EL CONCEPTO EST�TICO EN EL ANTIGUO EGIPTO 

 

Por D�a. M� Montserrat Cama Gual

 

Egipto lleg� a la Historia al iniciar el tercer milenio a.C., unos doscientos a�os despu�s de que Mesopot�mia inventara la escritura. Su situaci�n geogr�fica era privilegiada, sin necesidad de esperar las lluvias los egipcios contemplaron la crecida del Nilo como un �man� que proporciona la vida al hombre como si fuera un regalo, sin que tuvieran que gan�rsela. Consciente de que viv�an en un territorio privilegiado el antiguo egipcio dirigi� su atenci�n y esfuerzo en tres direcciones: honrar al fara�n, dios encarnado y responsable de su bienestar en la tierra, realizar un esfuerzo com�n en la siembra y recolecci�n de los frutos sembrados en la zona inundada del Nilo y prepararse para la muerte.

Bajo estas circunstancias desarrollaron una producci�n est�tica de las m�s ricas y originales del mundo antiguo.

El arte egipcio es teocr�tico. Los sacerdotes elevaron a sus monarcas a la categor�a de dioses y �stos agradecidos, permitieron el desarrollo de un sacerdocio potent�simo tanto en lo econ�mico como en lo pol�tico. Levantaron templos y altares para honrar a las divinidades que soportaban su poder divino.

 No exist�a el concepto de �arte por el arte�, el artista no se reconoc�a a si mismo como creador a trav�s de lo est�tico. Era un artesano al servicio del Estado, un bur�crata contratado por la teocracia destinado a repetir conceptos dados, estereotipados donde el valor estaba en la repetici�n de las formas y no en su originalidad.

Su concepto de ultratumba los llev� a crear un arte funerario lleno de misticismo y simbolismo. Para los antiguos egipcios la muerte no era un estado de aniquilaci�n de la persona, sino por el contrario, la culminaci�n del ser, el momento esperado donde el individuo, liberado de las necesidades y pasiones de la vida, alcanzaba la plenitud total. Su filosof�a de la muerte y de la vida de ultratumba era optimista porque significaba una posibilidad de autorrealizaci�n, de llegar a un estado mejor, sin conciencia ni memoria del pasado, una nueva oportunidad para continuar viviendo.

Con el paso del tiempo y a medida que la sociedad se transformaba el arte iba adquiriendo formas nuevas. Eso sucedi� contra la voluntad de los mismos egipcios, empe�ados en detener el tiempo y plasmarlo por medio de la conservaci�n de sus costumbres. Los antiguos egipcios jam�s se desprendieron del v�nculo que los un�a con la Prehistoria y en su ambiente cerrado y conservador evolucionaron sin expresa voluntad de hacerlo. Su concepto del mudo era de un eterno vagar, tranquilo y sereno como las aguas del Nilo, donde se nace, se vive en concordancia con el cosmos, representado por las estaciones agr�colas, y se muere para volver a vivir. Las revoluciones y los cambios bruscos nunca prosperaron. En la permanencia basaban la continuidad y �sta fue una constante en toda su Historia.

Una de las m�ximas aportaciones de la civilizaci�n egipcia fue la utilizaci�n de la piedra extra�da de la roca con fines constructivos. El primer monumento p�treo que levant� la Humanidad fue aquel destinado a asegurar la eternidad a los muertos.

En los tiempos predin�sticos la tumba era un hoyo de escasa profundidad donde se enterraba a los muertos en posici�n fetal.

Los primeros sepulcros hist�ricos fueron las mastabas, hundidos en la tierra donde se acced�a a trav�s de un pozo. Las m�s antiguas, de muy peque�as proporciones, fueron evolucionando hasta convertirse en amplias estancias con varias c�maras. La evoluci�n de la mastaba refleja el cambio experimentado en la sociedad que las construy�. En las ciudades las casas, cada vez m�s confortables, substituyeron a las primitivas habitaciones.

La complejidad de la mastaba indica la categor�a del enterrado. Existen mastabas reales perfectamente decoradas y otras muy sencillas, posiblemente destinadas como sepultura del pueblo llano.

