�Descubierta en Beiging una imagen de Cleopatra vestida de fara�n masculino.
En la universidad de Beiging se ha producido el sorprendente descubrimiento de una loseta con la figura de Cleopatra en relieve disfrazada de hombre. Es la tercera imagen de la reina egipcia que aparece bajo este atuendo, lo que hace pensar a los investigadores en su raz�n de ser. Algunos afirman que las reinas egipcias se disfrazaban de hombre para aumentar el efecto de su poder a trav�s de la masculinidad. Seg�n otros, Cleopatra aparece vestida de hombre por la simple pereza de los artistas que realizaron los grabados. En cualquier caso, desvela las dificultades de las mujeres influyentes en el Antiguo Egipto.
En la mitolog�a egipcia, Osiris es el juez de los muertos y el jefe de la tr�ada de Tebas, formada por Isis, Horus y Osiris. Seg�n el mito, fue el fundador de la naci�n egipcia. A Osiris se le representa siempre momificado. En los textos funerarios, como el Libro de los muertos, el fara�n difunto se identifica con Osiris, rey de los muertos. Este an�lisis ha sido realizado por Willy Clarysse, egipt�logo de la Universidad cat�lica de Lovaina, en B�lgica. Clarysse afirma que el cambio de sexo de Cleopatra se debe seguramente a la pereza del artista que la recre�. Hasta el a�o 51 antes de Cristo, Ptolemaios XII, padre de Cleopatra, fue el rey de Egipto. Cuando muri�, algunas de las losetas ya hab�an sido grabadas, y s�lo faltaba por a�adir el nombre del nuevo soberano en ellas. Sin embargo, no se cambi� la imagen del fara�n por la de una mujer porque era muy dif�cil hacerlo y supon�a un gran trabajo. En declaraciones a la cadena internacional ABC, Clarysse afirma que una de las piernas de Cleopatra fue retocada, lo que significa que tal vez alguien comenz� a rehacer la imagen, pero abandon� pronto sus intenciones. Los resultados de este an�lisis saldr�n publicados el pr�ximo a�o en la revista alemana Antique World. Reafirmar el poder a trav�s de lo masculino Otras reinas aparecen como hombres en las expresiones art�sticas egipcias. Por ejemplo, la reina Hatshepsut, que vivi� durante los siglos XV y XVI antes de Cristo, a menudo es representada sin pechos, con ropa de hombre y con barba. Algunos historiadores opinan que esta reina asum�a as� los s�mbolos de la masculinidad como reafirmaci�n de su poder y para reclamar su derecho al trono, ya que la mayor�a de las mujeres de la �poca no demostraban oficialmente su autoridad. Hay que tener en cuenta que de las treinta dinast�as que se desarrollaron en el antiguo Egipto, s�lo hubo una en la que una mujer tom� el t�tulo de fara�n: Hatshepsut. Ascendi� al trono a la muerte de su esposo y gobern� de 1479 a 1457 (a.C.). Durante ese per�odo, Hatshepsut se hizo retratar en monumentos como hombre, barba postiza y dem�s s�mbolos que correspond�an al rey. Otro de los casos en los que se dio esa situaci�n fue la de la reina Tausert, que gobern� Egipto entre 1188-1186 (a.C.). Esta incorporaci�n de atributos masculinos a las figuras de las reinas egipcias puede estar relacionado con el hecho de que las mujeres que ostentaban el cargo cumpl�an con las mismas funciones de un fara�n masculino. Clarysse afirma que, en el caso de Cleopatra, no hab�a dudas acerca de su g�nero, puesto que aparece como mujer en monedas y en dibujos. Adem�s su nombre, al contrario que el de Hatshepsut, es un nombre femenino, porque termina en “a”, como era t�pico tanto entre los griegos como entre los egipcios. El descubrimiento de Beiging confirma las dificultades de las mujeres para ejercer sus funciones en el Antiguo Egipto, as� como los recursos empleados para vencer las resistencias culturales del entorno. La loseta de Cleopatra pertenece a la colecci�n del museo Duan Fang, de la Universidad de Beijing. Fang fue un embajador chino que reuni� numerosas obras de arte a lo largo de su vida, algunas de las cuales se encuentran en el Museo Field de Chicago. La loseta ha sido encontrada por Yan Haiying, un profesor asociado de historia en la universidad de Beijing, que encontr� la loseta en un rinc�n de uno de los almacenes del museo, para sorpresa de todos. � Marta Morales24/09/2005 |
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