PAPIROLOGIA

 

María Concepción Guzmán Velasco

 

Nosotros por diferentes medios conocemos el proceso que los antiguos egipcios daba a la planta del papiro para obtener un material que les sirviera para plasmar sus escritos, pero pocos sabemos de cómo estos llegaron hasta nosotros, el contenido de los mismos y los destacados investigadores que pusieron el pasado a nuestro alcance.

Papirología significa el estudio de los papiros y es el Instituto del Papiro en Egipto, quien nos reporta que estos fueron escritos en una variedad de lenguas: los egipcios, escribían en tres formas en jeroglíficos, hierático, demótico y copto; otras lenguas son: en hebreo, arameo, sirio, persa y árabe tanto como griego y latín. La papirología tiende a ser asociada con papiros escritos en las dos lenguas clásicas, especialmente el griego que es más común que el latín y se limitan al período grecolatino de la historia egipcia. Egipto ha sido el único país fuente de papiros, excepto los rollos carbonizados de Herculano.

A la muerte de Alejandro el Magno que ocupó Egipto en 332 a.C. Ptolomeo Soter I fundó la dinastía Ptolemaica y hasta la época romana el griego era la lengua oficial del país; pues con los primeros Ptolomeos se introdujeron un considerable número de colonos helenos y como consecuencia la lengua y literatura griega tuvo una amplia difusión con firmes raíces que predominaron y permanecieron sin cambio cuando Egipto se incorporó al Imperio Romano. Los fragmentos literarios en latín son raros ya que se utilizaba sólo para documentos, en cuestiones militares, negocios legales y en correspondencia privada entre los oficiales romanos.

Después de la conquista árabe, el griego continúa siendo el lenguaje culto, mientras se empleaba oficialmente el árabe y después gradualmente desapareció. Por lo tanto el griego es el lenguaje con el cual el papirólogo está primeramente familiarizado.

Por supuesto estos no pueden negar la evidencia derivada de los documentos contemporáneos en demótico, copto o árabe, pero el desciframiento y la interpretación se le deja a los especialistas de estas lenguas.

El primer descubrimiento de un papiro griego que se tanga noticia fue el de Herculano, donde en 1752 los restos carbonizados de una biblioteca se encontraron, consistían casi por completo de trabajos filosóficos, la mayoría de Filodemus, otros de Epicúreo. Copias de algunos de estos fueron editadas por Walter Scott; otros han sido publicados en Italia. Todavía el descubrimiento es un evento insólito por los trabajos que pasaron los investigadores.

Poco después en 1778, unos fellahin (campesinos egipcios) descubrieron unos cincuenta papiros en el Valle del Fayum, antigua depresión lacustre nilótica, que fue asiento de multitud de establecimientos griegos durante los tiempos helenísticos, los campesinos no lograron vender más de un solo rollo destruyendo los demás. Este llegó a manos de Stefano Borgia quien los depositó en el Museo de Velletri y pronto lo publicó, su contenido carecía de importancia, pero con él los estudiosos se dieron cuenta de que Egipto brindaba las condiciones ideales para conservar los documentos antiguos mejor que cualquier otro lugar.

Cerca de 1820 se hicieron nuevos descubrimientos, pero fue en la década de 1815 a 1825 cuando aparecen un lote de documentos, muchos del siglo II a.C. fueron desenterrados principalmente en Menfis y Tebas; la mayoría de estos se encuentran en los museos de Londres, París, Turín, Viena y Leiden. La sección de Turín fue editada por Amadeo Peyron en 1826.

El primer papiro literario encontrado en Egipto era un rollo que contenía el libro XXIV de la Iliada, comprado por Wiliam Bankes en 1812 más tarde lo cedió al Museo Británico. Esta institución también adquirió en 1847 los papiros cuyo contenido son tres textos de Hyperides y posteriormente en 1856 la Oración fúnebre del mismo autor.

