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LA ERA DE LAS PIR�MIDES.

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Por Francisco Mart�n Valent�n.

Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

Las pir�mides de Egipto siempre constituyeron motivo de asombro para quienes las contemplaban ajenos a las razones por las cuales se construyeron.

Herodoto, que visit� Egipto en el siglo V a. de C., dio una imagen de las pir�mides que todav�a hoy se encuentra presente en el acerbo cultural de nuestra sociedad. Detr�s de cada una de esas extra�as construcciones parec�a haber un tirano explotando a cientos de miles de seres humanos.

Lo mismo nos trasladaron los dem�s escritores cl�sicos.

Para el mundo isl�mico las pir�mides resultaban ser el refugio de la ciencia y de la t�cnica antigua, construidas ante el advenimiento del diluvio anunciado por Dios a los hombres.

Hoy todav�a nos debatimos para decidir si las pir�mides fueron enigm�ticos centros inici�ticos en los que se desarrollaban oscuras ceremonia, o simples monumentos funerarios erigidos bajo una incomprensible idea de divinidad al servicio de un solo hombre.

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IM-HOTEP CONSTRUCTOR DE ESCALERAS CELESTES.

Los reyes que integraron las dinast�as Tinitas, se hicieron enterrar en complejos funerarios construidos bajo tierra y cubiertos con una estructura parecida a unas bancadas de enormes dimensiones que imitaba a sus palacios en vida. Avanzada la dinast�a III ( hacia 2649-2575 a. C.) un arquitecto real, astr�nomo, m�dico, en suma, un hombre sabio, concibi� la magnifica idea de superponer varias mastabas, unas encima de otras, para construir una especie de escalera con pelda�os por la que podr�a ascender el esp�ritu de su se�or, el rey Dyeser, hasta el cielo, para as� unirse con el sol por toda la eternidad. As� surgi� el primer proyecto conocido que ser�a el prototipo de las aut�nticas pir�mides.

Desde el punto de vista arquitect�nico, la pir�mide escalonada se concibi� disponiendo una serie de estructuras decrecientes en su tama�o en seis elementos superpuestos. Alrededor de la pir�mide se orden� construir una serie de estructuras vinculadas a ella y rodeadas con un muro que recordaba la facha del palacio real.

Dentro de este conjunto piramidal se incluyeron construcciones tales como el gran patio del festival Sed, las casas del Sur y del Norte, el templo funerario donde el rey muerto y divinizado recibir�a culto, y el patio del Serdab, capilla en la que el rey por medio de su estatua contemplar�a, en palabras del gran egipt�logo que fue Jean Philipe Lauer "las estrellas del norte, llamadas las Imperecederas , porque nunca se ocultaban".

Algo al sudoeste de la pir�mide de Dyeser, su sucesor, el Horus Sejem-Jet se construy� otra pir�mide escalonada, esta vez de siete gradas, de la que no queda pr�cticamente nada. El rey Ja-ba se hizo construir el �ltimo monumento de estas caracter�sticas, siete kil�metros al norte de Sakara.

No es demasiado conocido que en lejano sur de Egipto se construyeron en esta �poca al menos otras siete pir�mides escalonadas, la m�s meridional en la Isla de Elefantina; otras tres en la zona de Ombos, Edfu y Hierac�npolis, Abydos, Zauiyet el-Maitin y finalmente en Seila, en las cercan�as del Fayum.

Se trata de peque�as pir�mides, quiz�s para las esposas reales. Su finalidad utilitaria sigue siendo un misterio.

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MEIDUM, LA TRANSICION.

