LOS SHABTYS: Síntesis analítica de su origen, funcionalidad y evolución.

Francisco J. Martín Valentín

Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

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Con las palabras egipcias ‘shabty’, ‘ushebty’ se denomina entre los egiptólogos[1] a las figuritas funerarias, normalmente de apariencia momiforme, que son conocidas desde la segunda mitad del Imperio Medio (Dinastía XII, hacia el 1962-1787 a. de C.)[2], y que fueron concebidas, dentro de las creencias y prácticas funerarias de los antiguos egipcios como elementos esenciales del ajuar funerario[3] netamente diferenciados de las estatuas que representaban al difunto en actitud viviente, y de los modelos de explotaciones provistos con servidores que eran habitualmente depositados en las tumbas durante el Imperio Antiguo y la primera mitad del Imperio Medio.[4]

El término más antiguo conocido para designar a estas estatuillas es Sabty ‘shabty’[5], cuya etimología es dudosa; se ha sugerido que esta voz derivaba de la palabra , S(A)w(A)b, , SAwAb ‘Persea’[6], árbol sagrado de los antiguos egipcios, con cuya madera, se decía, se elaboraban estas estatuillas en su más antigua versión que también reciben en los textos el nombre de SwAbty[7].

Desde el Imperio Nuevo se utilizó la palabra , SAwAbty, ‘shauabty’[8], posiblemente derivada de la anterior, en una expresión que significaría, en tal caso, algo semejante a ‘los de madera de persea’.

Será a partir de la dinastía XXI (hacia el 1.080 a. de C.), cuando se ponga en uso el término , wSbty, ‘ushebty’[9], derivado del verbo wSb, ‘responder’[10], cuyo significado es ‘el que responde’ y que es el comúnmente utilizado para referirse a estas pequeñas imágenes de aspecto momiforme.[11]

Aunque, a lo largo de los siglos, se mantuvo en lo esencial el significado y el uso dado a estas estatuillas, según las distintas épocas o periodos se fueron matizando diferentes conceptuaciones  a propósito de estos objetos funerarios.

Así, pasaron de ser simples ‘réplicas’ del difunto, durante el Imperio Medio[12], a ser siervos o esclavos del dueño de la tumba, durante el Imperio Nuevo y tiempos posteriores.[13]

 

Antecedentes de los shabtys o ushebtys.

A) Epoca Tinita e Imperio Antiguo.

Es sabido que casi todos los reyes tinitas se hicieron enterrar habitualmente con sus servidores, los cuales eran, probablemente, sacrificados a la muerte de su soberano. Los monumentos funerarios de los monarcas tinitas existentes en Abidos y en Sakara, suelen mostrar, alrededor de la tumba real, una serie de cámaras sepulcrales subsidiarias, en principio destinadas a  albergar en su interior los cuerpos de los servidores reales.[14]

Durante el Imperio Antiguo se conservó esta costumbre en virtud de la cual los funcionarios más elevados de la corte real se hacían enterrar en los barrios de mastabas construidos a tales efectos alrededor de las pirámides.

Sabemos, además que en las cámaras sepulcrales de las tumbas de los nobles de las dinastías IV y V se solían depositar esculturas que les mostraban con el aspecto que, se supone, debieron tener durante su vida terrestre.[15] Parece que, al final de la dinastía VI, durante el fin del Imperio Antiguo, las estatuas de madera conocidas como ‘estatuas del Ka’ sirvieron para realizar actos de culto funerario en favor del difunto, propósito que posteriormente, sería recogido en una invocación de ‘Los Textos de los Sarcófagos’ y que estaba destinada a ser hecha ‘sobre una imagen del propietario como él estaba sobre la tierra, hecha de madera de tamarisco o zízifus y colocada (en) la capilla del difunto’.[16]

Se cree que estas estatuas representaban al dueño en su personalidad de tal, pero al mismo tiempo podían representar a una especie de sustituto suyo, igual a él pero no idéntico, que haría los trabajos precisos para conseguir la alimentación y la bebida en el Más Allá.[17]

En las mastabas de las dinastías V y VI, el dueño de la tumba suele estar representado en los relieves de la capilla y en sus estatuas para el Ka. También se incluían en las tumbas 

las imágenes de los criados, perfectamente identificados por sus nombres, que el señor había tenido a su servicio en vida.[18]

Como es sabido, durante el Imperio Antiguo, la organización social estaba bajo el control de la administración real. Era el rey quien concedía a sus súbditos los privilegios de una tumba y quien garantizaba a través de su administración la aportación de alimentos que era imprescindible para la supervivencia del Ka del difunto en el más allá.[19]

De este modo, cuando se produjo la crisis que hundió la organización real al final de la dinastía VI, hubo de pensarse en otra fórmula que pudiese garantizar el imprescindible aporte de alimentos para la subsistencia del difunto en su vida ultraterrena. Quizás fuera esta la razón por la cual se decidió construir maquetas y modelos de centros de explotación que mostraban a los servidores del difunto desempeñando diferentes actividades en lugares tales como las cocinas, las carnicerías o los telares de la casa de su amo. Estas maquetas se solían depositar en el interior de la cámara del sarcófago, propiamente la tumba subterránea.[20] Casi al mismo tiempo o algo después, durante el Primer Periodo Intermedio, en Heracleópolis surgió el uso de fabricar estatuas momiformes del fallecido, llamadas saH, Sah[21]que representaban una especie de doble del cuerpo momificado[22]; por tanto, no se trataba de un doble o un sustituto mágico de su dueño.[23]

 

B) La evolución de las creencias funerarias en el Imperio Medio como contexto del nacimiento de los Shabtys.