A finales del siglo XIX, los descubrimientos son esporádicos y apenas descritos pero importantes, 1877 es marcado por los grandes descubrimientos en la región del Fayum, Heracleopolis y Hermopolis, al sur del Delta del Nilo; muchos de estos fueron hallazgos accidentales de cuando removían la tierra en busca de sebakh, tierra nutritiva que fue utilizada extensamente por los nativos como un fertilizante. Los fellahín gradualmente se dieron cuenta del hecho de que el papiro era comercializable, se dedicaron al saqueo de los mismos destruyendo al principio la mayor parte de sus hallazgos por el manejo inadecuado.

Para 1889 llegó a Egipto Sir W. Flinders Petrie quien encontró una serie de sarcófagos rudimentarios en la aldea de Gutob en el Fayum. Los cuales resultaron hechos de papiros macerados, gran parte de este material pudo rescatarse y la Universidad de Oxford editó el contenido de dichos papiros entre 1890-1894. Abundan entre ellos los documentos de tipo legal, pero también se encontraron algunos textos literarios interesantes como ciertos fragmentos de Eurípides y Platón.

Animados por estos hallazgos en 1895, Bernard P. Grenfell y Arthur S. Hunt organizaron campañas de rescate papirológico durante toda una década en beneficio de la Egypt Exploration Found. En 1897 empezaron a trabajar en la aldea de Oxirrinco, antigua sede griega en donde encontraron tal cantidad de documentos que difícilmente podían manejarlos, a pesar de los cuales los llamados "gemelos de Oxford" lograron descifrar, traducir y editar gran parte de ellos con enorme prontitud.

Durante ese primera campaña aparecieron textos de tal interés como los dichos de Jesús, de los cuales aparecerían más en 1903, así como los fragmentos de un evangelio apócrifo.

Entre 1898 a 1902 la Universidad de California llevó a cabo diversas excavaciones en otra aldea del Fayum llamada Tebtunis, donde se encontró un cementerio de cocodrilos sagrados, cuyas momias estaban completamente rellenas de papiros. Al trabajar este material, se encontró muchos elementos de la administración Ptolemaica, pues contenían datos respecto a la economía y la sociedad de esa época. El descubrimiento de papiros en la momificación de cocodrilos, fue el primero realizado por Grenfell y Hunt cuando trabajaban para la Universidad de California, más de 250 textos se derivaron de esta fuente y fueron publicados en el Papiro de Tebtunis.

Mas tarde cuando estos dos grandes investigadores retornaron al campo en 1906, volvieron a efectuar hallazgos de importancia y las sorpresas continúan hasta la fecha, pues la hoy llamada Egypt Exploration Society de Londres sigue traduciendo y publicando el material que los dos sabios dejaron pendientes a su muerte, a pesar de la prisa que se dieron en publicar cuanto pudieron.

Charles E. Wilbour, el egiptólogo estadounidense, compró una serie de documentos arameos de Elefantina en 1893, pero no alcanzó a valorar su importancia, fue hasta 1900 cuando A.H. SAYCE hizo el primer reconocimiento de que ahí existió en tiempos persas una próspera colonia judía en esa isla, además vislumbró la vida de esta extraordinaria comunidad de extranjeros que, al mismo tiempo que servía a Persia como soldados fronterizos, procuraban llevar una vida ortodoxa judía.

Después de ellos llegaron a Egipto otras grandes personalidades de la Egiptología que se destacaron por su dedicación y su obra.

Por ejemplo Wallis Budge que adquirió el famoso Papiro de Ani, versión muy bien ilustrada del Libro de los Muertos, Francis L. Griffith brillante lingüista que trabajó el demótico, Archibald Sayce, especialista en el Antiguo Testamento y en el estudio del Imperio Hitita, fue un gran copista de textos egipcios, pero tal vez el más destacado en esta rama es Adolf Erman quien revolucionó la gramática egipcia; George Steindorff fue el principal discípulo de Erman, escribió entre otras cosas, un magnífico libro titulado ·When Egypt Ruled The East. Contemporáneo suyo fue Kurt H. Sethe, alumno de Erman también y como él extraordinario traductor de textos, se dedicó al estudio de los verbos egipcios.

Otros grandes contribuyentes son George A. Reisner y James H. Breasted, este último sustentó la primera cátedra de egiptología en Estados Unidos.