Snefru, el �ltimo rey de la dinast�a III o quiz�s el fundador de la IV, traslad� su capital norte�a a las inmediaciones del lugar hoy conocido como Dashur, unos 10 kil�metros al sur de Menfis. Desplaz�ndose unos kil�metros hacia el sur intervino, probablemente para concluir un proyecto anterior de construcci�n piramidal iniciado por su antecesor Huni. Se trataba de la llamada pir�mide de Meidum consistente en una estructura de tres grandes escalones, tal como hoy la podemos contemplar, aunque, se admite la posibilidad de que estuvieran recubiertas por estructuras exteriores de piedra que la daban el aspecto de una pir�mide convencional. Sin embargo los arque�logos opinan que la pir�mide nunca fue concluida porque se debi� producir un hundimiento de su estructura exterior que llev� al abandono de la construcci�n.

En todo caso, la pir�mide de Meidum represent� el comienzo de la transici�n desde las pir�mides arcaicas a la �poca de la pir�mide cl�sica.

Por primera vez se estableci� un gran corredor desde el centro de la cara norte de la pir�mide hac�a la c�mara funeraria. En ella se ide� el llamado techo en bancadas que permit�a distribuir adecuadamente las cargas de la presi�n de la masa piramidal.

Pero Snefru abandon� la construcci�n de su pir�mide en Meidum por razones que nos son desconocidas eligiendo un nuevo punto hacia el norte, en Dashur, donde orden� iniciar un nuevo ensayo de pir�mide con una inclinaci�n de 52 a 53�. Las pir�mides anteriores hab�an sido construidas con unas pendientes entre 72 a 78�. Sin embargo, la nueva pir�mide de Dashur se comenz� a construir ya con una inclinaci�n de 60� que, por problemas estructurales sobrevenidas debi� ser corregida para proporcionarle una inclinaci�n de 55�. De nuevo debi� ser corregida, para reconducir su inclinaci�n hasta 44�, con la cual fue concluida. De ah�, la extra�a forma, romboidal, de donde proviene el nombre popular con el que la misma es conocida.

En su interior, se establecieron dos estructuras internas con entradas desde las caras norte y oeste respectivamente. Ambas conduc�an a la c�mara funeraria del rey. Sin duda, a trav�s de dichos corredores, el alma del fara�n se unir�a a las estrellas del norte y a la navegaci�n nocturna del sol por poniente.

Por primera vez conocida se identifica claramente la estructura de la pir�mide, casi como ser� en la �poca cl�sica: una pir�mide sat�lite, una capilla en la cara este, un recinto rodeando dichas construcciones, una calzada saliendo desde la cara norte y un templo funerario al que llegar�a la dulce agua del Nilo cuando la inundaci�n cubr�a la tierra de Egipto.

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EL MISTERIO DE SNEFRU.

Incomprensiblemente este inquieto soberano que reinar�a mas de 24 a�os, renuncia a ocupar las dos pir�mides que se habr�a hecho construir y alrededor de su a�o treinta en el trono de las Dos Tierras, ordena comenzar una nueva obra algo mas al norte. �Se trat� de respectivos ensayos constructivos? Algo as� debi� ser, porque la nueva pir�mide se edific� con una pendiente constante de 43� 22', lo que la acercaba a�n m�s a las formas piramidales que se construir�n durante la dinast�a IV. Este fue el definitivo lugar de descanso eterno del rey Snefru. Finalmente sus arquitectos hab�an construido un edificio que quer�a representar la petrificaci�n de los rayos solares descendiendo del cielo, estructura p�trea que ser�a utilizada por el Ka real en su ascensi�n al cielo y descender a la tierra.

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EL COMPLEJO FUNERARIO DEL REY KEOPS.

La siguiente generaci�n de reyes eligi� una meseta de piedra arenisca natural situada bastante mas al norte en el lugar hoy llamado Guiza. All� el segundo rey de la dinast�a IV decidi� construir la que ser�a la s�ptima maravilla del mundo: la gran pir�mide.