Otra de las consecuencias de la crisis del poder real, al final del Imperio Antiguo, fue el gran auge que cobró el culto del dios Osiris frente al del dios solar Ra. La división del poder en estos momentos de la historia de Egipto entre estas dos divinidades resulta muy clara. El lugar del último Juicio y también el de la residencia del difunto, convertido en Ax, ‘espíritu (glorioso)’[24] en el   sxt iArw Campo de las Cañas’[25], antes una región solar, se transformaron en una zona de influencia osiriana[26], aunque se siguiera admitiendo que la vida en estos paraísos solo era posible por la gracia de Re.[27]

Así pues, a través de esta evolución de las ideas funerarias surgió la concepción de ‘Los Campos de Iaru (o Ialu)’ como lugar del reino de Osiris, donde los espíritus luminosos o 

Justificados gozarían de una dulce vida sin fin. No obstante, de conformidad con la tradición histórica, los difuntos no estarían libres de las obligaciones que les impondría su nuevo soberano, el dios Osiris, al igual que sobre la tierra debieron obedecer las órdenes del faraón.

En este lugar del mundo subterráneo, existía, conforme a los textos, una región llamada sxt Htpt ‘Campo de las Ofrendas’[28] y allí, el difunto debía trabajar en labores agrícolas y en la ejecución de trabajos hidraúlicos a requerimiento del rey de los muertos, el dios Osiris.[29]

Para tratar de paliar estas servidumbres y auxiliar al difunto en estas penosas tareas se comenzaron a incluir en la compilación de los ‘Textos de los Sarcófagos’ fórmulas para que aquél pudiera eludir tales prestaciones personales por medio de sustitutos, imágenes de madera que serían su ‘alter ego’ en el más allá, a los que los textos llamaban Shabtys.[30]

Como se dijo más arriba, la finalidad principal de estas estatuillas era la de sustituir a su dueño en los trabajos agrícolas que éste habría de realizar en el más allá a fin de poder producir comida. Al principio estas figuras tenían la función de actuar en tal caso como si se tratasen del propio difunto, o de sus dobles. Más tarde, con el desarrollo de las ideas funerarias, estas estatuillas se concibieron como servidores dotados de distinta personalidad de la de su dueño.

En cualquier caso parece claro que en este momento, los shabtys tenían la función de ‘responder’ en nombre de su amo cuando éste fuese requerido para realizar los trabajos en el mundo de los muertos.

Así pues, en un determinado punto de la evolución del pensamiento funerario en esta materia, se concibió que, por medio de estas figurillas, el propietario podría garantizarse que él mismo, su familia y sus servidores en la tierra, estarían exentos, por sustitución, de la prestación de los trabajos agrícolas y de irrigación que necesariamente habían de ser desempeñados en el reino de Osiris.[31]

 

La llamada ‘fórmula shabty’ del Imperio Medio.

Las fórmulas que garantizaban este derecho, extraídas de los Textos de los Sarcófagos, parece que tenían cierto carácter de documento legal válido para preservar los beneficios adquiridos por el titular y sus familiares.

Su contenido habitual era, con algunas variantes, el siguiente:

“El Justificado N., dice:….. ¡Oh tú shabty, que has sido hecho para N, si N es llamado para sus tareas, o si un trabajo desagradable fuera impuesto a N como a (cualquier) hombre en su trabajo, dirás ‘aquí estoy yo’. Si N es llamado para vigilar a los que trabajan allí, volviendo sobre los nuevos campos para roturar la tierra, o para transportar en barco la arena del Este al Oeste, dirás ‘aquí estoy yo’. El Justificado N.”[32]

 

C) Los Shabtys durante el Imperio Nuevo.

