SEN-EN-MUT, EL ARQUITECTO DEL PODER
El secreto de la faraona

Fue la mujer más poderosa del Antiguo Egipto. Al lado de la reina Hatshepsut siempre había un hombre, Sen-en-Mut, el ambicioso arquitecto real. ¿Fue el amante de la faraona? ¿Por qué el nombre de este valido desapareció de los templos? ¿Es ésta su verdadera momia? Una misión arqueológica española podría ayudar a esclarecer uno de los misterios más fascinantes de la egiptología.

CRÓNICA DE UNA EXTRAÑA FAMILIA

¿ERAN HATSHEPSUT Y SEN-EN-MUT AMANTES? La fidelidad de Sen-en-Mut hacia Hatshepsut ha sido considerada por varios investigadores como un eufemismo de las verdaderas relaciones amorosas entre el valido y la reina. En una gruta del templo de Deir el Bahari, unos dibujos obscenos posteriores apuntan en este sentido. Sen-en-Mut disfrutó de privilegios y cargos únicos gobernando los pormenores de la vida de la reina hasta su muerte. Pero ninguna prueba determina con certeza la naturaleza de esta relación.

¿TUVIERON UNA HIJA? Algunos egiptólogos defienden la probable relación padre-hija entre el valido y Neferu-Ra, hija de Hatshepsut y Tutmosis II. A favor de ella apunta el uso de vendajes para la momia del padre de Sen-en-Mut con el nombre de Neferu-Ra y la aparición de diversos objetos en el enterramiento con el nombre de Hatshepsut ya coronada, una circunstancia que sólo se producía cuando había una estrecha relación. Lo único incontestable es que Sen-en-Mut fue nombrado preceptor oficial de Neferu-Ra y que el arquitecto la quiso como a una hija. Diez estatuas los representan juntos, incluida la de la capilla funeraria de la tumba de Sen-en-Mut en Sheij Abd el Gurnah.

A mediados del siglo XVI a.C., el faraón Ahmosis I (1567-1550 a.C.) cambió de un plumazo la historia de Egipto. La expulsión de los hicsos, tras dos siglos de ocupación, abrió de par en par su periodo de esplendor. Los templos más ilustres se erigieron gracias a la labor de los reyes de la XVIII dinastía, la de los grandes faraones, asociada a nombres emblemáticos como Tutmosis III, Akenaton o Tutankamon. Pero también vinculada a sus grandes reinas, como Nefertiti, esposa de Akenaton, 'la de belleza sin igual', o Ahotep II, la reina madre de Ahmosis I, que ejerció el poder a comienzos de la dinastía cuando el país estaba aún parcialmente ocupado por los hicsos. Sin embargo una de ellas destacó por encima de las demás: Hatshepsut, la reina en cuyo honor se levantó el impresionante templo de Deir el Bahari y la mujer que, pese a los intentos de ocultación de la historia oficial egipcia, ejerció el poder durante más de dos décadas en el XV a.C., como un auténtico faraón. Hoy su legado ha recuperado, gracias a la arqueología, el lugar que le fue arrebatado. Pero gran parte de los episodios y personajes que poblaron su mandato siguen siendo un enigma. Sobre todo uno: la labor que desempeñó en su mandato Sen-en-Mut, su arquitecto jefe y su consejero. Su nombre es prácticamente sólo conocido entre los amantes de la egiptología. Sin embargo, en vida, poseyó más poder que muchos de aquellos faraones. Incluida, quizá, la propia Hatshepsut, con quien la unió una relación tan especial como llena de interrogantes.

¿QUÉ ESCONDE EL TECHO ASTRONÓMICO DE SEN-EN-MUT?

EL ELEMENTO más sorprendente del monumento que el arquitecto Sen-en-Mut construyó en Deir el Bahari es el plano astronómico (el más antiguo descubierto hasta la fecha) del techo de su cámara.

REPRODUCE las constelaciones del hemisferio norte y una tabla astral que permitía medir los movimientos celestes y algunos planetas del sistema solar, identificados con divinidades. El techo representa tres fechas estelares del calendario egipcio: la medianoche del 18 al 19 de marzo, la del 16 al 17 de julio (cuando Sirio se confunde al amanecer con el Sol, momento que coincidía con la crecida del Nilo) y los astrónomos han podido determinar el tercer momento con exactitud: la medianoche del 14 al 15 de noviembre del 1463 a.C., la única noche entre los años 1505 y 1455 a.C. en la que Júpiter tuvo una ascensión similar a la representada en el techo y en la que Marte -bien conocido por la astronomía egipcia- no fue visible.

OTRAS OBRAS Además del templo de Deir el Bahari y sus dos tumbas, el arquitecto real edificó para Hatshepsut templos consagrados a la diosa Satis y al dios Jenum, en la isla de Elefantina, el templo dedicado a la diosa leona Pajet en Hermópolis y diversas reformas en el templo de Karnak, en Tebas.