Pero la mastaba es todav�a una construcci�n de barro, que en su parte exterior recuerda el tipo de construcci�n mesopot�mica. Fue Zoser, soberano de la III Dinast�a, el primer fara�n que utiliz� la piedra y se lanz� hacia la verticalidad. Su constructor, Imhotep, fue un personaje rodeado de una aureola m�tica. Arquitecto, m�dico, hombre de confianza del rey, primer ministro y sumo sacerdote de Heli�polis, fue divinizado despu�s de su muerte como dios de la sanaci�n. Como dice Giedi�n �los griegos hicieron semidioses a los h�roes b�licos, y los egipcios a los sabios�.

Imhotep levant� en la necr�polis de Sakkara la primera pir�mide egipcia. Es una construcci�n escalonada rodeada de un recinto amurallado compuesto por capillas, ofertorios, altares, p�rticos, patios y tumbas, que forman un rect�ngulo de 15 hect�reas, aproximadamente. Este complejo funerario no volvi� a repetirse en Egipto hasta que a�os despu�s la Reina Hatshepsut y su arquitecto Senenmut levantaron el suyo en Deir-el Bahari. En esta �rea aparecen elementos constructivos nuevos, como la columna, y la cornisa, cuyo desarrollo triunfar� en la sala hip�stila del templo de Karnak. La substituci�n del ladrillo por la piedra marca un momento de gran relevancia en la espiritualidad egipcia. Mientras el ladrillo simboliza lo cambiante, lo que se transforma y perece, la piedra es la expresi�n de la eternidad. El concepto de rey-dios eterno se consolida en Egipto con la construcci�n de la primera pir�mide en piedra, la escalonada de Zoser.

El fara�n Snefru, fundador de la IV dinast�a, mand� construir, dos pir�mides en Dahshur. Representaba el segundo intento de levantar monumentos funerarios en verticalidad. Para muchos arque�logos representa un intento de superaci�n con respecto a la escalonada de Zoser. La �Pir�mide Quebrada de Dahshur� tiene dos pendientes distintas. �Defecto constructivo o necesidad de terminarla con rapidez?. No lo sabemos, pero lo que si podemos afirmar es que las piedras colocadas en la parte superior no fueron colocadas con el mismo cuidado que las primeras.

El momento culminante de la monumentalidad egipcia corresponde a los tres monarcas de la IV Dinast�a. En la zona de Gizh�, en la orilla izquierda del Nilo, una multitud de campesinos reclutados cuando la tierra no precisaba de sus servicios alzaron tres enormes pir�mides con piedra extra�da de una cantera pr�xima. Grobet efectu� la primera medici�n de la Gran Pir�mide, la de Keops, pero sus medidas s�lo pueden considerarse aproximadas, puesto que ha desaparecido el revestimiento exterior y las piedras de la cumbre. Tienen 146.80 metros de altura, sus cuatro costados miden 230 metros cada uno y su inclinaci�n es de 50� 52�. Fueron necesarios dos millones y medio de bloques de piedra para cubrir una superficie de 54,30 metros cuadrados. Miles de hombres colaboraron a favor de esta magna empresa.

La forma piramidal a base de cuatro tri�ngulos is�sceles, va unida a la idea m�tica de ascenso, como los menhires prehist�ricos, o el zigurat mesopot�mico. Al tri�ngulo is�sceles se le atribuyen gran cantidad de simbolismos, la llama que se eleva, fertilidad masculina, raya que emana del sol y se extiende en la tierra, etc. Posiblemente mayor simbolismo debi� tener el cuadrado de la base. El n�mero cuatro  derivaba de las cuatro direcciones del cielo y concretamente los cuatro lados de la pir�mide de Keops se�alan los puntos cardinales. Cielo y Tierra se unir�an en la construcci�n m�s atrevida de toda la Humanidad.

