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CÁTEDRA DE EGIPTOLOGÍA
BLOG SOBRE EL ANTIGUO EGIPTO

Los descubrimiento del egiptologo Martin Valentin en el CERPA

27-02-2008


El grupo que dirige Mart�n Valent�n, en los alrededores de la falsa tumba de Sen-en-Mut, en la antigua Tebas

El arque�logo Mart�n Valent�n, uno de los cuatro espa�oles que dirige una misi�n en el valle del Nilo, da una charla en el CERPA este mi�rcoles, 27 de febrero, a las 19.30 horas. Trabaja en lo que hasta ahora se cre�a era la segunda tumba de Sen-en-Mut. Pero sus investigaciones han echado por tierra las creencias de decenas de a�os. Lee la entrevista a uno de los expertos que m�s sabe de Egipto.

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Dicen los expertos a�n falta por descifrar m�s del 90% de la informaci�n que encierran las pir�mides, tumbas y templos de Egipto. Los jerogl�ficos y tumbas siguen revelando datos nuevos capaces de sepultar interpretaciones hist�ricas. Es lo que ha sucedido con el investigador Francisco Mart�n Valent�n (Segovia, 1951), que lleva cinco campa�as en lo que hasta ahora se cre�a era la segunda tumba de Sen en Mut, arquitecto jefe de la reina fara�n Hatshepsut y uno de los hombres m�s poderosos de Egipto en su tiempo, el a�o 1.460 a.C. El egipt�logo espa�ol ha demostrado que no se trata de una tumba, sino de un templo. El mi�rcoles 27 de febrero contar� en Rivas las novedades de su descubrimiento.

Entrevista: Nacho Abad And�jar / Fotos: Instituto de Estudios del Antiguo Egipto

La historia no siempre es como nos la cuentan. A veces, llega un arque�logo, se adentra en una tumba ya investigada por otros -que luego resulta no ser una tumba-, entierra las teor�as vigentes y propone otra nueva. Que se lo pregunten a Francisco Mart�n Valent�n, licenciado en Derecho y doctor de Geograf�a e Historia. Es uno de los cuatro egipt�logos espa�oles que actualmente dirigen un equipo de excavaci�n en el valle del Nilo. Desde hace cinco a�os se pasa los inviernos en un monumento, de 98 metros de longitud y 48,5 de profundidad, consagrado a Sen en Mut, uno de los hombres m�s poderosos durante el reinado de Hatshepsut y Thutmosis III. Sen en Mut fue el responsable de numerosos dise�os urban�sticos de la antigua Tebas, as� como el impresionante templo que la reina fara�n se mand� construir en el valle funerario de Deir el Bahari, convertido hoy en uno de los grandes epicentros tur�sticos de la zona. Sen en Mut, amante de Hatshepsut y hombre de su absoluta confianza, se hizo excavar tambi�n dos monumentos. Uno es el que investiga Mart�n Valent�n, descubierto en 1927 por Herber Winlock. �ste dijo que se trataba de la segunda tumba de Sen en Mut. Y en 1991, otro arque�logo, Peter F. Dorman corrobor� tal suposici�n. Hasta hoy. Porque el egipt�logo espa�ol, toda una autoridad nacional que coordina un equipo de 22 profesionales, ha formulado otra propuesta.

P. Peter Dorman corrobor� en 1991 las tesis de Winlock. �Qu� informaci�n nueva aporta vuestro trabajo?
R. El monumento fue descubierto por Herbert Winlock en 1927. �l dijo que se trataba de la segunda tumba de Sen en Mut. Ya en 1991, Peter Dorman recogi� toda la documentaci�n in�dita que llev� Wildock al Metropolitan de Nueva York y public� 'Las dos tumbas de Sen en Mut', donde hablaba de una tumba que tiene cerca y �sta otra. Hemos descubierto que no es una tumba. Se trata de una cripta, un lugar secreto, oculto y no p�blico destinado a hacer una serie de ritos a favor del arquitecto que construy� ese monumento, Sen en Mut. Y probablemente por su orientaci�n y ubicaci�n forma parte del mismo templo de Hathselpsut de Deir el Bahari.