Son pocos los datos sobre quién fue en realidad Sen-en-Mut y qué papel jugó en aquellos años, pese a que pocos hombres acumularon tanto poder como él en el Egipto faraónico. El arquitecto de Hatshepsut desempeñó más de 90 cargos administrativos, religiosos y políticos. Pero poco se sabe de su vida privada.

¿Cómo un chico humilde llegó a dominar el saber de la religión, la astronomía, la geometría, la arquitectura y las matemáticas? ¿Por qué se mantuvo siempre leal a la faraona Hatshepsut y a la hija de ésta, la princesa Neferu-Ra? ¿Qué relación hubo entre ellos? ¿Cómo llegó a tener tanto poder? ¿Por qué desapareció de pronto y su recuerdo fue mancillado? ¿Por qué se hizo excavar dos tumbas? Poseedor de una mente inteligente y despierta, Sen-en-Mut fue seleccionado con apenas diez años por los sacerdotes del templo de su pueblo para ser instruido en el saber sagrado custodiado en el interior de los santuarios. Allí aprendió a leer y a escribir y a dominar las ciencias que entonces eran los pilares del saber egipcio. Y, concluidos los estudios, probablemente ingresó como escriba en el ejército de Tutmosis I (1496-1483 a.C.), iniciando su carrera política. Sin embargo, los autores que han estudiado su vida difieren en cuanto al camino empleado para medrar. Algunos, como el epigrafista Peter Dorman, que en 1991 trabajó en la que hasta ahora se creía su tumba de Deir el Bahari, señalan la milicia. Otros, el sacerdocio. Pero quizá fuera su cercanía al templo de Amón, su capacidad para ganarse la confianza de sus responsables, lo que le abriera las puertas del poder de par en par.

Hatshepsut no estaba dispuesta a ser destronada. Fue entonces cuando Sen-en-Mut puso en práctica su genio conspirador

¿SE HIZO CONSTRUIR DOS TUMBAS?

¿CUÁNTAS TIENE? Los arqueólogos le atribuyen una, en Sheij Abd el Gurnah; otra, en el Asasif, bajo el templo de Deir el Bahari. Pero ¿cuál fue concebida para el sarcófago y cuál como capilla? En 1936 se localizaron en El Gurnah los restos de su sarcófago y un enterramiento con los cuerpos de sus padres. Desde entonces, se considera la hipótesis de que Sen-en-Mut interrumpiera la excavación de su tumba de El Gurnah, en la que ya estaba su sarcófago para construirse la de Deir el Bahari. Pero ¿por qué?

LA ÚLTIMA TEORÍA Según Martín y Bedman, Sen-en-Mut edificó para él en Deir el Bahari un monumento con el que tenía pensado compartir la gloria de la reina, pero no una tumba. Su verdadera tumba sería la de El Gurnah y no la del Asasif, demasiado pequeña para bajar un sarcófago.

JUNTOS TRAS LA MUERTE El hipogeo ubicado en las inmediaciones de Deir el Bahari, traza un eje a través de una falsa puerta que conecta con la capilla más íntima del templo de Hatshepsut. A través de este pasadizo, Sen-en-Mut estaría vinculado para siempre, 'ritual' y 'personalmente', con su reina. Y le permitiría participar de los actos sagrados y lo entroncaría con una realeza a la que no había tenido derecho.

Lo cierto es que Sen-en-Mut, en una carrera meteórica, alcanzó los primeros puestos de relevancia de la órbita de la casa real en tiempos de Tutmosis I y, luego, de Tutmosis II (1483-1480 a.C.). El más trascendente, el de Intendente de Hatshepsut, la hija mayor del primero. Pese a la diferencia de edad -él, un joven de unos 25 años; ella, una muchacha de unos 14-, pronto se estableció entre ellos una relación especial y, tras la muerte de Tutmosis II, Sen-en-Mut fue nombrado tutor de la hija mayor de Hatshepsut, Neferu-Ra, y servidor e inspector de los dominios reales de Hatshepsut y de Neferu-Ra, lo que le permitió ejercer un control directo sobre las riquezas de ambas mujeres.

Pero la desaparición de tutmosis II colocó a Egipto ante un problema. Se nombró heredero a un príncipe nacido con una concubina, que alcanzaría el trono con el nombre de Tutmosis III (1479-1425 a.C.), en detrimento de Hatshepsut, primogénita de Tutmosis I y gran esposa real a su vez de Tutmosis II. De haber nacido varón, Hatshepsut hubiera heredado el trono sin oposición. Pero, por primera vez en la historia de Egipto, Hatshepsut se mostró dispuesta a plantar cara a su destino de quedar en un segundo plano. Fue entonces cuando entró en funcionamiento el genio conspirador de Sen-en-Mut.