Pero las Pir�mides no pueden considerarse como un objeto aislado, es decir, como simples tumbas. No existe evidencia que Keops hubiese sido enterrado dentro de la Gran Pir�mide y con respecto a las dem�s, los egipcios levantaron otras construcciones dependientes de ellas. Corresponden a los avances religiosos del culto solar del Bajo Egipto y el complicado proceso por el cual el rey-dios era transportado desde su morada terrestre a un habitat definitivo. Son el templo del valle, donde se efectuaban los primeros ritos funerarios; la calzada ascendente, por donde era conducido el cuerpo real; y el templo funerario contiguo a la pir�mide, lugar donde era enterrado. El Templo del Valle de Kefr�n, que Mariettre encontr� junto a la Esfinge, seg�n este arque�logo fue construido expresamente para embalsamar el cuerpo del rey. La sala hip�stila compuesta por columnas monol�ticas de granito tienen forma de t. En el exterior la Calzada Ascendente de m�s de quinientos metros de longitud, un�a el templo con la Pir�mide.

Las primeras alas �Hipetras�, es decir, patios descubiertos rodeados de columnas, inspiraron el megaron prehel�nico, se edificaron en los templos adjuntos a las pir�mides de Keops y Micerinos. Un�an los pilonos, las puertas monumentales de acceso a los templos, con la sala hip�stila o cubierta, donde se guardaba celosamente la imagen del dios.

El paisaje des�rtico del Bajo Egipto ofrec�a un lugar adecuado para levantar pir�mides, pero cuando el centro de gravedad pol�tico se dirigi� hacia el Sur hacia Tebas, fue necesario buscar un nuevo tipo de enterramiento en medio del contorno rocoso.

Los soberanos tebanos construyeron sus sepulturas excavando en la roca viva. No obstante no fueron ellos los primeros en hacerlos, los nomarcas o gobernadores provinciales que desde antiguo viv�an en este lugar donde fueron los que excavaron sus tumbas por primera vez. La fastuosidad de alguna de ellas demuestra el grado de poder pol�tico que alcanzaron estos gobernadores durante el Primer Per�odo intermedio.

Mentuhotep, fundador del Imperio Medio, edific� una tumba real rupestre en la zona rocosa de Deir el-Bahari. Esta construcci�n medio excavada en la roca, medio construida desde el suelo recibi� por los griegos el nombre de �hemispeos�. La forma un edificio rectangular de dos plantas porticado por tres lados que recuerda m�s a las construcciones hel�nicas que a las tradicionales egipcias. En el centro de la sala hip�stila sobresal�a una peque�a pir�mide, quiz� recuerdo nost�lgico del tipo de tumba real que inmortaliz� a los soberanos del Imperio Antiguo.

En este mismo lugar, el arquitecto-sacerdote Senenmut construy� uno de los templos funerarios m�s hermosos de la Antig�edad. El de la reina Hatshepsut, la primera mujer que la historia comprueba que rein� por si misma como fara�n. Es un hemis-peos de belleza singular. Aqu� la arquitectura no pretende efectos colosales, por el contrario se adapta a la medida humana. Es una obra femenina que emana la personalidad de la reina, con zonas ajardinadas, terrazas y salas dispuestas al modo de viviendas para la eternidad. El Metropolitan Museum de Nueva York posee una importante colecci�n de estatuas de ella.

En lo constructivo los egipcios emplearon el dintel para cubrir sus edificios de piedra. Pero tambi�n conoc�an la b�veda de ca��n, tan usada en Mesopotamia.

Mientras el dintel de piedra, plano y continuo, denota seguridad, la b�veda de ladrillo, curva y finita expresa duda. Los sacerdotes egipcios convencidos de su concepto universal de vida-muerte, expresaban esta seguridad externamente a trav�s de la construcci�n de edificios con dinteles. Esta seguridad expresada a trav�s de la arquitectura ofrec�a tranquilidad y armon�a al pueblo que las contemplaba. No obstante su misma necesidad de b�squeda en lo m�s profundo les hac�a dudar, por eso construyeron b�vedas de ladrillo en las partes m�s ocultas de los templos, all� donde el mudo exterior no puede verlas.

As� el Gran Speos de Abu Simbel levantado por orden de Rams�s II tiene b�vedas de ca��n edificadas con ladrillo en la zona de bodegas. Y de nuevo la dualidad piedra-ladrillo para expresar permanencia y cambio.

El templo era la morada del dios recluido en el interior del santuario. En Egipto los grandes templos se levantaron en honor a Amon-Ra durante la �poca tebana. All� se celebraban los ritos y las fiestas m�gico-religiosas. En su interior se acumulaba todo el sabe de su civilizaci�n junto con enormes fortunas, propiedad de los dioses. Fueron orada de los sacerdotes y estuvieron protegidos por el estado.

