siempre, a ellos y a su descendencia, a Amón, Señor  de los Tronos de las Dos Tierras, con la ocasión del primer jubileo del año treinta de su Majestad. El rey me encargó efectuar la revisión del dominio de Amón... El rey me nombró Jefe de los ritos de Amón (para sustituirle en) todas las fiestas del dios. He cumplido las obligaciones que imponían los preparativos de todos sus festines sagrados, cada vez que tenían lugar.”[14]

El sentido de la justicia y de la verdad como parte del orden cósmico establecido que garantizaba el equilibrio del mundo, llevan a Amen-Hotep hijo de Hapu, a tener una especial predilección  también por la diosa Maat:

         “El noble príncipe, depositario del sello del rey del Norte, el escriba real... He aquí que estoy entre los favoritos que practican  el Maat. Soy un Justo. No actúo jamás con parcialidad y me guardo de frecuentar la compañía del malvado. No me aprovecho cuando alguno está en dificultad para encargarle trabajos bajo mi autoridad. No hay hombre que siendo llamado a mi presencia no sea escuchado por mi, aunque se explique muy ampliamente. No entro en relación con las personas que han actuado contra mí. Nunca presto atención a la mentira lanzada para quitar sus bienes a alguien. Mi mérito es la prueba de las cosas bien hechas en mi favor a los ojos de todos. El que me ha conocido deseará ser como yo a causa de la importancia de lo que me ha sucedido. Llegar a viejo es una prueba de que se ha sido justo: he alcanzado los 80 años colmado de los favores cerca del rey, y cumpliré los 110...”[15]

Parece ser que estos debieron ser sus dioses preferidos aunque no descuidó a otras divinidades del panteón egipcio como son: la tríada tebana de Mut, Montú y Jonsú; Anubis; Ptah-Sokaris; Osiris y muy especialmente a Horus Jenty-Jety dios local de su ciudad natal.

Conocedor como era de las crecientes tendencias solares que cada vez debían hacerse más patentes dentro del seno de la familia real, y por otro lado conocedor también de las antiguas leyes de Egipto que le habían sido reveladas en los templos,  se nos hace necesario pensar que intentó una reconciliación entre ambas corrientes, para controlar de algún modo el cataclismo socio-político al que iba el país.  Es en este momento cuando el dios Amón, protector de la realeza, pasa a convertirse en Amón-Ra. Con esta extraña maniobra pensó que podría equilibrar al poderoso clero amoniano  y las tendencias solares de su señor. Para ello, mandó realizar en las cámaras del sur del Ipet-resyt “El harén Meridional” (Templo de Luxor), el mito de la teogamia que ya intentara Hapuseneb y Senenmut para su reina Hatshepsut[16]. De nuevo es el mismo dios Amón quien pone la semilla de la vida en seno de la reina haciéndola  concebir al niño divino, Neb Maat Ra, futuro rey de las Dos Tierras. Nombrará en el año 28 a Ramose[17] como Visir del Sur en lugar del Sumo Sacerdote de Amón Ptahmose, y así una serie de acciones que le llevarán a mantener un  delicado equilibrio.

Como encargado de todos los trabajos del rey, es el responsable directo de todos los trabajos que se acometen en todo el país para celebrar el primer jubileo de Neb Maat Ra. Aparte de las construcciones ya mencionadas, destaca también el templo que mandó edificar en la segunda catarata en las proximidades de la actual Soleb (Nubia). Este templo estaba dedicado al dios Amón y a la propia imagen del rey divinizada. En los diversos relieves  vemos a Amen-Hotep hijo de Hapu frente al soberano que está consagrando una puerta golpeándola con una maza.

Su vida  transcurrió primero en su ciudad natal de Athribis. Muy posiblemente, cuando se le nombra “asesor” del joven rey pasó a residir en la capital administrativa del estado que era Menfis.  Posteriormente, se debió trasladar al palacio de Pr h’j (Malkata) a partir del año ocho Amen-Hotep III, cerca siempre de su soberano[18].  También es muy posible que en la propia ciudad de Malkata tuviese su propia residencia.