En los inicios del Imperio Nuevo, y como en los tiempos de la dinastía XVII y del periodo Hicso, aún se hacían los llamados ‘shabtys-bastón’. Procedentes de Dra Abu el-Naga,[33] eran figurillas funerarias hechas en un estilo muy tosco, en madera, y con inscripciones hieráticas en tinta con la fórmula Hetep-di-nesu, combinada en ocasiones con la invocación mencionada más arriba.[34] Otra inscripción especial de este periodo es la llamada ‘fórmula saw’.[35] Para tal momento estas piezas del ajuar funerario se habían convertido en algo ya normal y habitual, a diferencia de la época del Imperio Medio, en la que su presencia entre los objetos funerarios no era obligada ni mucho menos constante.[36]

A partir de estos momentos, los shabtys se fueron perfeccionando paulatinamente llegando a constituir auténticos retratos del difunto.[37]

A lo largo del Imperio Nuevo se producirá una evolución en la idea de los shabtys que llevará en sus postrimerías, a considerarlos como una especie de seres impersonales, integrantes de un ejército de esclavos por la magia, que deberán velar por la consecución de las Ofrendas funerarias para su señor, y ello, por medio de su incesante trabajo en el reino de Osiris, no solo en la tumba, sino también en otros lugares considerados sagrados.[38]

El principal motivo para depositar estas estatuillas en escondites entre las arenas del desierto o en los santuarios, estaba relacionado con la necesidad de conseguir alimentos y provisiones en el más allá; se trataba de procurar influir en los lugares donde se suponía se podía tener fácil acceso a los Señores de la eternidad, quienes tomaban las decisiones en orden a proveer de lo necesario a los Kau de los difuntos Justificados.[39]

Los principales lugares sagrados, residencia de los tribunales divinos durante el Imperio Nuevo, estaban localizados en Abidos, Busiris, Buto, Heliópolis, Letópolis y Ra-Setau.[40]

Como prueba de estas prácticas se conocen ejemplares de shabtys del mismo difunto (p. ej. Ken-Amon, un alto oficial de Amen-Hotep II) enterrados en Guiza, en Abidos (junto a una estela funeraria de Hetep di Nesu) y en la Tumba tebana del difunto en cuestión.[41]

El templo de Osiris en Abidos, lugar del mítico enterramiento de Osiris, es el área donde se han encontrado más escondites con shabtys. Allí se construyeron muchos cenotafios y,

desde el Imperio Medio se depositaron gran cantidad de estelas y estatuillas con la fórmula del shabty.[42]

 

La llamada fórmula de Amen-Hotep III.

La razón por la cual los shabtys eran enterrados en el sagrado lugar de Peker, en Abidos, está explicada en una fórmula mágica tipo que llevaban inscrita estos objetos desde el Imperio Nuevo en adelante. Se la ha llamado la fórmula de Amen-Hotep III por estar recogida en los shauabtys de este rey de la dinastía XVIII[43], aunque la misma inscripción también se ha encontrado inserta sobre ejemplares pertenecientes a  particulares.

Dice el texto:

(Fórmula para) hacer que este Shauabty trabaje para el bienaventurado, el Osiris Rey del Alto Egipto, Neb-Maat-Ra, en la necrópolis.

“¡Oh dioses que estáis al lado del Señor de la Eternidad, que estáis sentados a las órdenes de su voz, acordaos de mí pronunciando su nombre!.

¡Que podáis darle las ofrendas diarias de la tarde!.

¡Que podáis escuchar todas las peticiones en el país de Peker (Abidos) cuando Él (Osiris) celebre la fiesta Uag!.

¡Que sea posible la estancia allí para el Osiris-Rey Amen-Hotep Heka Uaset, Justo de Voz, para trabajar los campos, para llenar  de agua los canales, para transportar la arena del Este al Oeste!.

¡Yo lo hago!, ¡Heme aquí!. Dirás tú (shauabty).”[44]

“Pueda el Osiris-Rey Neb-Maat-Ra, Justo de Voz, ser recordado delante de Un-en-Nefer (Osiris), para recibir ofrendas en su presencia”.[45]

Durante este periodo del Imperio Nuevo se produjeron gran cantidad de shabtys que carecían de inscripción. No obstante, lo habitual es que estén cubiertos con algún tipo de texto. Entre las inscripciones más frecuentemente utilizadas figura un extracto del capítulo VI del ‘Libro de los Muertos’, también conocido como ‘el capítulo de los shabtys o ushebtys’.[46]

Dice así:

Fórmula para que un ushebty ejecute los trabajos para alguien en el Más Allá.

Palabras dichas por el Osiris N.N.: “¡Oh ushebty de N. N.! Si soy llamado, si soy designado para hacer todos los trabajos que se hacen habitualmente en el Más Allá, (sabe) bien que la carga te será infligida allí. Como (se debe) alguien a su trabajo, toma tú mi lugar en todo momento para cultivar los campos, para irrigar las riberas y

 para transportar la arena de Oriente a Occidente”. “Héme aquí (responderás tú figurilla)”; “Iré a donde me mandes, Osiris N. N. Justificado”.[47]

 

Inscripciones de Shabtys del periodo Amárnico.

Durante el periodo del Amarna las creencias osirianas se debilitaron enormemente, al menos en la ciudad de Ajet-Aton. No obstante, se continuó fabricando shabtys que básicamente llevaban el siguiente tipo de inscripción[48]: ¡Que respires los dulces soplos del viento del norte que salen del cielo bajo la mano del Disco Viviente.! Vivificación por los rayos del Disco, salud del cuerpo renovada sin cesar, capacidad de salir de la tumba a la luz del día en compañía del Disco solar, y…aprovisionamiento del monumento funerario.[49]

 

La llamada ‘fórmula de Ja-em-Uaset’.

