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MENFIS

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La ciudad de Menfis, ahora desaparecida casi por completo, fue el centro administrativo y religioso del nomo I del Bajo Egipto. Fue, asimismo, la residencia de los faraones y la capital de Egipto a comienzos del Per�odo din�stico y del Imperio Antiguo, y muchos soberanos posteriores mantuvieron all� un palacio. Los templos de la ciudad se contaban entre los m�s importantes del pa�s. Menfis siempre fue uno de los lugares m�s populosos y renombrados de Egipto, y por ende del mundo entero, habitado por una comunidad realmente cosmopolita Su puerto y sus talleres locales tuvieron un papel importante en el comercio exterior egipcio.

Reflejo de la magnitud e importancia de Menfis es la extensi�n de sus cementerios, con m�s de 30 Km. de longitud, al borde del desierto y en la ribera occidental del Nilo. El conjunto de todos ellos constituye la necr�polis menfita: 1) Dahshur, 2) Saqqara, 3) Abusir, 4) Zawyet el-Aryan, 5) Gizeh, 6) Abu Ruash. Administrativamente, Gizeh y Abu Ruash entraban ya en el nomo II del Bajo Egipto

Los nombres con que ahora se conocen las distintas partes de la necr�polis menfita derivan de los nombres modernos de las aldeas cercanas. Los propios egipcios carecen de un t�rmino especial para designar toda la necr�polis, aunque utilizan numerosos nombres geogr�ficos antiguos aplic�ndolos a las distintas partes, como Rasetau (probablemente Gizeh meridional). Las caracter�sticas m�s notables de la necr�polis, como eran las pir�mides reales, dieron a veces sus nombres a los barrios adyacentes de la ciudad, que hab�an crecido fuera de las �ciudades piramidales� de los sacerdotes y funcionarios.

Uno de esos t�rminos, el nombre de la pir�mide de Pepi I en Saqqara, Mennufer, en copto Menfe �y Menfis en su forma helenizada, fue adoptado ya en la XVIII dinast�a para designar a toda la ciudad. La ciudad propiamente dicha, o lo que pueda quedar de sus palacios, templos y casas, hay que buscarla en el �rea de cultivo al este de la necr�polis, enterrada bajo los dep�sitos de lodo que quedan tras las inundaciones del Nilo, y cubierta por asentamientos, campos y vegetaci�n modernos. Tanto es as�, que s�lo algunas peque�as� partes han salido a la luz en Mit Rahina y en Saqqara (al este de la pir�mide de Teti). La posici�n de la ciudad, o al menos su centro, probablemente no se mantuvo estable a lo largo de la historia egipcia, con la prosperidad de zonas nuevas que ganaban en importancia a costa de otras cuya popularidad hab�a deca�do. Esta puede ser una de las� razones de la enorme extensi�n longitudinal que cubren los cementerios urbanos, aunque indudablemente hubo otras, como la b�squeda de emplazamientos adecuados para los proyectos de construcci�n de pir�mides a gran escala.

ramsés II

Nuestro concepto moderno de la ciudad de Menfis y de su oscura contrapartida, la necr�polis menfita, resulta por ello muy artificial, porque ninguna de las dos existi� completa en un determinado momento.

Las fuentes cl�sicas as� como los descubrimientos arqueol�gicos revelan que Menfis� lleg� a ser uno de los centros administrativos m�s importantes del pa�s ya en los mismos comienzos de la historia egipcia, despu�s del 1920 a.C. Her�doto dice que fue Menes �considerado tradicionalmente como el primer fara�n de Egipto- el que levant� un dique para proteger a la ciudad de las inundaciones del Nilo. De acuerdo con el historiador Manet�n, fue el sucesor de Menes, llamado Athothis, el constructor de los palacios m�s antiguos de la ciudad de Menfis. El nombre m�s vetusto del distrito fue Ineb-hedj ��la Muralla blanca�, expresi�n que quiz� refleja el aspecto de su residencia fortificada, y a la que tambi�n podr�a haberse aplicado. Tal vez el m�s apto fuera el t�rmino que apareci� en el Imperio Medio, Ankhtawy, �lo que une los Dos Pa�ses�, subrayando la posici�n estrat�gica de la ciudad en el v�rtice del delta, de tanta importancia econ�mica, entre el Bajo y el alto Egipto, seg�n la terminolog�a tradicional. Esa fue probablemente la raz�n que indujo a los soberanos de la I dinast�a a escoger la zona como asentamiento de la capital.

S�lo Tebas en el sur pudo compararse con la importancia religiosa, pol�tica y econ�mica de Menfis, aunque nuestro conocimiento de los restos de ese aut�ntico monumento funerario nacional� egipcio es infinitamente menor. Para los extranjeros, Menfis era la representaci�n de Egipto. Seg�n algunos estudios, fue el nombre de uno de sus templos levantado en el Imperio Nuevo y de los barrios pr�ximos de la ciudad, Hikuptah �(�el templo del ka de Ptah�), el que sirvi� para designar a todo el pa�s, conocido por los griegos como Aigyptos, y del que procede el moderno Egipto. Tal es tambi�n la etimolog�a de la palabra �c�ptico�, �copto�.

La ciudad de Menfis no sobrevivi� al gradual eclipse de la antigua civilizaci�n egipcia en los primeros siglos de nuestra era. Econ�micamente incluso se resisti� antes de esa fecha por el crecimiento de Alejandr�a. Su importancia religiosa desapareci� cuando el emperador Teodosio (379-395) decret� que el cristianismo deb�a ser la religi�n oficial de todo el imperio romano. El golpe de gracia final lo recibi� Menfis en el a�o 641, cuando el conquistador musulm�n Amr ibn el-Asi fund� una nueva capital de Egipto, el-Fustat, en la orilla oriental del Nilo y en el extremo meridional de El Cairo moderno.

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