Entre lo que hoy se conoce como Malkata el Bahirat y  Kom el Hettan,( donde construyó el Templo de Millones de Años, para su soberano), fue localizado en 1934 por Robichon y Varille su templo de Millones de Años.   Era de unas dimensiones inusitadas para tratarse de un personaje no real, como inusitada era su ubicación: se encontraba entre el de su señor Amen-Hotep III y el de Thutmosis II, y cinco veces mayor que el de este. Es como si hubiera querido indicar, que incluso después de muerto y por toda la eternidad estaría velando por él.  Era de hermosa caliza blanca, ricamente decorado. Un pilono de entrada daba acceso a un patio rodeado de jardines y un estanque central. Otro pilono daba paso a un segundo patio menor de donde salían cuatro dependencias a derecha e izquierda. Todo ello estaba ricamente decorado con relieves pintados. Desde esta última estancia central se pasaba a la parte más sagrada del templo, compuesta por una gran sala abovedada que daba acceso a tres santuarios,  donde, muy posiblemente, los sacerdotes  de Amón dieron culto a su memoria.

En previsión de que su memoria fuese dañada (como sin duda fue), y como hombre piadosos que era, él mismo quiso asegurase  culto después de su muerte. Para ello colocó siete estatuas, seis en el  mismo centro del culto Amón, el templo de Karnak, y otra más en el templo de Horus Jenty-Jety en Athribis.[19] Las estatuas para los egipcios, eran según sus conceptos religiosos, el vehículo por el cual el difunto recibía las esencias espirituales, asegurándose la supervivencia en el más allá, vinculado siempre a su forma de cuando estaba vivo. Sin duda esta decisión se debió a que era un hombre que conocía muy bien a su pueblo, pues siendo conocedor de los avatares por los que tendría que pasar  Egipto, tras su desaparición, no debió dudar nunca que el maat volvería a reinar en Kemet,  que los ritos ancestrales se continuarían haciendo, ya  que dos mil años de tradición no se podían perder por una loca moda; que la piedra horadada por las plegarias del piadoso pueblo que amaba, quedarían por siempre. Y cuando se restaurasen los cultos (si es que alguna vez estuvieron interrumpidos durante la aventura amarniense), él se aseguraba  participar de las ofrendas que se hacían a las divinidades.

La estatua biográfica, se localizó en el patio central, detrás del III pilono[20].

La estatua de los 80 años, se localizó delante del VII pilono de Thutmosis III. Puede que fuese colocada aquí, cómo un símbolo de su trayectoria vital, puesto que parece que nació bajo su reinado[21].

La estatua de Jefe de las Levas, estaba colocada en el X  pilono a los pies de la imagen colosal de Amen-Hotep III[22].

La estatua del arquitecto, colocada junto a la anterior, detrás del X pilono, eran las primeras estatuas que veían los  peregrinos cuando entraban en el recinto por la cara sur[23].

         La estatua del Templo de Mut, colocada dentro del recinto  de la diosa[24]

         La estatua del Templo de Jonsu, colocada igual que la  anterior dentro del recinto del dios, para disfrutar de su  mesa de ofrendas[25]

         La estatua del Templo del Horus Jenty-Jety, localizada   en su ciudad natal de Athibis.[26]

         Amenhotep hijo de Hapu, a pesar de la alta distinción que alcanzó dentro de la corte, debió ser un hombre que se sentía muy próximo al pueblo. Durante su vida debió ser una persona respetada, que sabía escuchar. No es de extrañar, que a su muerte quisiera seguir ejerciendo su “oficio” de mensajero entre los dioses y los hombres. Para ello colocó dos de sus estatuas  en el X pilono de Karnak,  a los pies del gran efigie de su señor, a donde el pueblo llano tendría acceso. En la llamada estatua del arquitecto, podemos leer:

         “Oh el Sur y el Delta. Oh todos los ojos que ven el disco solar, vosotros lo que venís a Tebas, ya sea, descendiendo por el río, ya sea remontándolo para dirigir una petición al señor de los dioses, venid a mí, yo trasmitiré vuestra petición  a Amón de Karnak. Ejecutad en mi favor el rito hetep di nesu; verted para mí una libación con lo que llevéis en la mano, pues yo soy un intermediario que ha colocado el rey en el acto de escuchar las súplicas para elevar hasta dios los deseos de las Dos Tierras”.[27]

         Y en la otra, en la del escriba Jefe de las Levas:

         “Oh gentes de Karnak, vosotros los que deseáis ver a Amón, venid a mí. Yo comunicaré vuestras peticiones, pues yo soy un intermediario cerca de este dios. Neb Maat Ra me ha colocado para transmitir los asuntos de las Dos Tierras. Haced para mí el rito hetep di nesu, mencionad mi nombre en toda ocasión diaria, como debe hacerse para un favorito”.[28]

         No sabemos por cuanto tiempo se estuvo haciendo este ritual para Amen-Hotep hijo de Hapu en Karnak, pero lo cierto es que en ambas estatuas, que actualmente se encuentran en el Museo de Luxor y de El Cairo respectivamente, los jeroglíficos que se encuentran en la parte del papiro desenrollado sobre sus piernas, están desgastados.

