LA DINASTIA XIX: la decadencia.

 

Por Francisco Fernández Vivas.

Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

Miembro de la Misión Arqueológica Española Proyecto Sen-en-Mut.

 

Los poco más de diez años que gobernó el faraón Merenptah, sucesor de Ramsés el Grande, estuvo minada de peligrosos conflictos internacionales. En particular, hubo que rechazar una invasión de los denominados “Pueblos del Mar” –coalición de pueblos provenientes del Egeo con los habitantes de Libia- en su quinto año de reinado. Por otro lado, y en un tono más positivo y pacífico, atestiguaremos una continuidad en las relaciones entre egipcios e hititas, tras la firma que acordaron Ramses II y Hatusil III.

Sin embargo, en lo referente a inestabilidad interna, la cuestión crítica principal fue la usurpación del trono por parte de un personaje llamado Amenmose.

Se ha debatido mucho sobre la identidad y descendencia de este curioso personaje. Se ha propuesto a menudo que podría haberse hecho con el trono de Egipto a la muerte de Merenptah. Hoy en día, como veremos, es más plausible pensar que se produjo un enfrentamiento entre Amenmose y Seti II, llegando a usurpar el primero el trono en las tierras del sur durante aproximadamente unos cuatro años, hasta que Seti II retomó el control y el poder.

Después de esto, Seti II no gobernó por más de dos años, falleciendo en su sexto año de reinado.

Las figuras claves de los días inmediatamente posteriores van a ser complicadas de esclarecer y de comprender: aparecerá un príncipe heredero que fallece, Seti-Merenptah, y subirá un nuevo rey al trono, joven y enfermizo, llamado Siptah. Todo apunta a que este nuevo faraón es hijo de Amenmose, y por tanto descendiente de un linaje de usurpadores que no será reconocido en Egipto.

Tras él, entrará en escena una oscura figura cortesana, conocida como Canciller Bay, al parecer de origen Sirio, que entretejerá una tela en la que asentar los fundamentos necesarios para la herencia del joven Siptah.

No obstante, ambos personajes se van a encontrar con una fuerte oposición, ejercida por la Gran Esposa Real de Seti II, y depositaria de la sangre real que otorga ascendencia directa al trono, Tausert. Esta reina es madre del fallecido Seti-Merenptah, legítimo príncipe heredero. Al morir éste, Tausert debe asumir las funciones de regente de Siptah, un rey con sangre de usurpadores que ni siquiera es hijo suyo. Por lo que, tras cuatro años de corregencia entre ambos, Siptah desaparece, y Tausert, emulando las acciones de Hatshepsut alrededor de cuatrocientos años atrás, se proclama faraón de Egipto, gobernando en solitario por dos años más.

Aun así, el efímero reinado de Tausert se vio sometido a una fuerte oposición que pudo crecer hasta provocar enfrentamientos militares entre la reina y un personaje llamado Sethnajt, que saldrá finalmente vencedor y fundará a XX Dinastía.

 

BIBLIOGRAFIA.

KINDER, H.; HILGEMANN, W.: “Atlas histórico mundial (Vol. 1)”, Istmo, Madrid, 1996.

KUHRT, A.: “Oriente Próximo en la antigüedad (Vol. II: 3000 – 330 a.C.)”, Crítica, Barcelona, 2002.

REEVES, N.; WILKINSON, R.: “ Todo sobre el Valle de los Reyes”. Destino. Barcelona 1998

DRIOTON, E y VANDIER, J.: “ Historia de Egipto”. EUDEBA. Buenos Aires 1952.

GRIMAL, NICOLAS.: “ Historia del Antiguo Egipto”. Akal. Madrid 1996

KEMP, BARRY.J.: “ El Antiguo Egipto”. Crítica. Barcelona 1992 (hay una edición de Crítica, Barcelona 2004

PADRÓ, JOSEP.: “ Historia del Egipto Faraónico”. Alianza. Madrid 1996

TRIGGER, B.G; KEMP, B.J; O´CONNOR, D; LLOYD, A.B.: “ Historia del Egipto Antiguo”. Crítica. Barcelona 1985

LARA PEINADO, FEDERICO.: “ El Egipto Faraónico” . Istmo. Madrid 1991

DODSON, A.; HILTON, D.: “ Las familias reales del Antiguo Egipto ”, Madrid, 2005.

MOREU, C.: “Los Pueblos del Mar y el trasfondo histórico de la guerra de Troya ”, Mediterranean Archaeology 16, 2003, pág. 107-124.