Karnak fue levantado por los soberanos del Imperio Nuevo. Su sala hip�stila mide 103 por 52 metros, con 134 columnas dispuestas en 16 filas, fue construida por Rams�s II. El largo pasillo que comunica esta sala con el pilono principal tiene una altura de 23 metros de di�metro. Miden los mismo que la columna de Trajano en Roma.

En el templo de Luxor la sala hip�stila adquiere la forma definitiva. Las columnas centrales tienen mayor longitud a fin de permitir el paso a la luz natural. Este sistema arquitect�nico revive en las construcciones romanas y sobre todo en las iglesias cristianas, cuya nave central m�s elevada que las laterales ilumina el interior.

Los egipcios estaban vinculados a la piedra porque les ofrec�a garant�a de permanencia eterna. Adem�s, les era f�cil conseguirla, tanto en Tura como Asu�n, la antigua Elefantina. Y fuera de sus construcciones la usaron en la escultura, tanto en el relieve como en bulto redondo.

Durante las primeras dinast�as se esculp�an los relieves seg�n los m�todos prehist�ricos del vaciado, es decir, vaciando la superficie de la piedra sobrante, y los incisos en los contornos de las figuras a fin de crear un claroscuro que de la sensaci�n de relieve.

Esta t�cnica del relieve rehundido tuvo en Egipto su m�ximo desarrollo y fue el sistema utilizado para esculpir sobre las piedras de las grandes obras arquitect�nicas.

Lo mismo que sucede con la pintura, el relieve egipcio obedece a la ley de la frontalidad, que representa los torsos y los ojos de frente y las cabezas y caderas de perfil. Esta ley, que tambi�n encontramos en Mesopot�mia y entre los etruscos, tiene la intenci�n de resaltar a los personajes importantes (reyes y nobles) del resto del pueblo.

El retrato es et�reo, no pretende representar a los personajes tal como son, sino como fue la persona en momentos de apogeo. Hay que esperar a los etruscos y posteriormente a los romanos para que aparezca en el mundo antiguo el concepto moderno de retrato.

En el antiguo Egipto la representaci�n est�tica del cuerpo humano alcanz� la plenitud. El descubrimiento del cuerpo humano para el arte es otra de las grandes aportaciones egipcias. Como anunci� un autor �En Egipto el cuerpo humano se ha convertido en soporte digno de la deidad�. Las diosas Isis y Hathor son representadas con los mejores atributos f�sicos.

En la composici�n y en la tem�tica relieves y pinturas est�n relacionadas, para la coloraci�n utilizaron materiales perennes de origen inorg�nico. Primero blanqueaban la zona que se iba a pintar, despu�s delimitaban las figuras con l�nea oscura, como m�s tarde har� el rom�nico, para finalmente colorearlas. El hecho de que los egipcios jam�s pintaran sombras demuestra el car�cter optimista hacia la muerte. La mayor�a de las paredes de las tumbas estaban pintadas. Los temas representados eran diversos, pero siempre luminosos y exentos de melancol�a. Como ya hemos apuntado la muerte era la segunda oportunidad de vida y la entend�an como natural y positiva.

Cuando Egipto se convirti� en provincia bizantina, los anacoretas cristianos invadieron el territorio buscando en la soledad del desierto la contemplaci�n m�stica. Estos ermita�os se refugiaron en las tumbas y destruyeron las pinturas por considerarlas imp�as. El Templo de Hatshepsut fue convertido en monasterio y despu�s en sanatorio.

El resto de los monumentos que lograron escapar de la barbarie, los cubri� la arena y el olvido.

En el siglo pasado las excavaciones arqueol�gicas devolvieron al mundo la realidad de tan gran civilizaci�n.

 

B I B L I O G R A F I A

        AUTORES VARIOS. Universo de las formas. Los Faraones. Los tiempos de las Pir�mides.

        CYRIL ALDRED. Arte Egipcio.

        DAVID MACAULAY. Nacimiento de una pir�mide.

        FLEINDER PETRIE. The Pyramids and Temples of The Gizeh.

        GASTON MASPERO. Arte en Egipto.