          De Amen-Hotep hijo de Hapu, se sabe que participa en el primer jubileo del rey, pues en la tercera capilla lateral derecha de su templo funerario, fue localizado una pintura con un texto relativo a las recompensas jubilares:

         “En el año 30, tercer mes del verano, día 12. El justo escriba del rey a quien él ama, Amen-Hotep, “el que abre los canales”, está inclinado (delante del soberano) a la salida de la celebración del primer jubileo de Su Majestad. El ha recibido ornamentos de oro y toda clase de piedras preciosas. Un collar de oro puro ha sido colocado en su cuello. El estaba sentado sobre un cojín dorado enfrente del estrado (real). Su cuerpo ha sido cubierto de delicado lino real”.[29]

         Debió morir o le hicieron desaparecer inmediatamente después de celebrarse éste jubileo, entre el año 30/31 del rey, pues en otra estela que actualmente se encuentra en el museo británico, fechada en la dinastía XXI,  que pretende ser redactada en el año 31 de Neb Maat Ra, se establece la fundación de su templo funerario.

         Su tumba se ha querido identificar con una que se localizó en la necrópolis de Gurnet Murrai en 1970[30], y que se encontraba totalmente destruida. Antes de localizarse la tumba ya conocíamos partes de sus sarcófagos, el exterior y el interior, y que actualmente se encuentran en repartidos en diferentes museos del mundo:   

    

     Sarcófago exterior:

         El sarcófago exterior de Amen-Hotep hijo de Hapu, debió medir 90 cm. de alto por 2,25 m., de largo por 90 cm., de ancho.

        

         Fragmento A:

         Tapa del sarcófago exterior. Se encuentra en el Museo del  Louvre con el en nº D 4. Nunca ha sido publicada, ni fue atribuida a Amen-Hotep hijo de Hapu.

 

         Fragmentos B y C:

         Parte lateral derecha. Fueron catalogados con los nº 30 y 105 respectivamente del Museo Egipcio de Grenoble. Provienen de la colección Saint-Ferriol.  Publicados          atribuidos a Amen-Hotep hijo de Hapu por Moret en 1919 y por Tresson en 1933.

 

         Fragmento D:

         Ángulo inferior derecho. Fue identificado y publicado por Petrie en 1909. Actualmente se conserva en el Museo del University College de Londres.

 

    Sarcófago interior:

         Su sarcófago interior debió medir 45 cm., de alto por 2 m.,  de largo por 60 cm., de ancho.

 

         Fragmento E:

         Correspondiente a la tapa del sarcófago interior, tiene el nº  44309 del diario de entradas del Museo de El Cairo. Nunca  fue publicado ni atribuido a Amen-Hotep hijo de Hapu. En el diario del  museo sólo se menciona que fue localizado en  Medinet Habu en 1913 por Daressy, quien no facilitó ninguna explicación de las condiciones en que se produjo dicho descubrimiento,

 

         Fragmentos F y G:

         Parte lateral derecha. Tienen el nº 106 y 107 del Museo de   Grenoble. Provienen de la colección Saint-Ferriol y publicado por Moret y Tresson.

 

         Fragmento H:

         Catalogado con el nº 3059 del Museo Real del Cincuentenario de Bruselas. Fue comprado al anticuario Cheikh Ali en 1907 en Gize. Fue publicado y atribuido a          Amen-Hotep hijo de Hapu por Speleers en 1923.

 

         Fragmento Y:

         Catalogado con el nº 108 del Museo de Grenoble, proveniente de la colección Saint-Ferriol. Publicado por Moret y Tresson.