Sir Alan H. Gardiner publicó una importante gramática de la lengua egipcia, además de una cantidad enorme de textos transliterados, traducidos y editados entre los cuales se encuentran los Papiros de Chester Beatty.

Los Papiros que contienen la cultura egipcia son varios y se les ha nominado en algunos casos según el lugar donde fueron localizados, en otros por el lugar en donde se encuentran o por el nombre del investigador o dueño del documento.

El Papiro IV de Chester Beatty, es un documento que data del período ramésida, de las dinastías XIX y XX, contiene diagnósticos y prescripciones médicas para el tratamiento de desórdenes y gástricos, también para el pecho y el corazón, indicando un avanzado conocimiento acerca de la anatomía humana y de la función de cada órgano.

Entre los principales papiros encontramos los siguientes:

Uno de los más importantes es el Papiro de Harris, llamado así debido a que fue conservado durante muchos años en posesión de un aficionado llamado Harris, actualmente se encuentra en el Museo Británico. Es el más espléndido de los archivos estatales egipcios, un documento de cuarenta metros de largo por cuarenta y dos de alto; contiene 117 columnas de escritura hierática de una amplitud que sólo puede corresponder a un original de indudable importancia. Este papiro nos relata desde el reinado de larsu, en la XIX dinastía, hasta el inmenso número de donaciones hechas por Ramsés III al clero. Burch, gran egiptólogo inglés, publicó en facsímiles la historia de este papiro y toda la traducción del mismo en un texto titulado "Egyptian hieratic papirus of the reign of Ramsés III", actualmente esta obra se encuentra en el Museo Británico.

También en este papiro se encuentran las instrucciones de Amonnakhte, texto didáctico escrito por un escriba de la Casa de la Vida, las instrucciones van dirigidas a un asistente, para que opte por la noble profesión de escriba, la cual tenía una importante posición dentro de la sociedad egipcia.

El Papiro Caslsberg I, data del siglo II d.C. se encuentra en la actualidad en la Universidad de Copenhague. Este papiro toma buena parte de su material de la cosmología de los techos y paredes de las tumbas de Sethi I y de los Ramésidas, es un tratado detallado del renacimiento de los seres humanos como estrellas. Otto Neugebauer y Richard Parker han dedicado mucho tiempo para el estudio de estos papiros al igual que a los Textos Dramáticos, los cuales provienen del cenotafio de Sethi I en Abidos, en su contenido se encuentran conceptos de la astronomía egipcia.

El Papiro Abbot, es un documento que data de tiempos ramésidas, de la XX dinastía, contiene información acerca de la investigación de serios y graves robos durante ese tiempo. Menciona a los altos oficiales que estuvieron involucrados en la investigación, la cual fue dramática, prolongada y de gran esfuerzo. El papiro tiene 43 cm. de alto y contienen columnas que nos describen procedimientos de los últimos tiempos del Imperio Nuevo, el documento se encuentra en el Museo Británico.

Del papiro Aker perduran sólo fragmentos, es una versión del libro de los muertos de una tumba saíta. El papiro describe la jornada del dios Ra a través de la Duat o inframundo.

El papiro de Berlín contiene una serie de documentos de varias épocas de Egipto, está ahora en el Museo Egipcio en Berlín. Algunos datan del Imperio Medio y otros del período ramésida. Uno de los papiros, descubierto en Sakkara, contiene 204 párrafos separados, tratados médicos, diagnósticos y tratamientos.

El papiro repite mucho del contenido del Papiro Ebers. Otro de los contenidos del papiro son trabajos literarios y de la mitología popular, en los textos los cuentos de "Sinuhe el marinero", "La historia de Khufu y los magos" y "El elocuente campesino" todos ellos de gran valor dentro de la Literatura egipcia.

El contenido de los papiros correspondientes a la Cultura Egipcia es importante conocerlo, pues significa una de las fuentes de la Egiptología.

BIBLIOGRAFÍA

BUNSON MARGARET: "The Enciclopedia of Ancient Egypt"

DUEL LEO: "Testaments of Time"

RODHE E. TERESA: "Testimonio del Antiguo Egipto".