Es en Guiza donde las construcciones piramidales alcanzaron su apogeo perfeccion�ndose el complejo funerario que las completaba. La llamada Gran pir�mide quiz�s fue el sue�o del m�s poderoso rey del Imperio Antiguo. Construida con cerca de 2.300.000 bloques de piedra de un peso medio de 2,5 toneladas cada uno, supuso la m�s importante construcci�n en piedra hecha por el hombre en la antig�edad. Su base es un cuadrado de 230,33 metros de lado alz�ndose hac�a el cielo hasta una altura de 146,59 metros. Con todo su m�s destacable caracter�stica constructiva est� constituida por la inclinaci�n de sus caras con una pendiente de 51� 50' y 40'', y lo que es a�n m�s asombroso por su orientaci�n casi exacta con el llamado norte verdadero, del que se separa tan solo 3' y 6''.

Keops completo el complejo funerario de su pir�mide con otras tres de m�s peque�as dimensiones dedicadas a enterrar a sus reinas, otra a�n m�s peque�a, cada una de ellas con sus barcas funerarias al lado del mismo modo que �l orden� enterrar otras dos grandes barcas para �l mismo. El templo mortuorio adosado a la cara oeste de la pir�mide se un�a con una magn�fica calzada de casi dos kil�metros de largo con el llamado templo del valle.

Este es el monumento ante el que la imaginaci�n humana se paraliz� siempre. Este enorme mole de una asombrosa regularidad, forrada de losas de caliza blanca perfectamente pulidas y ensambladas entre s�, revelaba a quienes la contemplaron la grandeza de Egipto por los siglos de los siglos. Expresi�n arquitect�nica incomparable fue y es tambi�n la prueba de los grandes conocimientos matem�ticos y astrof�sicos de los egipcios del Imperio Antiguo. No hace muchos a�os el azar quiso que un caballo descubriera al tropezar (m�todo frecuente en la historia de los grandes descubrimientos arqueol�gicos), la ciudad de la muerte de los constructores de las pir�mides. Tan emocionante como contemplar la gran Pir�mide o penetrar en sus entra�as resulta la contemplaci�n de las tumbas de las gentes sencillas que fueron capaces de alzar tan maravilloso monumento. Tambien su ciudad est� siendo descubierta estos d�as para mostrar a la gente de nuestro tiempo como vivieron cotidianamente los altos obreros y artesanos de la IV dinast�a.

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LOS SUCESORES DE KEOPS.

Kefren sucesor de su padre, tras el reinado de su hermano Dyed-ef-Ra, decidi� edificarse con el mismo planteamiento arquitect�nico la que ser�a la segunda pir�mide de Guiza. Con una altura de 143,5 metros, alcanz� sin embargo una mayor inclinaci�n que la Gran pir�mide, con una pendiente de 53� 10', aunque a pesar de ello, desde lejos, da la impresi�n de ser la m�s grande de las pir�mides de Guiza, al estar algo m�s elevada la meseta en el lugar donde aquella fue construida.

Esta pir�mide permite hacerse una idea del aspecto original que debieron tener todo el conjunto piramidal de Guiza. En efecto, todav�a conserva en su v�rtice parte del revestimiento externo original, hecho con piedra caliza de Tura. Junto a la cara sur de la pir�mide Kefren hizo construir otra pir�mide sat�lite, sin duda para albergar sus estatuas con el objeto de que su Ka real recibiera culto. En la cara oeste construy� un magn�fico templo mortuorio unido por una calzada de un kil�metro y medio con el templo del valle. Junto a este templo, e integrada en el complejo funerario Kefren, probablemente mand� esculpir la m�s grande de todas las estatuas que se fabricaron durante su reinado: la Gran Esfinge. Este s�mbolo solar, animal m�tico con cuerpo de le�n y cabeza humana que representa seguramente el rostro del propio Kefren fue esculpido en un bloque de piedra caliza nummulitica al pie de la calzada que un�a ambos templos.

�Cu�l pudo ser la finalidad por la que se orden� esculpir dicha gran imagen

En realidad no sabemos con certidumbre cual fue el aut�ntico motivo. La esfinge simbolizaba el poder y la fuerza controladas por el esp�ritu del rey. Nos obstante, este gigantesco le�n con cabeza humana recibi� culto a lo largo de toda la historia fara�nica como una divinidad solar espec�fica, el dios Hor-em-Ajet.

