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Hieracompolis y El Kab

Las primeras huellas de actividades humanas en el �rea de el-Kab se remontan aproximadamente al a�o 6000 a. C.: la llamada industria kabiense era una industria micro l�tica que preced�a a las culturasneol�ticas conocidas en el Alto Egipto. El antiguo Nejeb, en la orilla oriental del Nilo, y Nejen (Kom el-Ahmar), en la orilla opuesta, fueron asentamientos muy importantes en el Per�odo Predin�stico y en las primeras dinast�as. As� se refleja por la elevaci�n de Nejet, la diosa buitre de Nejeb, a la categor�a de diosa tutelar de los faraones egipcios (junto con la diosa cobra Uadjet, del Bajo Egipto). Nejbet fue considerada como la diosa por excelencia del Alto Egipto. Conocida tambi�n como �la Blanca de Nejen�, era una de las divinidades que asist�an a los nacimientos de los reyes y de los dioses, por lo que en el Per�odo grecorromano fue asimilada a la Eileithyia griega, cuando la ciudad fue llamada Eileithy�spolis. Al menos desde comienzos de la XVIII dinast�a Nejeb fue la capital del nomo III del Alto Egipto, aunque m�s tarde ceder�a el puesto a favor de Esna.

La vista de recinto amurallado de el-Kab, que mide 550x550 metros y est� rodeado por unos s�lidos muros de ladrillo, es la m�s impresionante. Dentro se encuentran al templo de Nejbet con varias estructuras suplementarias, que incluyen una casa del nacimiento, varios templos menores, un lago sagrado y algunos cementerio primitivos.

Es probable que unas modestas estructuras de templo se levantasen en el-Kab ya a comienzos del I Per�odo din�stico. As� lo sugiere la presencia de un bloque de granito que lleva el nombre de Ja�sejemuy. Durante el Imperio Medio, el sitio mereci� la atenci�n de Nebhepetre Mentuhotpe, Se-bejotpe III (capilla del festival sed) y Nefer-Hotep III (Sek-hemre-sankhtawy).La principal actividad constructora en el templo de Nejbet empez� en la XVIII dinast�a. Casi todos los faraones de ese per�odo contribuyeron en mayor o menor medida, pero los benefactores m�s prominentes parecen haber sido Thutmosis III y Amen-Hotep II. Tras el intermedio del Per�odo de El-Amarna, los ram�sidas continuaron honrando a Nejbet con la ampliaci�n de su templo. Tajarqa, de la XXV dinast�a, Psamm�tico I, de la XXVI dinast�a y Dar�o I de la XXVII dinast�a sabemos que tambi�n colaboraron; pero la forma en que el templo �ahora en gran parte saqueado- se present� a los arque�logos se deb�a principalmente a la labor de los faraones de las dinast�as XXIX y XXX (Hakoris y Nectanebo I y II).

Dos capillas, ahora destruidas, debieron utilizarse fuera del recinto. La primera, a unos 750 m. al noroeste del mismo, fue construida por Thutmosis III; la otra, fuera del muro nordeste de circunvalaci�n, fue obra de uno de los reyes Nectanebo. Aproximadamente a 2�2 Km. Al nordeste del recinto, y en la entradaal uadi Hellal, se encuentra el primero de los denominados �templos del desierto�; en parte exento y en parte excavado en la roca, el santuario est� dedicado a la diosa Shesmetet (Smithis).

�Sus principales constructores fueron Ptolomeo VIII Evergetes II y Ptolomeo IX Soter II. A unos 70 m. al sudeste del mismo se encuentra la bien conservada capilla (conocida como �el-Hammam�) que levant� el virrey de Kush, Setau, durante el reinado de Rams�s II y que fue restaurada por los Ptolomeos. Probablemente estuvo dedicada a Re-Hor-ajty, a Hathor, Am�n y el propio Rams�s II. Algo m�s lejos, a unos 3�4 Km. del recinto urbano, Thutmosis IV y Amen-Hotep III levantaron un templo dedicado a Hathor, �Se�ora de la entrada al valle�, y a Nejbet.

Se encuentran tumbas excavadas en la roca, principalmente de la primera mitad de la XVIII dinast�a, aunque tambi�n las hay del Imperio Medio y del Per�odo ramesida, a unos 400 metros al norte de la ciudad amurallada. Dos de ellas, las de Ahmose Pennekhbet (n� 2) y de Ahmose, hijo de Abana (n� 5), son famosas por textos biogr�ficos. La captura de la capital hicsa de Avaris, el asedio de Sharuhen en Palestina por el fara�n Ahmose, y las campa�as Siria y nubia por obra de los faraones de comienzos de la XVIII dinast�a, son algunos de los acontecimientos hist�ricos que all� se mencionan. Otra tumba, la del alcalde de Nejeb, Pahery, es notable por sus relieves. Y hay otra tumba decorada, que probablemente data de los tiempos de Ptolomeo III Evergetes I, al noroeste de las otras y m�s pr�xima al r�o.