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Gracias a los �stracas, los papiros y otros documentos podemos reconstruir con bastantes datos la vida cotidiana de la comunidad de los trabajadores de la ciudad obrera de Los que escuchan las plegarias en el lugar de la Verdad� y que trabajaron en las construcciones reales del Valle de los Reyes y de las Reinas. |
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Las ruinas del asentamiento (unas 70 casas), en el que vivieron estos trabajadores con sus familias desde el reinado de Thutmosis I, puede verse en un peque�o valle que queda detr�s de la colina de Gurnet Murai, en Deir el-Medina. Cerca se encuentran las propias tumbas de los obreros y las capillas de sus dioses locales. La �cuadrilla� de trabajadores, formada por 60 hombres e incluso m�s, se divid�a en dos �equipos�, cada uno con su capataz, su delegado y uno o varios amanuenses. Su superior era el visir, que se presentaba en algunas ocasiones o enviaba a alguno de los �mayordomos� reales para visitar el lugar e inspeccionar el desarrollo de las obras. Los jornales de los obreros se pagaban en especie, principalmente grano, y los recib�an a finales de mes. Otros alimentos, como pescado y verduras, y en ocasiones carne, vino, sal, etc., tambi�n se les proporcionaba. Una caracter�stica de este per�odo fue el que durante la XX dinast�a hubo ocasiones en que los v�veres se retrasaban, lo que conllevaba las protestas de los trabajadores. La primera �protesta laboral� que se recuerda tubo efecto el a�o 29 de Rams�s III. Los trabajadores permanec�an habitualmente en el lugar de la tumba, en el Valle de los Reyes, durante la �semana� laboral de 10 d�as, regresando a la aldea los d�as restantes o para las festividades religiosas, que tambi�n eran d�as de descanso. |
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