Los shabtys hallados en la zona norte de Sakara, la necrópolis menfita, otro lugar sagrado relacionado con el mundo funerario y dedicado al culto solar y al dios Ptah-Sokar-Osiris[50], llevan una fórmula que fue usada por primera vez en los shabtys de Ja-em-Uaset, el hijo de Ramsés II.[51]

En esta inscripción tipo se hace específica referencia a la sagrada región de rA-stAw, Ra-Setau,[52] lugar que se identificaba con esa zona geográfica. Más concretamente se consideraba que la entrada del Serapeum, también era el acceso a la región subterránea y funeraria de Ra-Setau.[53]

Dice así:

“¡Que tu visión pueda ser restaurada para que puedas ver el disco solar y adorar al sol en vida!. ¡”Que seas convocado en Ra-Setau y rodees la colina de Tcha-Mut[54]!. ¡Que puedas atravesar el valle del Ra-setau superior y abras la caverna secreta!. ¡Que puedas tomar posesión de tu lugar en Ta-Dyeser (el país sagrado) como los miembros de la gran tripulación que están con Ra!.”[55]

Otras inscripciones

Otras inscripciones son dedicatorias y se refieren a la donación del shabty o ushebty que ha hecho el rey a un particular, un particular al rey o un particular a otro.[56]

 

Durante el Imperio Nuevo también se utilizaron los shabtys conforme a las prescripciones  contenidas en el capitulo XXV del Libro de los Muertos para que ‘El difunto recuerde su nombre en el país de los dioses'.[57]En estos casos el sacerdote funerario Sem consagraba algunas de estas estatuillas que tan solo llevaban inscripciones tales como : “El Osiris, N.N., Justificado”.[58Otras fórmulas usuales empleadas fueron ‘la de la diosa Nut'[59], ‘las de ofrendas' (parecidas a las de hetep di nesu), fórmulas ‘para ser enterrado donde se hacen las oraciones'[60], o fórmulas de ‘acompañar a alguien'.[61]A este periodo pertenecen también los shabtys hechos para los toros sagrados Apis, dotados al principio con cabeza de toro[62]que, paulatinamente, en épocas sucesivas, irán adoptando la cabeza humana.[63] Su fórmula habitual solía ser la siguiente:

‘Resplandece, ¡Oh Osiris Apis!, dios grande, Señor de Ra-Setau.'[64]

D) Los Ushebtys durante el Tercer Periodo Intermedio  y la Baja Época

Como se dijo al principio, a partir del Imperio Nuevo, parece que la idea del ushebty despersonalizado, cobró fuerza. Así, conforme a ciertos autores, se puede hablar más de esclavos masculinos y femeninos que de sustitutos del difunto.[65] En este periodo es frecuente llamar en los textos a los ushebtys, ‘servidores’ o Hemu [66]

En tiempos del Imperio Medio, el difunto era provisto de una sola estatuilla, pero a partir del Imperio Nuevo, principalmente en los enterramientos reales, el número de ejemplares no hizo más que crecer[67], llegándose, a partir del Tercer Periodo Intermedio y en el caso de los ajuares de simples particulares, al número de 365 servidores (uno para cada día del

año), acompañados de 36 ‘Inspectores’, lo que hacía que un equipo de ushebtys alcanzara normalmente en esta época el número de 401 piezas.[68] Más adelante se llegarían a depositar dos figurillas por jornada, una para el día y otra para la noche.

A finales de la dinastía XX y hasta el periodo saíta, (hacia 1.080-525 a. de C.) será frecuente, la figura del ‘Inspector’ o ‘Jefe de diez’, normalmente vestido de diario, como el dueño, y provisto de uno o dos  látigos.[69]

La preeminencia de Amón-Re, señor de los dioses, eclipsó en este periodo al propio Osiris en el mundo de los muertos. Prueba de tal situación la constituyen el descubrimiento de  dos etiquetas[70] de madera en cajas para ushebtys que aclaran que ‘ha sido el oráculo del dios de Karnak el que ha decretado que los ‘servidores’ trabajen por el difunto en el más allá’.[71]

De otra parte, la religión funeraria había evolucionado en esta época de tal modo que el difunto se convertía en el mismo Osiris y era llamado Iakeby (el lamentador).[72] Los ushebtys eran sus esclavos y trabajaban para él en los campos que le habían sido concedidos por el dios Amón-Re en propiedad en el más allá.[73] Estos cambios tan radicales que convierten de hecho a Amón-Re en el dios omnipotente que también concede a los particulares su transformación en el mismo dios Osiris, precipitarían la decadencia y extinción del uso de estos objetos funerarios en época ptolemaica.[74]

 

Las Cajas para Ushebtys.