P. Se acaba as� con la tesis de las dos tumbas de Sen en Mut.
R. Para que se entienda, una tumba tiene una estructura determinada: capilla funeraria, pozo y c�mara. Cuando falta un elemento, estamos ante otra cosa. No vale decir que es una tumba porque es subterr�nea. En el siglo XIX, cuando Wildock la descubre, afirma: "Segunda tumba de Sen en Mut". Y todo el mundo lo respeta. Mentira, porque no tiene capilla. Y lo que dijo Dorman en 1991 para salir del paso es que la capilla funeraria es el otro monumento que se hizo excavar Sen en Mut, a un kil�metro de distancia, pero que la cueva funeraria con sarc�fago es �sta. Esta afirmaci�n no se sujeta desde un punto de vista ritual. Este monumento es un cenotafio o falsa tumba donde Sen en Mut pretend�a recibir culto divino como si fuera un rey. Ahora tengo que proponer esta tesis en una cumbre de egipt�logos en Rodas.

P. �Qu� m�s novedades aporta el proyecto?
R. Deir el Bahari [valle occidental de la ribera del Nilo] es un circo rocoso con tres templos conocidos. Uno de ellos es el de Hathsepsut. Proponemos a la comunidad cient�fica la reconsideraci�n de Der el Bahari para ser estudiada en conjunto desde una perspectiva religiosa y funeraria. No vale ya el estudio particularizado de cada monumento, aunque sea necesario. Y decimos que se trata de una zona sagrada donde reyes y particulares construyeron templos, y donde otros que vinieron despu�s han querido poner all� sus tumbas-templos porque es un lugar especial. Esto implica aceptar que el �rea est� impregnada de una naturaleza sagrada de corte funerario utilizada por todos los egipcios durante 2.000 a�os. Y el eje probablemente que ayude a explicar esta teor�a sea el monumento de Sen en Mut, porque el se�or que m�s aport� a esta modificaci�n se construy� aqu� su agujerito. Deir el Bahari fue utilizada no como una simple necr�polis, sino de una manera distinta, espiritual, porque los egipcios eran un pueblo fundamentalmente espiritual y religioso.

P. Tambi�n propon�is seguir el ejemplo de Altamira para la conservaci�n del monumento.
R. Hemos realizado una propuesta novedosa para Egipto: la construcci�n de una r�plica exacta del monumento para respetar el original. Queremos mover las conciencias, que se entienda que Egipto no puede ser exhibido como hasta ahora.

P. �El turismo pone en peligro el patrimonio egipcio?
R. O empiezan a ense�ar Egipto de una manera limitada, como las cuevas de Altamira, o las tumbas se acaban en 20 a�os. Y las autoridades egipcias parecen convencidas. La degradaci�n de los monumentos es impresionante. Y con nuestro proyecto pretendemos servir de ejemplo. El original, reservado para los estudiosos. Y un facs�mil exacto, a disposici�n del p�blico, que tiene derecho a conocer el monumento. Pero no puedes meter 5.000 personas al d�a en una tumba. Esta filosof�a, que ya aplicamos en Espa�a, es revolucionaria en Egipto.

P. �Prestan las instituciones espa�olas la atenci�n que se merece a la egiptolog�a?
R. No podemos comparar nuestra tradici�n egiptol�gica con otros pa�ses como Francia. Ser�a comparar una hormiga con un elefante. La administraci�n siempre va por detr�s de los acontecimientos. Si en este pa�s no habido tradici�n de excavaciones en Egipto, dif�cilmente las autoridades est�n acostumbradas a pensar en proyectos en Egipto. Como no tenemos tradici�n, nos quejamos. Pero tenemos mucho, aunque es insuficiente, para la poca tradici�n existente. Yo dir�a que s� hay sensibilidad en las autoridades. Y puede haber m�s si los investigadores hacemos un trabajo serio. Hay que ser profesional y ofrecer resultados. Se acabaron los Indiana Jones. No se puede pensar en el excavador del siglo XIX que iba con el dinero de un museo y se tiraba dos a�os en el terreno. Ahora es el tiempo de la reversi�n de la inversi�n. Las autoridades que te patrocinan tienen que saber que el dinero que ponen les revierte de alguna manera. Si aparte de ser egipt�logos, estuvi�ramos dispuestos a gestionarnos subvenciones como si fu�ramos empresarios recibir�amos mucho m�s dinero. Los franceses lo hacen. Acuden, por ejemplo, a compa��as el�ctricas o de gas con concesiones empresariales en Egipto.