La tercera y m�s peque�a de las tres pir�mides de Guiza fue construida por Mykerinos. La altura de esta pir�mide construida para el hijo de Kefren, es sensiblemente menor pues no sobe pasa los 66 metros y su inclinaci�n es solo de 51� 20'. Sus caras estuvieron recubiertas con bloques de granito hasta el primer tercio de las mismas y con piedra calc�rea en los dos tercios superiores.

Alineadas frente a su cara sur se construy� tres peque�as pir�mides sat�lites destinadas a ser lugares de enterramiento para reinas. El conjunto funerario se completaba, al igual que en el caso de las otras dos pir�mides de Guiza con un templo mortuorio construido contra la fachada oeste del recinto piramidal, una calzada de algo m�s de 1,5 y un templo del valle.

Con la construcci�n de la pir�mide de Micerinos, concluye la era cl�sica de las pir�mides. No obstante, las pir�mides seguir�n estando presentes en el paisaje de Egipto a lo largo de toda su historia.

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LA DECADENCIA DE LAS PIR�MIDES.: Las dinast�as V y VI

Los nuevos reyes sucesores de los constructores de Guiza, desplazaron el lugar de construcci�n de sus tumbas, al sur de la zona anterior, a un lugar hoy llamado Abusir.

Las pir�mides de estos reyes de la dinast�a V expresan un refuerzo del culto solar. Las dimensiones de los nuevos monumentos funerarios se redujeron sensiblemente en comparaci�n con las de Guiza y los propios materiales de construcci�n, antes s�lidos bloques de piedra caliza, ser�n sustituidos por fragmentos de piedra de inferior calidad cortada en peque�os bloques. Su revestimiento externo se sigui� haciendo con la piedra caliza de Tura, as� como el granito rosa y el basalto fueron empleados para algunos lugares concretos del conjunto funerario, tales como el templo mortuorio o el templo del valle.

Algunos de los reyes de la dinast�a V completaron la necr�polis haci�ndose construir nuevos elementos arquitect�nicos desconocidos hasta ese momento. Ni-user-Ra y User-ka-ef, ordenaron erigir en Abu Ghurab sendos templos solares donde recibir�an culto divino asimilados al mismo dios Ra. Como elemento arquitect�nico esencial se construy� un obelisco de mamposter�a, una altar para sacrificios y una calzada destinada a unir el templo alto con el templo bajo de dichos conjuntos.

Las pir�mides de estos reyes solares no alcanzaron la magnificencia de las de sus antecesores, ninguna super� lo 70 metros de altura ni los 54� de pendiente. En suma, se trata de monumentos que reflejaban la decadencia anunciada de la realeza fara�nica.

Dyed-Ka-Ra Isesi, pen�ltimo rey de la dinast�a construy� la primera pir�mide en el Sur de Sakara. De peque�as dimensiones hoy est� muy destruida.

Su sucesor, Unas, se hizo edificar su pir�mide entre los recintos de los reyes Dyeser y Sejem-Jet. Con solo 43 metros de altura, sin embargo resulta ser una de las m�s importantes porque en su interior, en la c�mara funeraria, se hicieron grabar por primera vez conocida, una serie de textos religiosos funerarios que los egipt�logos han llamado 'Textos de las Pir�mides'.

Extinguida la dinast�a V, los reyes de la VI escogieron para construir sus pir�mides un �rea que iba de norte a sur de Sakara. Desde Teti hasta Pepi II, el �ltimo de los reyes del Imperio Antiguo, todos hicieron incluir en las paredes de sus c�maras funerarias diversas versiones de los textos funerarios reales propios del periodo. Los �ltimos reyes del Imperio Antiguo no consiguieron, finalmente, volver a construir las magn�ficas pir�mides de sus antecesores, los reyes de la dinast�a IV.

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BIBLIOGRAFIA

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