Estas cajas tenían forma de sarcófago o naos.[75]Estaban destinadas a contener las figurillas de los shabtys. En el Imperio Medio, cuando las figuras depositadas en las tumbas eran una o dos, éstas eran colocadas en sarcófagos de madera o cerámica.[76]

Otra variante de estos ‘estuches’, en los que las estatuillas estaban ‘de pie’ adoptaban la forma de una capilla que exhibía en su exterior la imagen del difunto en aspecto momiforme y sus nombres y títulos.[77]  

Estos modelos se construyeron en forma geminada o múltiple durante la dinastía XIX y, a partir de la dinastía XXI, se mostraron en forma de sarcófago con pinturas que representaban barcos, haciendo alusión a la peregrinación abidiense por el río.[78]

En época Saita se cuidó más la elaboración de estas cajas dándoles la forma de capillas del norte o del sur con hermosas decoraciones como la procedente de la zona de Assiut que se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional.[79]

 

Los útiles de los Shabtys.

A partir de la época de Thutmosis IV, en el Imperio Nuevo, los ushebtys se acompañaban normalmente con azadas y cestillos, instrumentos con los que extraerían y transportarían la tierra en los Campos del Ialu, elaborados en miniatura, y hechos de bronce, madera o fayenza.[80] Más tarde, se pintaron sobre la figura las azadas en sus manos y, en su espalda, un saco o cesto. En ocasiones también se representaban yugos con recipientes para acarrear agua, moldes para hacer ladrillos y diversos amuletos.[81]

 En la Baja Época los instrumentos de trabajo consistían en un pico, una azuela y el saco o cestillo; estos elementos eran normalmente moldeados o incisos sobre la estatuilla[82] que estaba dotada con un pilar dorsal que permitía dar mayor estabilidad al ushebty, a la par que representaba al monolito Ben-Ben que, asumiendo la postura de la columna vertebral del difunto, ya un espíritu solar, permitiría a éste permanecer eternamente erecto.[83]

 

Los materiales.

Los materiales usados para fabricar los shabtys eran muy variados. Madera, barro, cera, piedra, bronce, fayenza, y pasta vítrea eran las materias más usuales.[84] La fayenza fue el elemento generalmente más utilizado, sobre todo desde finales del Imperio Nuevo en adelante.

La fayenza consistía en una pasta cerámica hecha a base de un núcleo cuarzo granuloso o de arena, mezclado con un agente aglutinante alcalino como el natrón o la planta aS, Ash[85]; al cocerse en los hornos la pasta así elaborada, el componente sódico de la mezcla se concentraba en la superficie, produciendo un hermoso vidriado.

Los colores se obtenían aplicando en la superficie pintura con pigmentos de cobre, hierro, manganeso o cobalto.[86]

Desde este punto de vista de los materiales utilizados en la fabricación de los shabtys, los más pobres resultan ser los hechos de madera, especialmente los de la dinastía XVII y los elaborados con simple barro cocido en alfar, principalmente a partir del Tercer Periodo Intermedio.[87] El caso de los ejemplares hechos con cera hace pensar más en algún motivo de específicas implicaciones mágicas (más allá de la propia naturaleza de los shabtys)  que en un problema de carencia de materiales o debilidad económica del dueño.[88]

 

Conclusión.

A pesar de su aparente modestia en comparación con otros restos de la arqueología egipcia, los shabtys o ushebtys constituyen un importantísimo elemento dentro de aquélla para el estudio de la evolución religiosa, social, política y económica del antiguo Egipto. Sus diferentes tipologías y el propio desarrollo de su significado y usos permiten, ya se ha visto, añadir decisivos datos a los contextos investigadores en la medida que aportan títulos, nombres y retratos de sus dueños, personajes de los que, en muchas ocasiones se desconocen los enterramientos. Son también excelentes evidencias de la evolución del pensamiento religioso en materia funeraria y, al mismo tiempo, expresión indiciaria de la situación social, jurídica y económica de Egipto (incluso de las distintas zonas del país), en momentos concretos de su historia.

La elaboración de un catálogo de estas figuras funerarias es una de las labores trascendentes de la egiptología.[89] El conocimiento más exacto de cuanto a estos

elementos concierne constituye una importantísima herramienta de trabajo y, por tanto, una disciplina de obligado conocimiento para los especialistas.

 

Apéndice: Los ushebtys del Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

No existe catálogo sistemático publicado que recoja los fondos egipcios del Museo Arqueológico Nacional de Madrid; por tanto, este apéndice no tiene carácter documental exhaustivo de inventario de los ushebtys existentes en dichas colecciones.