Golpe de Estado. «Soy el más grande de los grandes en este país entero. Soy el que entra (en el Palacio Real) siendo amado y (cuando) sale es alabado, regocijando el corazón del rey diariamente. Soy el más poderoso de los poderosos, ordenando todas las construcciones para el Palacio Real (...). Soy el verdadero confidente, su amado», escribió Sen-en-Mut en una estatua suya del templo de Karnak. Inteligente, culto y gran estratega, la ambición del hombre que había ascendido a los altos cargos no podía dejar que Hatshepsut abandonara y perder así su influencia.

Con el nuevo faraón cambió su suerte: sus enemigos
se encargaron de borrar el nombre del arquitecto

¿POR QUÉ LOS MANCILLARON?

A SU MUERTE, EL SARCÓFAGO de Sen-en-Mut fue destruido. Aunque su cuerpo no se ha encontrado, recientemente se ha propuesto su identificación con una momia hallada en 1881 en Deir el Bahari. Conocida como 'Hombre anónimo C', fue hallada en un sarcófago de la dinastía XXI (1080-950 a.C.). Pertenece a un hombre de 1,74 metros, de avanzada edad y presenta las características de las momias del periodo de Tutmosis I y II. Sus rasgos son similares a los retratos de Sen-en-Mut. De confirmarse, podría haberse enterrado en una tumba real y su cuerpo habría sido extraido en la dinastía XXI para protegerlo.

HATSHEPSUT tampoco ha sido localizada. Es posible que ambos compartieran enterramiento al principio y que en alguna ocasión sus momias fueran saqueadas. Ella podría haber sido trasladada entonces a la tumba de su nodriza, Sat-Ra (hacia el año 1000, los sacerdotes de Amón resguardaron muchas momias reales). De uno de estos escondites, se ha recuperado una caja con el hombre de Hatshepsut. En 1903, Howard Cartes encontró los cuerpos de dos mujeres en el sarcófago de Sat-Ra, el de la nodriza y el de una mujer anónima con el brazo cruzado en el pecho -características de las reinas de la dinastía XVIII-, que podría pertenecer a Hatshepsut.

Aprovechando la minoría de edad de Tutmosis III, Hatshepsut se autoproclamó faraón hacia 1479 a.C., ejerciendo su poder hasta 1458 a.C., cuando Tutmosis se hizo cargo definitivamente de su trono. Y fue quizá Sen-en-Mut el organizador de la trama. «Podemos decir que Sen-en-Mut inventó a Hatshepsut. Él fue el ideólogo del proyecto político de la faraona», afirman Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman, director y gerente, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto y responsables del proyecto de excavación actual del hipogeo que Sen-en-Mut se hizo en Deir el Bahari. Un monumento conservado en excelente estado, que custodia el dibujo del primer techo astronómico de la historia, y cuyo estudio puede arrojar luz nueva sobre uno de los personajes clave de este periodo.

Sen-en-Mut y Hatshepsut dirigieron codo a codo durante aquellos 20 años Egipto, sin que se pueda establecer límites claros a las atribuciones que el valido desempeñó e, incluso, a la relación que tuvo con la faraona. A juicio de algunos investigadores, no se puede descartar una relación amorosa entre ambos en incluso que la princesa Neferu-Ra, oficialmente hija de Hatshepsut y Tutmosis II, fuera hija del fiel servidor. Sin embargo, no hay pruebas que apuntalen o descarten esta teoría que, de confirmarse, explicaría el misterio de la vida de Sen-en-Mut, incluido el de su propio declive y lugar de enterramiento.

Desaparición. La suerte del valido cambió con la llegada de Tutmosis III. Muchas de sus estatuas fueron destruidas y su nombre borrado de algunos lugares, lo que ha inducido a pensar que, desaparecida la reina a la que sirvió, fue apartado de sus cargos, si es que todavía permanecía vivo, y que enemigos que su ambición había 'dejado en la cuneta' a lo largo de sus años de cercanía al poder pudieron haberse cobrado con su memoria las deudas pendientes.

El misterio le acompañó hasta su final. Se desconoce cómo murió y qué fue de él aquellos últimos años. Al igual que se ignora la suerte de Hatshepsut y la causa de su muerte. Es probable que el arquitecto falleciera antes de caer la faraona, en los años 18 o 19 de su reinado, ya que su nombre no se halla en hechos posteriores, o que la prematura muerte de la princesa Neferu-Ra, también por causas desconocidas, marcara el declive de ambos. ¿Existió una conjura de los hombres de Tutmosis III para deshacerse de los tres? ¿La muerte de Neferu-Ra, casi una niña, significó el final del proyecto político de ambos? ¿Por qué no se ha podido identificar con claridad la momia de Sen-en-Mut? ¿Por qué se halló su sarcófago destrozado? ¿Cómo fue posible la 'evaporación' de quien era, al menos, el consejero más poderoso del reino? La misión del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto podría dar respuesta en los próximos meses a algunas de estas preguntas.

Óscar Medel
Dominical El Semanal
Número 898, Enero de 2005