El egiptólogo Zahi Hawass se defiende de las criticas de someter la momia escáner.

El egiptólogo Zahi Hawass se defiende de las críticas por someter la momia al escáner. Zahi Hawass dedica su vida a lo que algunos todavía sueñan: ser egiptólogo. Es el más célebre de los arqueólogos y estudiosos del Antiguo Egipto. Su reputación y su cargo -secretario general del Consejo Superior de Antigüedades egipcias-, le mantienen ocupado. No obstante, encuentra un hueco para conversar con LA RAZÓN sobre su gran pasión, de actualidad nuevamente tras el reciente escáner al que ha sometido a la momia de Tutankamon.

¿Qué sintió al tener delante a Tut-Anj-Amon?

-Fue una experiencia increíble. Tutankamon y yo estuvimos frente a frente. La momia ya había sido examinada otras veces. La primera en noviembre de 1925 por el británico Carter, que la deterioró gravemente, de tal manera que ahora está dividida en 13 piezas. La segunda y la tercera vez fue Harrison, de la Universidad de Liverpool, que en 1968 y 1987 estudió la momia con rayos X.

-¿Por qué dañó Carter la momia?

-Cuando la examinó, descubrió que la máscara de oro y otros amuletos estaban adheridos al cuerpo, debido al proceso de momificación. Arrancó la máscara con herramientas y fuego. Lo consiguió, pero lo destrozó todo. Luego colocó la momia en una caja de madera sobre la arena.

-¿Cuándo se sabrán los resultados de la tomografía computerizada?

-No lo sabemos todavía, pero será pronto. Antes de nuestro trabajo, circulaban muchas teorías acerca de la fecha de la muerte de Tutankamon. Hay quien sostiene que falleció a los 18 años, otros dicen que a los 20 y algunos que a los 27. También hay distintas opiniones acerca de la causa de su muerte. El asesinato, la muerte natural y un accidente fatal se han barajado como distintas opciones. Todo se aclarará cuando tengamos los resultados del escáner 

-¿Cómo va a ser conservada la momia de Tutankamon?

-Las momias no pueden ser restauradas. Trataremos de mantener estables los niveles de calor y de humedad para conservarla. Hay que tener en cuenta que su situación es muy mala. No hay que olvidar su estado: está hecha pedazos. No se puede hacer nada.

-¿Qué tienen previsto hacer con las 1.700 imágenes que han tomado?

-Estamos estudiándolas. Hay un equipo de radiólogos que las están examinando y tratarán de averiguar, desde las imágenes obtenidas con la tomografía computerizada, cómo era el rostro y el cuerpo de Tut-Anj-Amon.

La maldición

-¿No teme haber despertado la «maldición del faraón»?

-Aquel día pasaron cosas muy extrañas a todos los que participamos en la investigación. El marido de mi hermana falleció. También hubo una tormenta en el Valle de los Reyes y, además, el ordenador que debía realizar el escáner estuvo estropeado durante una hora.

-Algunos egiptólogos han criticado duramente que la momia haya sido sometida a un escáner.

-Las objeciones vertidas por estos cuatro egipcios no tienen ninguna base científica. Uno de ellos lo único que quería era ver su nombre en los periódicos. Otro estaba resentido porque su propuesta para someter a una prueba de ADN a la momia fue rechazada por el Ministerio de Cultura. El tercero no es más que un joven arqueólogo que se cree un experto en momias. El último de mis críticos es el que más respeto. Han dicho que ninguno de los que hemos realizado esta investigación éramos especialistas en momias. Es absurdo. El equipo estaba compuesto por un grupo, dirigido por mí, de expertos en arqueología y conservación del Consejo Superior de Antigüedades

-Ha reivindicado en numerosas ocasiones el papel de los egipcios en la egiptología, al tiempo que criticaba las injerencias extranjeras. ¿Cómo ve que la última momia en Egipto haya sido descubierta por un equipo japonés?

-Actualmente hay 200 expediciones de todo el mundo excavando en Egipto. Yo sostengo que debemos animar a los egipcios a hacer lo mismo. Soy el único que hace excavaciones. Necesito que otros también lo hagan.

-¿Cree que ha abierto los ojos de los egipcios a la egiptología?

-Sí, claro. Ahora la gente está más interesada en la egiptología; mucho más que antes. Se ha convertido en lo más importante de la vida de muchas personas.

Fuente: La Razón digit@l