Los ushebtys que integran los fondos del M. A. N. tienen diversas procedencias y representan a periodos que van desde el Imperio Nuevo a la Baja Época.[90]

Entre ellos son destacables:

n      El shabty de Piay (MAN 2515), ex-colección Castellanos de Losada, con un considerable tamaño (25 x 7,2 cm.). Hecho de madera, lleva inscrito en once líneas el capítulo VI del Libro de los Muertos. Datado en el Imperio Nuevo.

n      El shabty de Nefer-Her (MAN 2516) de 21 cms. de altura. Hecho de madera, lleva inscrito en ocho líneas el capítulo VI del Libro de los Muertos. Tiene restos de policromía y le falta la mitad derecha del rostro. Lleva una peluca típica de la dinastía      XVIII o principio de la XIX y muestra un collar.

n      Varias decenas de ushebtys de fayenza y barro cocido, entre los cuales los siglados (MAN 18328, 18273, 18270, 18351, 18281, 18313, 18318) de la dinastía XXI (1080-946 a. de C.), donación del Gobierno egipcio en el año 1893. Pertenecieron a Merit-Amón, Ta-Shed-Jonsu (Inspector), Anj-en-ef-Jonsu, Ta-di-Mut, Nes-pa-her-An y Dyed.tu-Maat-Iset-Anj.

n      Dos ushebtys de la ‘Cantora de Amón’ Nesy-ta-Neb-Tauy, (MAN 18262 y 18263) de la dinastía XXI (1080-946 a. de C.), donación del Gobierno egipcio en el año 1893.

n      Cuatro ushebtys de fayenza (MAN 76/114/A/ 1629, 1630, 1631 y s/n), procedentes de las excavaciones españolas en Ihnassya el-Medina, de un personaje llamado Hetep-di-ef-Sen-Seneb (?). Otro de la misma procedencia perteneciente a Dyed-Ptah-ius-Anj. (MAN 76/114/a/1092);  Diez ushebtys de Heshen (76/114/c/402-411).

n      Dos ushebtys de la dinastía XXVI, (MAN  2527 y 34313). De esta época hay más ejemplares en los fondos del MAN.

 


[1] El primero, probablemente, en reparar en la importancia de estos objetos para el mundo funerario de los antiguos egipcios fue J. F. Champollion. Notice descriptive des monuments égyptiens. Paris, 1827, 132.

[2] Aubert, J. F. y L. Statuettes Égyptiennes. Chaouabtis, Ouchebtis. Paris, 1974, 12.

[3] Con carácter general es de tener en cuenta la idea formulada en su día por Gardiner, según la cual los shabtys representaban el resultado de una fusión de dos ideas o creencias contradictorias. Conforme a una, las estatuillas son imágenes del difunto y deben hacer, en su lugar, el trabajo que le incumbe; según la otra, los shabtys no son el propio muerto, sino sus servidores, a los que compra como compró a sus siervos en vida. ZÄS, 43 (1906), 57-59. Estas dos ideas son compatibles al analizar la evolución cronológica del pensamiento funerario egipcio en esta materia.

[4] Las llamadas ‘cabezas de repuesto’, utilizadas durante la dinastía IV, pudieran ser los más remotos antecedentes de los shabtys. Aubert, J. F. y L, Op. Cit. 1974, 11.

[5] Erman y Grapow, WB, 4, 410, 14.

[6] Ibidem, 435, 10. El padre de esta teoría fue el egiptólogo británico Samuel Birch. Ver ZÄS, 2 (1864), 89 y 103; ZÄS, 3 (1865), 4 y 20.

[7] Erman y Grapow, WB, 4, 409, 9.

[8] Ibidem, 15.

[9] Ibidem, 1, 373, 3.

[10]Ibidem, 372.

[11]Capart. J. CdE  30, (!940), 190-196; 31 (1941), 39-42; 50-51; 32 (1941), 196-204; 35 (1943), 30-34.

[12] Borchardt, L. ‘Einiges über die Todtenstatuetten’. ZÄS, 32 (1894), 111-117.

[13] En realidad actualmente se ha promovido la reconsideración de la idea que otorgaba a los ushebtys de finales del Imperio Nuevo y del tercer Periodo Intermedio en adelante la simple condición de ‘esclavos’ anónimos. Ver a favor de la tesis esclavista Çerny, J. ‘Le caractère des oushebtis d’après les idées du Nouvel Empire’. BIFAO, 41 (1942), 105-133. En sentido contrario ver Poole, F. ‘Slave or Double?. A reconsideration of the conception of the shabti in the New Kingdom and the Third Intermediate Period.’ En Proceedings of the Seven International Congress of Egyptologists. Lovaina, 1997, 892-901.

[14] Ver entre muchos otros Spencer,  A. J. Early Egypt. The Rise of Civilization in the Nile Valley. Londres, 1993,  76 y ss.

[15] Capart, J. Un Chef-d’oeuvre. CdE 28 (1939), 237-244. Ver también sobre las estatuas funerarias del Imperio Antiguo Schneider, H. D. Shabtis. I,  Leyden, 1977, 20 y ss.

[16] TS,  rúbrica de la invocación 472 (Faulkner, 1978).

[17] Montet, P.  Scènes de la vie privée dans les Tombeaux égyptiens de l’Ancien Empire. Paris, 1925, 407 y ss.

[18] Ver Breasted Jr. J. H. Egyptian Servant Statues. 1948. Vandier, J. Manuel d’Archéologie Égyptienne. III, Paris, 1957, 92.

[19] Lara Peinado, F. y Martín Valentín, F. J. ‘Sobre la naturaleza y organización de las fundaciones funerarias durante el Imperio Antiguo egipcio.’ Gerión 17 (1999), 58-77.