P. Y en la universidad a�n no existe especialidad en Egiptolog�a. Hay que estudiarla en el extranjero.
R. Es hist�rico el alejamiento de Espa�a de la egiptolog�a acad�mica. Llevamos ya 200 a�os [con esta ciencia] y no hay un departamento universitario al uso donde se d� exclusivamente egiptolog�a. Pero existe una demanda social. Se ha generado una expectativa y una exigencia de derecho natural de estar en el mismo lugar que otros pa�ses. Es la hora de la profesionalidad. Hay universitarios a los que les interesa Grecia y Roma relativamente y prefieren hacer egiptolog�a. �Por qu� se tienen que ir fuera de Espa�a? Las autoridades educativas deben comprender que ya es posible crear una carrera de Egiptolog�a. Tenemos presencia en Egipto. Tenemos profesores formados. Y tenemos la oportunidad social y la exigencia de hacerlo.

P. �Son los museos de Londres o Nueva York las "mejores embajadas de Egipto" o un recordatorio del expolio?
R. Son las mejores embajadas de Egipto. Rechazo la idea del expolio para hablar de los museos. Como dicen los egipcios, con la palabra se hace magia. Si en vez de expolio sistem�tico habl�semos de la presencia del objeto en un lugar donde est� cuidado y bien conservado a lo mejor cambiaba la manera de pensar de la gente. �C�mo salieron estos objetos de Egipto, en qu� momento? En un momento en que hist�ricamente era viable ese tipo de tr�fico. Hoy, no. Hoy est� prohibido, cada cosa en su sitio y nada m�s. Han variado las circunstancias pol�ticas internacionales. Pero no podemos juzgar el criterio por el que un emperador romano se llev� un obelisco de Egipto. Estar�amos perdidos. Si lo tenemos en Roma, �lo puedes ver? S�. �Est� bien conservado? S�.

P. No quedar�n tumbas de Tutank�mon por descubrir, pero s� mucha informaci�n hist�rica y art�stica.
R. Son 200 a�os excavando contra 3.500 de historia. Lo m�s aparente y notorio ya se ha retirado. Pero desde el punto de vista de documentaci�n e investigaci�n queda por descifrar mucho m�s del 90%. La prueba viva somos nosotros. Hemos tenido la oportunidad de trabajar cinco campa�as en un monumento por el que hab�an pasado ya dos especialistas de primer nivel y hasta ahora nadie hab�a ca�do en las tesis que apuntamos. La egiptolog�a es una ciencia todav�a joven construida sobre unos principios sagrados con mucho miedo a removerlos.

P. �La existencia de mujeres fara�n revela una forma m�s avanzada de entender la sociedad?
R. Egipto es �nico en este asunto. Se conocen cinco mujeres que obtuvieron por su propio derecho el t�tulo de fara�n, rey del Alto y Bajo Egipto. Estas cinco mujeres lo consiguen en per�odos hist�ricos que no se consiguen en ning�n rinc�n del mundo civilizado de entonces. Ni en Grecia. Es un �ndice indiscutible de la alta consideraci�n que la mujer ten�a en Egipto, con una gran autoridad y presencia en la sociedad. Este dato no se conoce mucho porque la historia de Egipto la han escrito desde el siglo XIX egipt�logos que vienen incardinados una cultura, como por ejemplo la inglesa, antifeminista. Pero, si vuelves a investigar sin prejuicios, empiezas a replantear cosas que no son como nos las han contado.

Francisco Mart�n Valent�n.
Mi�rcoles, 27 febrero. 19.30 horas.
CERPA (calle Picos de Urbi�n).
Entrada libre.

Fuente:Ayuntamiento de Rivas.


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