          Las estatuas de Amen-Hotep hijo de Hapu, que han llegado hasta nosotros, no presentan signos de destrucción, del mismo modo que ocurrió con las de su señor. Tan sólo en la parte donde aparece el nombre de Amón ha sido borrado. Es muy posible que los piadosos sacerdotes Amón escondiesen tanto su momia como sus estatuas para preservarlas de la destrucción. Nos resulta extraño admitir que de un personaje de tal elevado rango tan sólo existiesen unas pocas estatuas y unos cuantos relieves, por lo que la teoría de que su memoria fue perseguida tiene fuerza.  Con el advenimiento de la dinastía XIX y con el restablecimiento del culto a Amón, su memoria es rescatada. Sabemos por el decreto anteriormente citado, que en la dinastía XXI su templo fue restaurado. Con el paso del tiempo su recuerdo pasó a ser casi divino atribuyendo a sus estatuas propiedades milagrosas y curativas, llegando a asimilarle con el dios Ptah, patrón de la medicina. También se sabe que ocho siglos más tarde, una princesa hija de Psametico I, clama a él:

         “Oh noble Amenhotep, hijo de Hapu el justificado, ven oh buen médico, mira yo sufro de los ojos. Así tu puedes hacer que yo sane inmediatamente”.[31]

Pero será sobre todo en la época grecorromana cuando sea objeto de una mayor devoción. De este periodo son los relieves localizados en el santa santorum del templo de Deir el Bahari, en una estatua colosal del templo de Karnak, sobre ostracas... Es en este momento cuando su culto alcanza un alto nivel y e incluso fue divinizado 

Y así, este hombre que amó tanto a su país como a su pueblo quedó recompensado por toda la eternidad. Y aún hoy, para aquellos que nos acercamos a su persona y al entorno que le toco vivir, no podemos reprimir el deseo de clamar su nombre El Noble Príncipe, Escriba Real, Amen-Hotep hijo de Hapu-Hotep hijo de Hapu....... pues quien repite el nombre de los muertos les hace vivir de nuevo.

   

BIBLIOGRAFÍA

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VARILLE,A. Inscriptions concernant l’architecte Amenhotep, fils de Hapou. Le Caire,1968.

VERNÚS,P. Athribis. Cairo 1978.

WILDUNG. Imhotep und Amenhotep.

 

[1] 1418-1338 a.C.

[2] Varille,A,op.cit.,traduccón del texto nº56,123. Ver también Martín, F “En torno a la tumba de Ramose  (nº55 de Sheikh abd el Gurnah)”,nota 31, quien traduce la palabra sn como “hermano” en lugar  de “colega”. Me resulta más aceptable compartir la traducción de Martín. W.B.,IV 150,3 I.

[3] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[4] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[5]  muy posiblemente fue depositada allí como un símbolo de la trayectoria de su vida, pues según creemos debió nacer bajo el reinado de este rey.

[6] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[7] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[8] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[9]  Se le otorga este título en una inscripción localizada en  la isla de Bighé. También se sabe que formó parte de una expedición contra los nubios de Sehel.

[10] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[11] De la llamada estatua biográfica la de los 80 años.

[12] De la llamada estatua biográfica o la de los 80 años.

[13] Inscripción de la llamada “estatua de la lealtad a Amón”

[14] Inscripción de la llamada “estatua de las Levas”

[15] Inscripción de la llamada “estatua de los 80 años”.

[16] Bedman,T. “Hapuseneb y Senenmut, los valedores de una reina”. RESME, Tomo I,volumen 3 (1996).

[17] Ver ushebti del Museo de El Cairo CG48406, Porter y Moss,op.cit.,V,60-61 y Estela nº88 del Museo de Lyon, Varille,A, BIFAO 30,1930,p.497-507.

[18] Ver Bedman,T. “La casa de la alegría, Pr h’j:una ciudad para Neb Maat Re, el rey sol” BAEDE 6 (1996),147-151.

[19] Fue localizada por Habachi. RdE 26,p.24-29.

[20] Museo de El Cairo nº 583 y 835. Fue descubierta por Mariette en Karnak en 1875.

[21] Museo de El Cairo nº 42127. Fue descubierta por Legrain durante los trabajos de reconstrucción en  Karnak entre el 25 al 31 de Octubre de 1901.

[22] Museo de El Cairo nº 44862. Fue descubierta en 1913.

[23] Museo de El Cairo nº 44861. Fue descubierta en 1913.

[24] Museo de El Cairo nº 36498. Fue descubierta por Legrain en 1903.

[25] Museo de El Cairo nº 551. Fue descubierta  en 1891

[26] Museo de El Cairo. Mariette, “Monuments divers recueillis en Égypte et en Nubia”. 1889,pl. 63b = Legrain, “Répertoire généalogique et onomastique du Musée du Caire”,1908. p.137, nº 240.

[27] De la llamada estatua del arquitecto.