[20] Smith, W. S. A History of Egyptian Sculpture and Painting in the Old Kingdom. Londres, 1949, 93-99.

[21] Erman y Grapow, WB, 4, 51.

[22] Kees, H. Totenglauben und Jenseitsvorstellungen der alten Ägypter. 1956, 84-85.

[23] Más bien se trataba de un doble sustituto del propio cuerpo momificado. Sah venía a expresar una idea de divinidad en la que se había transformado el difunto después de que su cuerpo hubiera sido sometido a los ritos de la momificación.

[24] Erman y Grapow, WB, 1, 13, 9.

[25] Ibidem, 6. Ej. en TP (Faulkner, 1969) # 130, 275, 289, etc.

[26] Kees, H. Die Gotterglaube im alten Ägypten. Berlin, 1941, 324.

[27] Grieshammer, R. ‘Des Jenseitsgericht in den Sargtexten.’ ÄA, 20 (1970), 1-3, 86, 89, 115.

[28] Budge, E. A. W. An Egyptian Hieroglyphic Dictionnary. Londres, 1920, II, 687, a), 11.

[29] Ej. en TS (Faulkner, 1978) invocación 1159.

[30] Ver supra, nota 5.

[31] Schneider, H. D. Op. Cit. 1977, 67.

[32] Invocación 472 TS. (Faulkner, 1978).

[33] Newberry, P. ‘On the history of sepulchral statuettes; Catalogue of model sarcophagi, mummy figures and shabti figures.’ En Report on some excavations in the Theban Necropolis during the winter of 1898-99. Londres, 1908, 26-34.

[34] Ver nota 32.

[35]  sAw r HHy  ‘estar prevenido para buscar’. sAw r , Erman y Grapow, WB III, 417.15.

[36] Aubert, J. F. y L., Op. Cit.. 1974, 21-22.

[37] Esta tendencia a representar el rostro del difunto en los shabtys de factura más refinada induce a reconsiderar con ciertos matices la idea de Çerny, respecto de su mera condición de siervos o esclavos del dueño, en favor de un acercamiento a la teoría del ‘doble’.

[38] Schneider, H. D. Op. Cit. 1977, 261.

[39] Ibidem, 268.

[40] Estos lugares religiosos están señalados en el Libro de los Muertos, capítulos 18-20. Ver Lara Peinado, F. Libro de los Muertos. Madrid, 1989, 59-67.

[41] Aubert, J. F. y L., Op. Cit.. 1974, 38-40.

[42] Mariette, A. Catalogue général des Monuments d’Abydos découverts pendant les fouilles de cette ville. Paris, 1880.

[43] Hayes, W. C. The Scepter of Egypt. Tomo II, Nueva York, 1959, 241-242.

[44] Texto del Shauabty ‘Louvre E-11105.’ Martín Valentín, F. Amen-Hotep III: El esplendor de Egipto. Madrid, 1998, 282.

[45] Esta parte del texto sustituye en el ejemplar del Metropolitan Museum de Nueva York (Rogers Fund, 1915, nº 15.2.10) a la parte final de la inscripción del Shauabty ‘Louvre E-11105.’

[46] Lara Peinado, F.  Op. Cit. 1989, 16-17.

[47] Ibidem.

[48] shauabty de la Dama Py.

[49] Drioton, E. ‘Trois documents d’époque amarnienne.’ ASAE, 43, (1943), 16-17.

[50] En la necrópolis de Sakara se llegó a formular un culto funerario sincrético con las personalidades respectivas de los dioses Sokar, Ptah y Osiris.  

[51] Ja-em-Uaset fue Sumo Sacerdote del dios Ptah de Menfis y estuvo, por ello, especialmente vinculado con el culto funerario de los Toros Apis, en Sakara.

[52] Erman y Grapow, WB, 2, 398, 9.

[53] Ver nota 37.

[54]  TA mwt ‘la necrópolis menfita’. Término usado para referirse a las necrópolis en general. Gauthier, H. Dictionnaire des noms geographiques….V, 65, 4.

[55] Texto inserto en el shabty de Ja-em-Uaset, ‘Louvre SH 79.’ Aubert, J. F. y L., Op. Cit.. 1974, 85-91.

[56] Schneider, H. D. Op. Cit. 1977, 295-302.

[57] Lara Peinado, F. Op. Cit. 1989, 72.

[58] Ver textos de los ushebtys de la reina Isis, Gran Esposa Real de Ramsés III (Cairo CG48448-54) y de User-Maat-Re-Najt. Aubert, J. F. y L., Op. Cit.. 1974, 117 y figs. 40 y 41.

[59] Fórmula basada en la restauración del uso de fragmentos de los Textos de las Pirámides y del Libro de los Muertos. Ej. TP.: # 530 b,  580 b-c. Ej. LM.: 119, 133, 149.

[60] Fórmula inserta en el Shabty Cairo 47225.

[61] Shabty de Sen-Nefer. Bruyère, B. Rapport sur les fouilles de Deir el Médineh. 1928-1929. Fig. 35 y Pl. 11.

