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LA TUMBA DE�
NEFERTARY
La
tumba de la reina Nefertary fue descubierta por Ernesto Schiaparelli en 1904 y muchos especialistas la consideran� la m�s bella de todo Egipto. Debido a los incontables y graves
problemas que afectaron a sus maravillosas pinturas, la tumba fue
cerrada al p�blico en los a�os cincuenta, y hasta 1986, por iniciativa
de la Organizaci�n de Antig�edades de Egipto y el Getty Conservation
Institute, no se llev� a cabo una primera intervenci�n de urgencia con
el fin de estabilizar dichas pinturas. Luego, en febrero de 1988, empez�
la verdadera restauraci�n, precedida de estudios multidisciplinarios a
cargo de un grupo internacional de cient�ficos.
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En primer lugar se reforz� el enlucido, luego
volvieron a colocarse en su sitio los fragmentos de las pinturas
que se hab�an desprendido de las paredes y, finalmente, los
restauradores procedieron a limpiar las pinturas y a eliminar
antiguos retoques mal ejecutados, tras lo cual los sustituyeron
con una argamasa parecida a la que se usaba en la era fara�nica.
En abril de 1992 la restauraci�n qued� terminada, pero hasta
noviembre de 1995 no volvi� a abrirse la tumba al p�blico,
cuya admisi�n est� sometida a ordenanzas muy estrictas que
limitan dr�sticamente el n�mero de visitantes diarios con el
fin de conservar, en la medida de lo posible, el fr�gil
equilibrio microclim�tico. |
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Es muy probable que Nefertary Merit-en-Mut(
se casara con el gran fara�n Rams�s II antes de que �ste subiera al
trono y ocupara una posici�n peculiar y sin igual en la historia de
Egipto.� Su papel destacado, en comparaci�n con el de las esposas
de los otros faraones, lo confirma el hecho de que siempre formaba parte
del s�quito de Rams�s, no s�lo durante las ceremonias civiles y
religiosas, sino incluso en viajes importantes como el que hizo a Nubia
en el vig�simo cuarto a�o de su reinado (hacia 1255 a..), con motivo
de la inauguraci�n del peque�o templo de Abu Simbel consagrado a la
diosa Hat-Hor y a la propia Nefertary; la reina aparece representada en
grandes estatuas cuyo tama�o es el mismo que las del fara�n, lo cual
es extraordinario si tenemos en cuenta que generalmente se representaba
a la esposa al lado del fara�n, a la altura de cuyas rodillas apenas
llegaba. Nefertary tambi�n desempe�� su propio papel en la pol�tica
exterior, como atestigua una carta que envi� a Padujepa, reina de los
hititas (pueblo contra el que Rams�s Hab�a luchado encarnizadamente),
en la cual declaraba toda su amistad fraternal a la �gran gobernante
de Hatti�. |
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El
misterio sigue envolviendo los or�genes de Nefertary. Ciertos
indicios apuntan a que su familia proced�a de la regi�n
tebana; adem�s, el asa de una caja que se encontr� en su tumba
con el rollo de papiro ornamental del fara�n Ay nos hace pensar
en una relaci�n estrecha con este rey, que era oriundo de
Ajmin, ciudad consagrada al dios Min y situada un poco m�s de
cien kil�metros al norte de Tebas. En el Rameseum, el imponente
templo funerario de Rams�s II en Tebas, en la parte superior
del segundo pilono a una altura de m�s de diez metros,� hay una representaci�n poco habitual del festival de Min, en
el cual Nefertary baila delante del toro sagrado. Aunque tuvo cinco o seis hijos de
Rams�s, algunos de los cuales murieron j�venes, como el amado
primog�nito Am�n-iuenemef, el destino quiso que ninguno de
ellos subiera al trono: Rams�s II tuvo su heredero (el pr�ncipe
Merenptah) de otra Gran Esposa Real, la reina Isis-Nofret, cuya
tumba a�n no ha sido descubierta y probablemente est� en la
necr�polis de Saqqara.�
Tampoco conocemos el momento y la causa
de la muerte de Nefertary, pero sucedi� antes de que se
celebrara el trig�simo aniversario del reinado de Rams�s: las
inscripciones conmemorativas de este per�odo y los
subsiguientes ya no llevan el nombre de la amada esposa.
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BIBLIOGRAF�A: |
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Bedman, T.: Nefertary, por la
que brilla el sol. Madrid, 1999. |
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