[62] Mariette, A. Le Sérapeum de Memphis publié d’après le manuscrit de l’auteur par G. Maspero. Paris, 1882, Pls. 7, 11 y 19.

[63] Ibidem, Pls. 19 y 22.

[64] Ibidem, Pl. 7.

[65] Ver supra notas 3 y 13.

[66] Los ushebtys son considerados como  Hm.w, ‘servidores’. Ver supra nota 13.

[67] En el ajuar funerario de Tut-Anj-Amon se contabilizaron más de 400 ejemplares. Ver el inventario más fiable en Aubert, J. F. y L. Op. Cit. 1974, 59-60. Se dice que, en la tumba de Sethy I (rey de la dinastía XIX, hacia el 1249-1279 a. de C.), se debieron depositar más de setecientos ejemplares. Aubert, J. F. y L. Op. Cit. 1974, 78.

[68] Aubert, J. F. y L. Op. Cit. 1974, 141. Ver también Martín Valentín F. J. ‘Dos Ushebtis del Segundo Profeta de Amón Pa-Sheri-en-Iset.’, BAEDE 7 (1997), 77-91.

[69] Schneider, H. D. Op. Cit. 1977, 321.

[70] Se trata de las llamadas ‘Tabletas Rogers y McCullum’.  Ver Çerny, J. Op. Cit. 1942.

[71] Tableta Rogers (Louvre E 6858). Maspero, G. Les momies royales de Deir-el-Bahari. Paris, 1889, 511; Tableta McCullum (BM 16672). Budge, W. The Greenfield Papyrus in the British Museum. Londres, 1912, XIV-XVI y pl. I.

[72] Çerny, J. Op. Cit. 1942, 118-133. Texto en Aubert, J. F. y L. Op. Cit., 1974, 149. Ver también Roeder, Die Ägyptische Religion in Text und Bild., V, (1961), 322-327.

[73] Existe otro documento de la dinastía XXI ó XXII, el papiro hierático BM 10800, publicado por I. E. S. Edwards, JEA 57 (1971),  120-124, Pl. 32, en el que consta una adquisición o compra de los ushebtys por un tal Es-Per-Nub para su padre Ihafy. La compra se lleva a cabo a un Jefe Modelador de Amuletos del Templo de Amón de Karnak.

[74] Schneider, H. D. Op. Cit. 1977, 346-352.

[75] El Museo Arqueológico Nacional posee tres ejemplares. Ver Martinez Zubía, C. ‘Caja para Ushebtis del MAN.’ Trabajos de Prehistoria, 31 (1974), 371-380. Almagro Basch, M. et alii, Catálogo de la exposición ‘Arte Faraónico’. Madrid-Zaragoza-Barcelona  Octubre-Mayo 1975-1976. Madrid, 1975. 177. Martín Valentín, F. J. ‘La Caja para Ushebtis de Ja-Bejent (MAN 15.222).’ HERISHEF nº 21/98, 1-4.

[76] Stewart, H. M. Egyptian Shabtis. Buckinghamsire, 1995, 52-57.

[77]  Por ejemplo la Caja para Ushebtis de Ja-Bejent (MAN 15.222).

[78] Stewart, H. M. Op. Cit.. 1995, figs. 47 y 48.

[79] MAN 15221. Almagro Basch, M. et alii, Op. Cit. 1975, 177.

[80] Stewart, H. M. Op. Cit.. 1995, 37 ss. y  fig. 37.

[81] Ejs. en Aubert, J. F. y L. Op. Cit. 1974,  Pls. 20 y 21.

[82] Stewart, H. M. Op. Cit. 1995, figs. 38 y 39.

[83] Ej. ushebty  de Hor-Udya. MEA UC 28053. Ibidem, fig. 30.

[84] Stewart, H. M. Op. Cit.. 1995,  40-44.

[85] Probablemente se refiere a elementos o sustancias extraídas del cedro (abies cilicica). Ver Erman y Grapow, WB, I, 228, 1.

[86] Lucas, A. Ancient Egyptian Materials and Industries. Londres, 4ª Ed. 1962, 156-167.

[87] En cuanto a los ushebtys de madera ver la interesante comunicación de Jean-Luc Chappaz ‘Du bois dont on fait les oushebtis’. RdE 36 (1985), 169-170.

[88] Sobre esta cuestión consultar Lexa, F. La Magie dans l`Égypte Antique. Paris, 1925, I,  77-79.

[89] La catalogación de los shabtys ha sido abordada con gran mérito y esfuerzo en un brillante trabajo que viene realizando el egiptólogo suizo Jean-Luc Chappaz dese hace varios años. Ver Répertoire  Annuel  des Figurines Funéraires 1-13. BSEG, nos. 11-24 (1987-2000).  

[90] Los datos de este apéndice han sido extraídos de Almagro et alii. Op. Cit.. 1975 y del Catálogo de la exposición De Gabinete a Museo: Tres siglos de historia. Museo Arqueológico Nacional. Abril-Junio 1993. Madrid, 1993, 159-169; 321-322; 490-491.